
Nueva York.
El sastre de Panamá, la novela de John Le Carré de 1996,
cuenta la historia de Harry Pendel, un sastre británico que atiende a
los grandes y buenos, pero cuya negativa a aclarar su pasado casi lo
conduce a la debacle. En Panamá, cree, la discreción es el único camino.
Por más de cuatro décadas, el bufete legal Mossack Fonseca –cuya
retorcida saga podría estar más allá incluso de la imaginación de Le
Carré– ha adoptado una estrategia similar de discreción y sobrevivencia.
El ICIJ dice que el documento revela información de los asuntos
financieros de 12 líderes mundiales actuales y pasados. (En contraste,
Harry Pendel confeccionó trajes sólo para tres presidentes.)
La compañía fue formada en 1977 por Jurgen Mossack y Ramón Fonseca, y
se especializa en derecho mercantil, servicios fiduciarios, asesoría de
inversiones y estructuras internacionales. Su sitio web afirma que
puede ayudar a reducir costos, incorporar y manejar fundaciones de
interés privado, realizar negocios en cualquier país y llevar a cabo
transacciones en cualquier divisa.
En una aseveración que podría parecer irónica, dada la filtración
masiva de documentos, el sitio web sostiene que sus oficinas están
sustentadas en
una tecnología segura, de última generación, que es mejorada continuamente.
El ICIJ señala que Mossack es un inmigrante alemán cuyo padre
buscó una nueva vida en Panamá para su familia después de militar en las
Waffen-SS de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Mossack padre
también ofreció espiar para el gobierno estadunidense a
ex nazis convertidos en comunistas o nazis no conversos que se disfrazan de comunistas, después de la guerra, de acuerdo con archivos de inteligencia estadunidenses obtenidos por el consorcio.
Jurgen Mossack estudió en la Escuela de Derecho de la Universidad de Santa María La Antigua, en Panamá.
Fonseca es un novelista galardonado que ha fungido en años recientes de asesor del presidente de Panamá, según se dice.
El consorcio indicó que su base está en la ciudad de Panamá. La
compañía ha creado y establecido empresas anónimas en Panamá, Islas
Vírgenes Británicas y otros paraísos fiscales.
El despacho legal ha trabajado de cerca con grandes bancos y bufetes jurídicos importantes en lugares como Holanda, México, Estados Unidos y Suiza, y ayudado a clientes a mover dinero o recortar su pago de impuestos, según muestran los registros secretos, señaló el ICIJ. “Un análisis de los archivos filtrados hecho por el ICIJ descubrió que más de 500 bancos, sus subsidiarias y filiales han trabajado con Mossack Fonseca desde la década de 1970 para ayudar a sus clientes a manejar compañías offshore”.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya