5 marzo 2013 | Ruth Rodríguez | El Universal
El Seguro Popular, la joya en materia de salud de los gobiernos panistas, en la práctica, no es otra cosa que una empresa aseguradora que no logró la cobertura universal, afirma Gabriel O’Shea Cuevas, responsable de la Comisión Nacional para la Protección Social en Salud (CNPSS).
El nuevo funcionario delinea sus estrategias para los próximos años y anticipa que el gobierno federal supervisará los recursos que se envíen a los estados para evitar que sean usados para otros fines, o que se genere desabasto de medicinas como ocurrió en Tabasco.
Para ello, propone crear una nueva figura de delegados o comisionado del Seguro Popular, tal y como la tienen el IMSS y el ISSSTE, en cada estado de la República, y cuya tarea será supervisar que los recursos lleguen a salud.
“Soy respetuoso del federalismo, pero sí yo envío dinero a cualquier entidad, lo único que yo quiero asegurarme es que ese dinero baje al tema de salud, y no que baje a otras prioridades del gobierno estatal. Si ese gobierno quiere construir carreteras con dinero del Seguro Popular, pues no”.
A diez años de la creación del Seguro Popular, su nuevo titular Gabriel O’Shea, asegura en entrevista con EL UNIVERSAL que, contrario a lo que se afirmó en la anterior administración federal, no en todos los estados se logró la cobertura universal de salud, aunque admite que se avanzó en otros temas.
Con una visión más cercana a la de los críticos del Seguro Popular, el ex secretario de Salud del Estado de México y cercano colaborador del presidente Enrique Peña Nieto, aterriza con un ejemplo cuál es la realidad de este organismo.
No es otra cosa, dice, que una aseguradora, porque ni tiene médicos, ni tiene hospitales, ni tiene infraestructura. Es una aseguradora -señala- que tiene una póliza para sus afiliados con un catálogo de enfermedades que cubre, pero con un reducido número de clínicas y hospitales para brindar el servicio.
Y esto se explica, afirma, porque se preocuparon más por afiliar al mayor número de personas, pero sin atender a la par el desarrollo y el crecimiento de la infraestructura de salud de los estados.
“El sexenio pasado se trató de afiliar al mayor número de mexicanos, darles una póliza y se las dieron, pero ahora lo que hay que hacer es trabajar en la calidad de los servicios”, asienta.
Frente a este escenario, el responsable del Seguro Popular, desde ahora anticipa que no será posible que en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, se logre la portabilidad y convergencia de los servicios, que era el proyecto dirigido a que todos los mexicanos pudieran ser atendidos en cualquier estado y por cualquier institución de salud, sin importar si está afiliado al IMSS, ISSSTE o Seguro Popular.
“Sentaremos las bases, pero seguramente en 10 años este sistema se podrá lograr, pero antes, se requiere de una reforma hacendaria y otra a la Ley General de Salud”, destaca el funcionario.
A diferencia de sus antecesores que fueron economistas, Gabriel O’Shea es médico oftamólogo, especialista en trasplante de córnea y maestro en gerencia de servicios de salud, promete que le dará un rostro más humano al Seguro Popular.
Entrevistado por este medio, el funcionario quien tiene una visión muy clara de lo que es el Seguro Popular, asegura que hablar de una cobertura universal, “como se ha hablado, yo creo que todavía nos falta mucho”, aclara.
Desde su análisis, “hubo una equivocación en el término usado, pues era mejor utilizar afiliación plena, pero no cobertura universal, porque seguimos viendo a Pedro y María con su bolsa navegando por los estados buscando un hospital donde atenderse”, señala.
A lo largo de una década, dice, el tema principal del Seguro Popular ha sido la afiliación. Hasta diciembre del 2012, se habían asegurado 53 millones de mexicanos, pero advierte que todavía faltan 10 millones de mexicanos más que afiliar en los próximos años.
Realmente, comenta, se dijo que se había levantado banderas blancas en todos los estados, pero la realidad es que aún hay personas que no han sido afiliadas al Seguro Popular.
“Lamentablemente la infraestructura en salud se quedó corta y la afiliación fue enorme, no fue a la par, y ahora tenemos un gran problema en los estados”, dice el funcionario, quien considera que lo ideal es que hubiera un sistema de salud fuerte donde se pudiera recargar el Seguro Popular.
Gabriel O’Shea informa que el presupuesto que se tiene para este año es de 66 mil 700 millones de pesos, que comparado al 2012 tiene un incremento del 3% que servirá para afiliar a dos millones y medio de mexicanos al Seguro Popular en el 2013.
En este sexenio, subraya el funcionario, se trabajará en alcanzar la misma cobertura que tiene el IMSS o el ISSSTE, incrementando el número de enfermedades.
Actualmente, el Seguro Popular cubre mil 533 padecimientos y 522 medicamentos. Incluye el ciento por ciento de las enfermedades más comunes, 82% del segundo nivel y en el tercero es menos la cobertura.
Con el Fondo de Gastos Catastróficos, que representa el 8% de todo el presupuesto, se atienden 20 enfermedades caras, entre ellas, cánceres de niños y de adulto; VIH-Sida, trasplante de médula y recientemente cáncer de recto, colón y ovario.
O’Shea Cuevas, deja en claro que para incluir el servicio de hemodiálisis y diálisis al Seguro Popular, en el que 64 mil afiliados lo necesitan, implicaría gastarse 9 mil 200 millones de pesos por año, lo que representa todo el dinero del Fondo de Gastos Catastróficos que se tiene para cubrir 20 enfermedades.
“No podríamos entonces cubrir los cánceres o el VIH-Sida”, destaca, a la vez que precisa que para la inclusión de una enfermedad se requiere de recursos.
También, adelanta, que uno de los temas que cambiará en este sexenio, es que habrá compras consolidadas de medicamentos en la que participarán los estados, lo que beneficiará a los afiliados y permitirá ahorros.
Considera que con la creación del Seguro Popular en el 2004, se tuvo un incremento en inversión en salud, además que ha sido un paso necesario para poder pensar en un sistema universal de salud, así como se logró disminuir la mortalidad materno infantil, se adquirieron nuevas ambulancias y se pudo comprar las vacunas del neumococo y rotavirus.
Fuente: El Universal