El cinismo y la desvergüenza de Álvaro Castro Estrada no tienen medida. Miente en su carta a El Correo Ilustrado del 26 de febrero de 2011. Le recordamos que en un viaje a Estados Unidos en mayo de 2010, su jefe Javier Lozano Alarcón intentó la extorsión de liberar al compañero Juan Linares Montúfar, así como descongelar los fondos sindicales, formulada a los presidentes de los United Steelworkers y de la Federación Americana del Trabajo, a cambio de que el Sindicato Nacional de Mineros, dirigido por Napoleón Gómez Urrutia, renunciara al derecho a la huelga y entregara la mina de Cananea a Grupo México, de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, actuando Lozano como fiscal, juez y verdugo, extorsión que les fue rotundamente rechazada, igualmente que otro intento del mismo Castro Estrada.
Y actuando ambos como testaferros de Grupo México. Como prueba y testimonio de ello existe una declaración jurada (affidávit) presentada ante los gobiernos de México, Estados Unidos y el mundo entero.
Y actuando ambos como testaferros de Grupo México. Como prueba y testimonio de ello existe una declaración jurada (affidávit) presentada ante los gobiernos de México, Estados Unidos y el mundo entero.
Con esto se ve que Lozano, contra lo que siempre afirma cínicamente, sí atiende asuntos penales y que su empleado Castro miente descarada y también cínicamente. Y esto se llama desvergüenza e impudicia extrema, esto es, deshonestidad absoluta. Lo que ocurre es que están ardidos porque no les salió la jugada sucia en la cual pretendieron involucrar al digno y valiente Napoleón Gómez Urrutia y al compañero Juan Linares Montúfar.
J. Genaro Arteaga Trejo, secretario de asuntos políticos del Sindicato Nacional de Mineros