BRUSELAS (apro).- Como una infausta sombra que lo persigue, no hay
viaje del presidente Enrique Peña Nieto a Europa sin protestas de
mexicanos en su contra. No escapa de ellas. Apenas se enteran de la
inminente presencia del mandatario priista en alguno de esos países y
grupos de ciudadanos mexicanos y europeos se movilizan para expresar
pacíficamente en la calle su repudio y declararlo persona no grata en
comunicados públicos que circulan viralmente en las redes sociales.
El alza de las violaciones a los derechos humanos (y la impunidad) derivada de la fallida política antidrogas del anterior presidente Felipe Calderón Hinojosa activó tales manifestaciones. Sin embargo, ha sido con el actual gobierno que éstas han tomado fuerza y fomentado la emergencia de un genuino movimiento opositor europeo, sobre todo tras la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa e incluso en países donde no existía activismo visible de ese tipo, como en los nórdicos.
Por ejemplo, en Bruselas o Berlín este esfuerzo ha ido más allá y ha
generado la creación de grupos de reflexión como “México Vía Berlín” y
organizaciones de cabildeo ciudadanos como el “Observatorio de la
Cooperación Internacional México-Unión Europea” que producen análisis
sobre las problemáticas nacionales o colaboran con organismos más
formales en el acompañamiento de activistas y defensores mexicanos de
derechos humanos que viajan para denunciar entre las autoridades
europeas la situación de riesgo extremo a la que están expuestos.
En todos los casos ejercen presión sobre los gobiernos europeos que
acogen al mandatario mexicano, a través de cartas públicas que les
dirigen y en las que resaltan la contradicción existente entre sus
políticas anticorrupción y de defensa de los derechos humanos y el
recibimiento con honores dedicado al presidente Peña Nieto.
En una de esas misivas, por ejemplo, el grupo “Conciencia
México-Dinamarca” – el más reciente país europeo al que viajó el
presidente el pasado 13 de abril, luego de su gira en Alemania– escribió
las siguientes líneas a la reina Margarita II, al primer ministro Lars
Lokke Rasmussen y al canciller Kristian Jenssen:
“A nombre de la comunidad mexicana en Dinamarca y de los amigos de
México que residen en este país, nos dirigimos a su Excelentísima
Majestad para manifestar nuestra consternación por la invitación que el
gobierno danés ha enviado al presidente de la República Mexicana y a su
esposa para visitar el Reino de Dinamarca.
“(…) Durante el gobierno del señor Enrique Peña Nieto ha reinado la
impunidad, la violación a los derechos humanos y se nota la complicidad
del gobierno mexicano con el crimen organizado (…) Nos preocupa
profundamente que Dinamarca, siendo un país democrático, que procura el
respeto a los derechos humanos y que no tolera la corrupción, establezca
una relación diplomática comercial con el gobierno de México”.
Los mexicanos que en Europa han salido a protestar en los últimos
años contra el presidente mexicano no son ciudadanos resentidos ni
manipulados, como suele verse en el gobierno a quienes lo critican desde
la sociedad civil.
No, la composición de estos grupos es novedosa porque es heterogénea y
espontánea: hay activistas con posiciones asumidas de izquierda,
incluyendo simpatizantes de partidos o causas sociales precisas; pero
también participan muchos mexicanos cuya única motivación es expresar su
descontento con el rumbo autoritario, criminal y violento del país.
Algunos de ellos, de clase media, hasta ahora no habían participado
en movilizaciones de esa naturaleza, como este columnista puede afirmar
en el caso de Bruselas. Este hecho refleja el rechazo a Peña Nieto y su
gobierno por parte de un amplio espectro de la sociedad mexicana.
Esta nueva ola de activistas mexicanos en Europa coincide en su alto
nivel de educación: son estudiantes de posgrado, profesionistas bien
calificados, profesores o artistas. No tienen relación con los grupos
europeos de solidaridad zapatista que se formaron en su momento, pero se
han comenzado a articular de la misma manera en que ellos lo hicieron,
como lo muestra el posicionamiento contra la gira alemana de Peña Nieto
del 11 y 12 de abril pasado, el cual publicaron en conjunto 12
organizaciones basadas en los países con mayor activismo: España,
Francia, Bélgica, Reino Unido, Alemania y Holanda.
En este último país hay voces muy críticas al gobierno mexicano, debido en parte al caso de Hester Van Nierop, la joven arquitecta holandesa que fue asesinada en Ciudad Juárez en 1998 y cuyos padres, quienes se movilizaron durante años para reclamar justicia, obtuvieron un importante apoyo político y mediático en Holanda y la Unión Europea, sin el cual el asesino de su hija no hubiera podido ser capturado en Estados Unidos en 2014 y condenado a prisión en México en diciembre del año pasado.
En este último país hay voces muy críticas al gobierno mexicano, debido en parte al caso de Hester Van Nierop, la joven arquitecta holandesa que fue asesinada en Ciudad Juárez en 1998 y cuyos padres, quienes se movilizaron durante años para reclamar justicia, obtuvieron un importante apoyo político y mediático en Holanda y la Unión Europea, sin el cual el asesino de su hija no hubiera podido ser capturado en Estados Unidos en 2014 y condenado a prisión en México en diciembre del año pasado.
Peña Nieto estará en ese país el 30 y 31 de mayo próximo en visita de
Estado. Además de las manifestaciones que están ya en preparación y la
declaratoria pública de persona no grata que emitió un grupo de
mexicanos residentes en Holanda a finales de enero, un par de eventos
importantes en relación a la visita presidencial tendrá lugar en las
ciudades de Ámsterdam y Utrecht.
El 21 de mayo en el centro cultural De Balie de la capital holandesa
se realizará la segunda edición de la serie de conferencias The Mexican
Connection, en la que se explorarán “las dos caras de México: la
epidemia de desapariciones forzadas y las inversiones masivas de Holanda
en el país”, según anuncia el organizador, el Club Interbellum, que en
noviembre pasado invitó a la periodista Carmen Aristegui.
En el programa se enlistan como oradores activistas mexicanos y
europeos, entre ellos María De Vecchi, de H.I.J.O.S. México; Carrie
Comer, de la Federación Internacional de Derechos Humanos, o Sander
Wirken de Impunity Watch.
También estarán periodistas y corresponsales holandeses en México
como Edwin Timmer o Jan-Albert Hootsen y académicos de ambos países,
entre ellos Lorenzo Meyer y Edgardo Buscaglia, que compartirán discusión
con Joost Reintjes, director de Relaciones con el Hemisferio Occidental
del Ministerio holandés de Relaciones Exteriores.
Un día antes antes, en Utrecht se llevará a cabo un seminario
académico organizado por el profesor Wil Pansters que lleva como título
“Justicia desde abajo en el México violento”. En éste se incluye la
participación de Consuelo Morales, directora de la organización civil de
Monterrey Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC) y
ganadora del premio nacional de derechos humanos y el premio Alison Des
Forges de Human Rights Watch.
También estarán Julio César Márquez, fundador y vocero del Movimiento
por la Justicia 5 de Junio de la Guardería ABC; Mario Campos, sacerdote
y promotor de las policías comunitarias de Guerrero, y Orlando Aragón,
abogado, investigador y asesor del movimiento indígena de Cherán, en
Michoacán.
Hace 15 años, cuando por primera vez gobernaba el país un partido
distinto al PRI, era común que muchos jóvenes mexicanos que venían a
estudiar o a vivir temporalmente a Europa expresaran su deseo de
regresar a México para contribuir en su desarrollo y democratización.
Se les notaba cierta confianza y las ganas de emprender nuevos
proyectos. Actualmente, no es extraño que los mexicanos prefieran o
busquen cómo quedarse en Europa, motivados en numerosos casos por sus
propios familiares. Y como parte del mismo fenómeno, algunas jóvenes
parejas mixtas han dejado México por la inseguridad y la falta de
oportunidades.
Peña Nieto ha decidido ignorar también a estos mexicanos, al igual
que los medios oficialistas, para los que sus protestas no ameritan ser
reportadas.
Petit Biscuit
El 13 de abril el nuevo embajador para Bélgica, Luxemburgo y la Unión
Europea Eloy Cantú Segovia invitó a la comunidad mexicana a una
recepción a realizarse el próximo 28 de abril entre 6:30 y 9 de la noche
hora local en la embajada de Bruselas. Las acciones de protesta
comenzaron a planearse. Este 20 de abril el embajador anunció que
cancelaba la recepción “por motivos de fuerza mayor”.
Fuente: Proceso
Fuente: Proceso