
BOGOTÁ (apro).- Más allá de las críticas de la Sedesol a las cifras
que divulgó hace unos días la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (Cepal) sobre la pobreza en México, la realidad es que el
gobierno mexicano tiene serios motivos para estar preocupado por los
resultados de su política social.
Según las estadísticas de la Cepal, México es el quinto país más
pobre de América Latina y el único, junto con Guatemala y Venezuela,
donde la pobreza aumentó en los últimos ocho años.
En 2006, México estaba entre las siete naciones de la región con menores tasas de pobreza, con 31.7%.
Durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) ese indicador
aumentó 5.4 puntos y la pobreza extrema otros 5.5 puntos porcentuales.
Según el “Panorama social de América Latina 2015” de la Cepal, que
fue divulgado el pasado el 22 de marzo y que causó escozor en el
gobierno de México, entre 2012 y 2014 –los dos primeros años del
gobierno de Enrique Peña Nieto— la pobreza se incrementó en este país en
4.1 puntos, al pasar de 37.1% a 41.2%.
Y la pobreza extrema aumentó en 2.1 puntos. De 14.2% a 16.3%.
Así lo estima la Cepal, un organismo de Naciones Unidas especializado
en estudiar la realidad económica y social de América Latina y que
tiene el más confiable y completo aservo estadístico sobre la región.
La misma Sedesol, al igual que muchas otras dependencias del gobierno
de México y del resto de los países de la región, ha acudido a la Cepal
para capacitar a sus funcionarios en el manejo y recopilación de
mediciones sociales.
Apenas el pasado miércoles, la secretaria ejecutiva de la Cepal,
Alicia Bárcena, inauguró en México una reunión regional de expertos en
estadística que medirán, con el asesoramiento de ese organismo, los
avances en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS) de Naciones Unidas, entre los que figura en primer lugar terminar
con la pobreza.
Mal parado
Con esos antecedentes, le queda muy difícil a la Sedesol descalificar
las cifras del “Panorama social de América Latina 2015” de la Cepal,
cuyo valor, más allá de los datos duros, es que permiten hacer un
comparativo regional de los avances o retrocesos de los países en
materia de desarrollo social.
Y en ese comparativo, México sale muy mal parado. En el cuadro “A1.1”
del estudio, que contiene las estimaciones elaboradas por la Cepal, se
aprecia cómo este país, con cifras que llegan hasta 2014, tiene un
porcentaje más alto de pobres que Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y
República Dominicana, que históricamente habían estado a la saga de
México en ese indicador.
De acuerdo con el organismo de Naciones Unidas, en 2014 México
registró un índice de pobreza del 41.2%, diez puntos más que Ecuador,
8.5 más que Bolivia y 18.5 más que Perú.
Esto quiere decir que mientras esos países, y la región en general,
han logrado importantes avances en la reducción de la pobreza –esta se
redujo en Latinoamérica 15.6 puntos porcentuales en los últimos 15
años–, México se estancó.
Esta nación, que es la segunda mayor economía de América Latina,
tenía en 2014 el mismo porcentaje de pobres que tenía en el 2000: 41.2% y
41.1%, de manera respectiva. Este dato duro pone a México ante una
realidad muy incómoda. Parece que el país hubiera perdido 14 años en
materia de lucha contra la pobreza.
Hasta Honduras, el país más pobre de América Latina, logró reducir ese indicador en 5.4 puntos entre 1999 y 2013.
Y aunque la Sedesol ha cuestionado la metodología de la Cepal para
medir la pobreza, le resulta imposible negar que en México ha aumentado
el porcentaje de personas que viven en esa condición.
No lo puede hacer, porque así lo constatan los datos del propio
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval), organismo público encargado de hacer ese cálculo. Según estas
cifras oficiales, la pobreza en México pasó de 45.5% en 2012 a 46.2% en
2014, mientras que la pobreza extrema registró una baja de 0.3% en ese
lapso.
En una nota metodológica del “Panorama social de América Latina
2015”, la Cepal explica que las cifras oficiales de cada país son
resultado de diferentes metodologías estadísticas y “en consecuencia, no
permiten su comparación ni su agregación para estimar el nivel
regional” de pobreza.
En cambio, al hacer sus propias mediciones la Cepal procura “el mayor
grado de comparabilidad regional posible, manteniendo una estructura
metodológica común”. Es decir, en todos los países aplica el mismo
modelo de medición, desde México hasta Argentina.
Pero si a la Sedesol no le convencen las estimaciones realizadas por la Cepal, menos le han de convencer las mediciones basadas en las cifras oficiales de los gobiernos del área.
Pero si a la Sedesol no le convencen las estimaciones realizadas por la Cepal, menos le han de convencer las mediciones basadas en las cifras oficiales de los gobiernos del área.
Estas figuran en la tabla “A1.2” del estudio, donde México sale peor.
Ahí es el tercer país más pobre de Latinoamérica, solo superado por
Guatemala y Honduras.
Según las proyecciones de la Cepal, en 2015 aumentó la pobreza en
América Latina como resultado de la desaceleración económica en la
región. La tasa llegó a 29.2%. México está 12 puntos por arriba de ese
promedio.