El que la mayor parte de la energía de la misma sea traída de lugares lejanos, contribuye a la pésima calidad de la electricidad en la región y, como dijo un informe de Luz y Fuerza del Centro antes de su liquidación, es un riesgo permanente de colapso de voltaje en la zona
Antonio Gershenson
Hace dos semanas, al analizar alternativas para generar electricidad, decíamos que íbamos a ver una opción, y es que las principales fuentes de energía renovable están lejos de la región central. Y esta área es la que más carece de generación, en relación con su consumo. Y las plantas eléctricas que consumen gas son muy ineficientes a 2 mil metros de altura o incluso más, como es el caso en el centro de esta región.
Las plantas tradicionales que consumen combustóleo usan para quemarlo una caldera, de acero o aleaciones con fierro en general. Se produce vapor a poco más de 500 grados centígrados, y éste mueve, hace girar, una turbina de vapor. Ésta, a su vez, tiene una presión de 100 a 150 bars (un bar es aproximadamente una atmósfera) y hace rotar un generador de electricidad. Tienen una eficiencia de 20 a 30 por ciento, y las menos eficientes son las más antiguas.
Estas plantas han sido superadas en varios sentidos. Vamos a basarnos en una planta de la cual pude obtener información amplia, ubicada en una zona industrial de Shanghai, China. Aunque se aprovechó tecnología extranjera, al construirla hace años, ésta fue absorbida y se desarrolló tecnología china propia. Con este desarrollo, se aumentó de poco más de 42 por ciento de eficiencia cuando la planta era nueva, hasta 44 por ciento. La planta en cuestión tiene dos unidades de mil MW cada una. Fueron construidas en poco menos de tres años. Además, otras similares han sido construidas, incluso en poco menos de dos años (en Zouxian).
A las alturas del Valle de México y alrededores, las perdidas del gas natural por la altura y otras causas, hacen que la eficiencia de estas nuevas plantas, llamadas ultra supercríticas, rebase a la de las de gas de ciclo combinado. Además, se depende en estos casos en parte del gas importado, y en parte del gas contaminado con nitrógeno.
El hierro va desapareciendo a medida que se usan superaleaciones y, en ellas, los elementos más usados en las aleaciones son cromo y níquel. Las super aleaciones permiten usar vapor de 600 grados y poco más. La presión del vapor es ya de 250 a 280 bars. Siendo China un país con carbón en abundancia, se usa este material, en polvo para que la combustión sea más completa. Se elimina el azufre. Se aprovechan los desechos en otros usos. Con combustóleo, que sería nuestro caso, la eliminación del azufre está a la mano con plantas hidro desulfuradoras, aunque hay otras opciones.
Un elemento muy importante es que los componentes de las plantas son fabricados en China, incluso en parte en la misma ciudad. Hay fábricas que producen y reparan cada componente de éstas y otras plantas generadoras, por ejemplo las calderas, las turbinas y los generadores.
Este tipo de plantas generadoras de electricidad es especialmente importante para la región central, incluyendo el Valle de México. Hace decenas de años que no se hacen unidades generadoras en esta área. El que la mayor parte de la energía de la misma sea traída de lugares lejanos, contribuye a la pésima calidad de la electricidad en la región y, como dijo un informe de Luz y Fuerza del Centro antes de su liquidación, es un riesgo permanente de colapso de voltaje en la zona.
Por si fuera poco, el gobierno y su sector eléctrico tienen programado el cierre de plantas, incluso en esta región, y ya lo han hecho en varios casos. Nos informan en la Prospectiva del Sector Eléctrico más reciente, que en 2010 retiran o retiraron de la planta Jorge Luque 224 MW de unidades convencionales. En 2011, de las plantas Nonoalco y Lechería, retiran o retiraron 286 MW de plantas turbogás. Estas últimas se usan para cubrir emergencias, que así ya no podrán ser cubiertas.
Para 2013, ya se retirarían unidades mayores, de la Planta Valle de México serían 450 MW, en tres plantas convencionales. Y en 2014, de la misma planta, retirarían 88 MW de turbogás.
En todo este tiempo y en ésta región, se habla sólo de requerimientos de capacidad adicional de una posible planta con esquema financiero por definirse, de 660 MW de ciclo combinado. Aún si entrara, ya años después y con todas sus pérdidas por estar a más de 2 mil metros de altura (al fin que quienes escriben estaProspectiva ya no van a estar en el gobierno) su aportación sería mínima frente al retiro de los 674 MW de planta, más 316 MW de turbogás, porque, además, la demanda seguirá aumentando en estos años, y el deterioro seguirá también.
Todo este esquema refuerza la utilidad de plantas ultra supercríticas con combustóleo bajo en azufre. El tiempo de construcción, su eficiencia y el bajo costo del combustible (sobre todo su costo en México), junto con su mucho menor dependencia de las importaciones, aportarían mucho más a contrarrestar el desastre que nos estarán heredando. Y, además de reabrir plantas, es elemental suspender el cierre de las que no se hayan cerrado.