martes, 26 de julio de 2011

Transforma plantón del SME a Zócalo capitalino en "tianguis"

El plantón sigue ahí, resistiendo a un régimen que continúa haciendo y deshaciendo a su antojo, pero a los medios no les importan nuestras demandas, solo importa dar a conocer "el tianguis"
No estamos pidiendo nada regalado, simplemente trabajo, oportunidades
26 de julio de 2011 | ALBERTO ACOSTA | Agencia Reforma
Ciudad de México.- Al más puro estilo del ambulantaje, y con la "marca" del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la Plaza de la Constitución, la más emblemática del País, está convertida en un tianguis.
En el campamento que instalaron para protestar por la desaparición de la otrora compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), los desempleados de la ex paraestatal han habilitado pequeños negocios, donde lo mismo venden comida y "souvenirs" de su movimiento, que productos para el cuidado de la piel, ropa usada y hasta discos piratas.
En octubre de 2007, el comercio informal fue retirado del Perímetro A del Centro Histórico y desde entonces está prohibido ejercer dicha actividad en el Primer Cuadro de la Ciudad.
Incluso, policías de la Secretaría de Seguridad Pública han realizado operativos contra quienes, en todo el Perímetro A del Centro Histórico, delimitado por el Eje Central, República de Perú, Circunvalación y Fray Servando, pretenden ejercer el comercio informal.
Para las huestes de Martín Esparza, dirigente del SME, el trato es distinto, pues sus correligionarios violan dicha prohibición con sus puestos informales, sin que ninguna autoridad lo impida.
El plantón del SME en el Zócalo capitalino está conformado por poco más de 80 carpas, de las cuales 35 son utilizadas por los manifestantes de esa agrupación como puestos ambulantes, lo cual se pudo constatar durante una visita al lugar.
Tostadas, tortas, tacos dorados, refrescos, cigarros sueltos (que también está prohibida su venta), café, fruta, mochilas, cosméticos, películas y discos pirata, fotocopias, juguetes y recuerditos del movimiento de protesta de los electricistas, como gorras, bolsas y playeras, forman parte de la oferta en la improvisada "plaza comercial" del SME.
Los precios de la mercancía que venden los manifestantes van de los 8 a los 80 pesos. Por ejemplo, un café cuesta 8 pesos; un refresco, 8.50; una película o un disco pirata, 10, al igual que una tostada; una gorra con logo del sindicato, 50, y una playera, también alusiva a su movimiento, cuesta 60 y 80 pesos.
"Tenemos que vivir de algo, nuestros hijos deben comer, y esto es para mantenernos en la resistencia. Varios de nosotros comenzamos a vender refrescos y tortas, y poco a poco otros compañeros han ido trayendo mercancía de todo tipo.
"Al principio vinieron unos ambulantes a querer instalar sus puestos, pero los corrimos porque no queremos que nos relacionen con ellos", comentó un manifestante que vende refrescos.
El 3 de marzo de este año, los integrantes del SME instalaron el plantón de manera permanente, y a los pocos días comenzaron con la vendimia, comentaron algunos de ellos.
El campamento del SME es utilizado por decenas de ex trabajadores de LyFC para pernoctar en catres y colchones que están dentro de las carpas, donde además hay parrillas y tanques de gas que usan para preparar su comida, según se observó durante la visita.
Desde el inicio del plantón, la Secretaría de Gobierno descartó retirar a los inconformes, por considerar que ejercen su libre derecho a la manifestación; sin embargo, esa misma dependencia es la encargada de mantener el Centro Histórico libre de ambulantes a través de la subsecretaría de Programas Delegacionales.