Jenaro Villamil
Al entrar al último tercio de su sexenio, en pleno ocaso de su gobierno y frente a un proceso de sucesión adelantado en el PRI y el PRD, Felipe Calderón Hinojosa anunció el vigesimoquinto cambio en su gabinete con un aparente mensaje entre líneas para fortalecer a su secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien pone a dos de sus subalternos al frente de las secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT) y de Energía (SE), sin que tengan ninguna experiencia en esos sectores.
Dionisio Pérez Jácome, subsecretario de Egresos desde enero de 2008, expresidente de la Comisión Reguladora de Energía y exjefe de la Unidad de Promoción de Inversiones de la Secretaría de Energía, dejó su cargo no para sustituir a Georgina Kessel sino a Juan Molinar Horcasitas en la dependencia más conflictiva y con mayor número de demandas.
Pérez Jácome enfrentará en la SCT más de 60 procesos judiciales, 42 de ellos de Iusacell, y una demanda penal contra su extitular por la Licitación 21.
Molinar deja varios flancos abiertos: la crisis de aviación por la quiebra de Mexicana y el cierre de Aviacsa; el riesgo de que el país pierda soberanía por la deuda de más de 400 millones de dólares de Satélites Mexicanos; el anuncio de una asignación directa por mil millones de dólares a Boeing para la construcción de tres satélites; el rezago en carreteras y puertos en el país y un sector de telecomunicaciones plagado de conflictos.
“Continuaremos impulsando el programa de infraestructura más grande del país”, prometió Pérez Jácome en la conferencia de prensa del viernes 7, al asumir el cargo, pero no aclaró cómo enfrentará el atraso en la materia.
Fuente: Proceso