La estrategia ya le ocasionó desencuentros con varios funcionarios
Leopoldo Ramos
Sábado 7 de mayo de 2011, p. 16
Sabinas, Coah., 6 de mayo. Javier Lozano Alarcón, quien el pasado 13 de abril dijo "yo soy el gallo, el mero mero" candidato presidencial del PAN para 2012, ha encontrado en la tragedia minera de este municipio el escenario para promover su imagen.
A escasas horas del estallido del pozo tres de la mina de Binsa el martes en la mañana, el secretario del Trabajo y Previsión Social se instaló en la explanada del yacimiento y también en las pantallas de la televisión como vocero del gobierno federal para difundir los pormenores del rescate.
A escasas horas del estallido del pozo tres de la mina de Binsa el martes en la mañana, el secretario del Trabajo y Previsión Social se instaló en la explanada del yacimiento y también en las pantallas de la televisión como vocero del gobierno federal para difundir los pormenores del rescate.
Todos los días tiene encuentros con familiares de los mineros atrapados y cuando terminan de inmediato se dirige al área asignada para los reporteros de medios locales, nacionales e internacionales que cubren la tragedia. Después se le ve caminar por las instalaciones de la cantera ubicada en el ejido Sabinas, a unos 300 metros de la carretera federal México-Piedras Negras.
Todos sus movimientos los sigue de cerca un fotógrafo, sobre todo cuando se trata de platicar y consolar a los deudos de los 14 trabajadores. Tampoco se le separan sus secretarios, representantes de la delegación de la STPS en la entidad y al menos un elemento del Estado Mayor Presidencial que lo protege.
El funcionario inicia la jornada con un enlace de televisión en cadena nacional con el conductor Carlos Loret de Mola, de Televisa, y si es necesario en la noche aparece en el espacio de Joaquín López Dóriga.
Su estrategia mediática incluye enlaces con cadenas de radio, improvisadas conferencias de prensa en la mina y la habitual difusión de mensajes en su cuenta de Twitter.
En teoría, Lozano ha permanecido todo el tiempo en el complejo minero, por lo que llama la atención que ante las cámaras y los reporteros siempre se presenta afeitado, con una camisa azul o de blanco impecable que al frente lleva impreso su nombre y el logotipo de la dependencia que dirige. En ocasiones incorpora al atuendo lentes de sol y un casco de seguridad.
Pero su estrategia le ha ocasionado desencuentros con representantes del gobierno estatal e incluso federal.
Cuando llegó a la mina ordenó la instalación de una pancarta frente a la entrada, en la que anunció que la coordinación de los trabajos estaría a cargo del gobierno federal y, en concreto, de la secretaría que dirige. Mi jefe prácticamente se lo impidió. Hubo una pequeña discusión; intercambiaron palabras, pero se le hizo ver que ese anuncio era irrelevante para los afectados y finalmente la pancarta no se colocó, dijo un colaborador del secretario de Gobierno en el estado, David Aguillón Rosales.