miércoles, 10 de octubre de 2012

Empresarios piden más a cambio de nada

Lilia Arellano - Revista EMET | 10 Octubre 2012
Como va siendo costumbre en la apertura de las sesiones de los legisladores, se montó un fuerte dispositivo de seguridad conformado por guardias federales y del propio Distrito Federal en las afueras del Senado, su primer propósito se centró en evitar que se manifestaran libremente decenas de jóvenes integrantes de la Central Unitaria
de Trabajadores quienes fueron los primeros en llegar seguidos de los del SME y “#Yosoy132”.

De nueva cuenta Gerardo Fernández Noroña se convirtió en el centro de los ataques por lo que acusaron “privación ilegal de la libertad”. Señalaron que las agresiones policíacas y esta represión solo exacerba los ánimos y tensa la situación.

Ya en el recinto, el senador Armando Neyra les dijo a los empresarios que hubiera sido motivo de festejo que a cambio de lo que están exigiendo se escuchara que van a otorgar aumentos salariales emergentes o algunas posiciones que tuvieran que ver con beneficios reales a los trabajadores y no con incursiones a la vida interna de los sindicatos. Reveló que ya habían pactado con ellos que se respetaría la autonomía sindical y el derecho a huelga. Calificó a las organizaciones empresariales como un “sindicato de patrones”, por lo que les exigió un lugar en sus consejos de administración. Isaías González, su homólogo de la CROC –Neyra es cetemista-, se dedicó solamente a defender tanto la elección como la permanencia de los líderes sindicales leyéndoles, incluso, el texto del artículo 171 ya aprobado en esta Reforma.

A su vez los perredistas Barrales, Ríos Pitter, Magdalena y la Padierna expresaron su esperanza en que las coincidencias con el PAN los lleven a la elaboración de un documento distinto ya que consideran que esta minuta no resuelve ningún problema ni tampoco moderniza o actualiza la Ley Federal del Trabajo y solo se cambia la esencia del trabajo dejándolo bajo la tutela del capital. También reclamaron que los empresarios durante muchos años estuvieran violando la ley en vigor a través de las contrataciones por la vía de las outsourcing y les exigió, después de escuchar sus propuestas, que dijeran cuánto piensan pagar por hora de trabajo.

Para Manuel Barttlet lo expresado por los representantes de las distintas Cámaras y que se basa en supuestos análisis “no resiste la verdad”. Y enumeró la serie de incongruencias que esgrimen cuestionando la prisa con la que exigen sea aprobada una Ley que afecta la vida de millones no solo de trabajadores sino de familias mexicanas. Al cierre los empresarios insistieron: “¡Hay que aprobarla, ya!”