lunes, 26 de mayo de 2014

A trasnacionales, consumidores altos de luz; domésticos, a CFE

La iniciativa presidencial apunta a debilitar la paraestatal
La propuesta no precisa el plazo para bajar las tarifas eléctricas
Andrea Becerril | Periódico La Jornada | Domingo 25 de mayo de 2014, p. 6
El gran negocio de la electricidad quedará en manos de empresas privadas, fundamentalmente extranjeras, a las que el Estado mexicano incentivará para que inviertan, al otorgarles contratos de abastecimiento de energía eléctrica a los grandes consumidores y garantizarles el acceso abierto, sin discriminaciones indebidas, a la red nacional de transmisión y las generales de distribución del fluido en el país.
De acuerdo con la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto para crear la Ley de la Industria Eléctrica –uno de los 28 ordenamientos que integran su propuesta de legislación secundaria en materia energética– a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le dejan exclusivamente los usuarios domésticos y los pequeños y medianos de tipo comercial e industrial.

En la exposición de motivos, Pena Nieto sostiene que la reforma fortalecerá a la CFE, ya que no se pretende vender ningún activo de la empresa. Sin embargo, las nuevas disposiciones apuntan al debilitamiento de la paraestatal, ya que de entrada las trasnacionales atenderán a los usuarios que representan mayores ingresos.

La CFE deberá comprar a las empresas privadas la electricidad requerida para abastecer a los usuarios domésticos y residenciales, a los que se ubica bajo la figura de servicio básico, y no tendrán que cambiar su forma de pagar o consumir electricidad.

En cambio, para los grandes consumidores de energía se crea la figura de usuarios calificados y serán elegidos por consorcios extranjeros que entrarán a competir en el llamado mercado eléctrico.

El Estado mexicano mantendrá sólo la transmisión y distribución de la energía eléctrica, como actividades exclusivas, ya que la generación y comercialización quedará en manos de trasnacionales. Habrá suministradores, es decir, empresas que contraten el servicio con generadores a los que comprarán la energía”.

Se creará un órgano público descentralizado, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), responsable de regular el acceso abierto de las empresas privadas a la red de transmisión eléctrica y a las redes generales de distribución y de operar el mercado mayorista de electricidad

Asimismo, el Cenace deberá pactar las transacciones de compra-venta de electricidad, entre los generadores, comercializadores y usuarios calificados. Se precisa que los transportistas no podrán comprar o vender la energía que fluya por sus redes de transmisión, a fin de evitar conflicto de intereses.

Reducción de tarifas

La publicidad oficial ha repetido en los meses recientes que la reforma energética permitirá que bajen los precios de la electricidad. Sin embargo, en la exposición de motivos de la Ley de la Industria Eléctrica, se señala que con esa legislación se sientan las bases para alcanzar, eventualmente, mejores tarifas.

Se establece que una de las problemáticas del sector en los años recientes es la falta de competencia en la generación, lo que ha encarecido los costos y provocado las tarifas no competitivas en el ámbito internacional. Comparadas con Estados Unidos, las tarifas promedio en México, con el alto subsidio que tienen, son 25 por ciento más altas.

Se destaca que más de 20 por ciento de la energía generada para el suministro de energía al público tiene como fuente principal el combustóleo y el diesel, con un costo significativamente mayor al de energías limpias o gas natural.

No se precisa en la iniciativa un plazo para que eventualmente bajen las tarifas eléctricas. Se establece que la CFE, en su papel de suministrador de servicio básico, comprará la energía con generadores o en el mercado de energía eléctrica, mecanismos competitivos que le permitirán buscar la electricidad más económica disponible.

Aunque también tendrá derechos preferenciales para recibir la energía barata de las plantas de generación que ahora tiene”.

Asimismo, la ley obliga a la CFE a contratar por adelantado la energía necesaria, para propiciar la reducción de precios para el consumidor doméstico y de bajo consumo industrial. En el caso de las empresas privadas, lo tienen como opción, lo que les permitirá fijar sus tarifas con anticipación reduciendo el volumen de energía que se compra a precios de mercado de corto plazo, que son más sensibles a la volatilidad.

Fuente: La Jornada