miércoles, 3 de abril de 2013

CFE se lava las manos

El gas más caro del mundo
Ahora resulta que el buque-tanque proveniente de Perú que llegó hace unos días al puerto de Manzanillo con una colosal carga de gas natural en estado sólido para licuarlo en una planta regasificadora, no lo fletó la Comisión Federal de Electricidad, sino Petróleos Mexicanos
Miércoles 03 de abril de 2013 | Empresa | Alberto Barranco | El Universal
El cargamento se volvió célebre ante la pretención de la empresa pública de venderlo en 21 dólares el millón de BTU’s, lo que resulta el costo más caro del planeta. La parte más onerosa, el Extremo Oriente, lo coloca en 18 dólares, en tanto en Europa se cotiza entre 11 y 14. 

México determina el precio internacional del combustible con base al índice Henry Hub de los Estados Unidos, que en este momento se ubica en cuatro dólares. 

La presunción hablaba de que el combustible había llegado al amparo del contrato firmado entre la Comisión Federal de Electricidad y la empresa española Repsol, para abastecer del combustible durante cinco años a partir de éste. Sin embargo, la empresa pública niega alguna conexión. Más aún, sostiene que los términos del contrato con ésta se mantienen intactos. 

El gas natural que se compra a Perú vía Repsol está llegando con el precio determinado por el índice Henry Hub… menos nueve centavos de dólar. 

De acuerdo con la Concamin el combustible que se distribuirá a razón de 100 millones de pies cúbicos diarios, frente a una demanda de 5 mil 100 millones, fue importado en el marco de la solución consensuada con la Secretaría de Energía. 

La mayor parte de éste se distribuirá entre Petroleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, quienes consumen 85% del energético. 

La alternativa habla de utilizar las plantas regasificadoras de Manzanillo y Altamira. 

Durante los últimos 10 meses de “alertas críticas” que le provocaron a la industria pérdidas de 21 mil millones de pesos, se dijo una y otra vez que el problema no era de producción, sino de abasto. 

Según ello los gaseoductos que abastesen al centro y occidente del país se habían saturado ante un crecimiento acelerado de la demanda. A raíz de ello se inició el proyecto Ramones, una red de ductos cuya primera parte tendría 114 kilómetros, en tanto la segunda llegaría a 728, lo que completaría una longitud total de tres mil 41. 

La extensión se alcanzaría en tres años. 

La red nacional de gaseoductos alcanza 11 mil 131 kilómetros. Con las obras en proceso se extenderá 35% más. 

De Texas a Querétaro. 

En el entretanto, la fórmula mágica para resolver el problema es la importación de combustible provenientes de Perú. El problema es que si por un lado la empresa peruana Perupetro le vende a Repsol el combustible para revenderlo a la Comisión Federal de Electricidad a menos de cuatro dólares el millón de BTU’s, como rayos Pemex lo quiere vender en 21. 

¿O qué la firma peruana juega con dos pesos y medidas en relación a su cliente? 

Desde otro ángulo, ¿Repsol castiga su comisión por la venta del combustible al precio pactado en el contrato? 

De acuerdo a lo previsto en éste, Repsol le vendería a la CFE 300 millones de pies cúbicos durante este año, para llegar a 450 en el 2014 y estacionarse en 550 hasta el 2018. 

¿El gran negocio de Pemex? 

¿El gran arreglo para empresas industriales? 

Balance general 

De aprobarse esta mañana la tesis planteada por el ministro Luis María Aguilar, quien recomienda que la Suprema Corte le conceda un amparo a la cadena MVS contra la negativa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de refrendarle sus concesiones en la banda de 2.5 gigahercios, se escribiría otra página negra para el gobierno de Felipe Calderón. 

Habría constancia fehaciente, pues, de que la firma de la familia Vargas tenia bola negra en el sexenio. 

Como usted recordará, la dependencia utilizó todo tipo de argucias para negarle la posibilidad a la firma. Desde alegar que la solicitud de refrendo había sido extemporánea, hasta señalar que tenía una concentración excesiva, pasando por que el espectro se mantenía ocioso. 

En el camino, la compañía presentó un proyecto para abrir una empresa de servicio de banda ancha, en sociedad con firmas extranjeras, que actuaría como carrier de carriers, es decir, cedería partes del espectro para empresas similares. 

¿Se acuerda usted de la acusación de pretender canjear el refrendo con la cabeza de la comunicadora Carmen Aristegui, a quien se le acusaba de haber denigrado a la figura presidencial por haber pedido clarificar acusaciones de excesos etílicos del Presidente? 

A finales del sexenio la SCT inició un procedimiento para recobrar las concesiones, cuyo final se quedó en la bruma. 

¿Trampa del dragón? 

Obtenido con una mayoría de dos votos (ocho contra seis) el visto bueno del Comité de Análisis nombrado por el Ayuntamiento de Benito Juárez (léase Cancún) para evaluar el proyecto del Dragon Mart, es decir, un megacentro de exposición y venta al mayoreo de productos chinos en México, organizaciones civiles están cuestionando la votación. 

De entrada, hete aquí que uno de los integrantes del Comité era el primer interesado, en tanto otro de los votantes era el Colegio de Ingenieros, de alguna forma juez y parte. 

En total eran 19 los integrantes, de los cuales sólo 14 dieron su voto, al abstenerse tres de ellos y dos no acudir a la cita. 

De acuerdo con la directora de “Usuario Simulada”, Bettina Cetto, seis de las opiniones eran totalmente adversas al proyecto; cinco, incluida la empresa Real Estate Dragon Mart Cancún, lo avalaban, y los otros tres eran cuestionables. 

De acuerdo con las reglas la opinión del Comité no es vinculante, es decir, que la última palabra la tendrá el propio ayuntamiento. 

Sí a Telmex, pero… 

Aunque se da por descontado que Teléfonos de México tendría la opción del triple play al entrar en vigor la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, su pase no será automático. 

De acuerdo con uno de los artículos transitorios de la iniciativa que se discute en el Congreso, el Instituto Nacional de Telecomunicaciones mantendrá la continuidad de los procedimientos iniciados por su antecesor, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones. Ello significaría que la firma del magnate Carlos Slim tendrá que seguir en la cola de la ventanilla para que se modifique su título de concesión.

Fuente: El Universal