En Acapulco acusan a la paraestatal de la desaparición de Venta Vieja
4 octubre 2013 | Rodolfo Valadéz Luviano y Redacción | La Jornada Guerrero
Zumpango.- Habitantes de la comunidad de Mezcala culparon a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de los daños ocasionados por la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid, debido a que las compuertas de la presa El Caracol se abrieron de manera tardía, lo que ocasionó la destrucción de las 250 viviendas.
Mencionaron que desde hace varios años, la comisión debió reubicarlos cuando se puso en funcionamiento la presa y sólo fue una parte de la zona de la ribera y de ahí se vino el problema cuando el cauce subió más de lo debido el 14 de septiembre.
Antonia Montenegro Vero, una de las más afectadas, denunció que cuando el río Balsas comenzó a crecer, las compuertas de la presa estuvieron cerradas y después de que se dieron cuenta las abrieron “demasiado tarde, ahora, si no se hubieran abierto, entonces el agua hubiera llegado a la mitad del pueblo”.
Recordó que las compuertas las abrieron por la noche después de que subió el agua que fue en la mañana del domingo y empezó a bajar poco a poco. “Tuvimos pérdida total, nunca nos imaginamos la desgracia y, nada más nos dieron tiempo de salir las familias”, relató.
Señaló que “hace años, como 11 o 12 años, la CFE nos iba a reubicar por la construcción de la presa y, estamos esperando, ahora con esto, pues a ver si se apuran para darnos nuestras casas”.
Dijo que ninguna dependencia les avisó lo que podría suceder y “en 20 minutos el agua subió unos cuatro metros el 15 de septiembre, porque mi casa se tapó por completo y se vio como si fuera una laguna al estar cubiertas las casas”.
Otra de las afectadas, Marisela Astudillo Rodríguez, quien trabaja en el comedor de la minera explotada por la empresa Goldcorp, dijo que ahora tiene que ahorrar para comprar sus pertenencias que quedaron sepultadas entre el lodo del río Balsas.
Otra denuncia
En el municipio de Acapulco, ex habitantes de la desaparecida comunidad Venta Vieja culparon a la Comisión Federal de Electricidad por la destrucción de su pueblo, pues esa paraestatal opera la presa La Venta, la más vieja de todo el estado, cuyos vertederos cedieron ante la fuerza del agua y dejaron caer sobre la localidad un golpe de millones de litros, que arrasó con todo a su paso.
Hoy la mayoría de los damnificados están refugiados en la comunidad Agua de Perro, y piden tierras para refundar su coumunidad en un sitio más seguro.