martes, 1 de marzo de 2016

Pemex: deuda, pasivo laboral y complejo futuro

Moises Castillo - Siempre!

Entrevista a Jorge Ramírez | Coordinador de Proyectos en el CIDAC | Exclusiva Siempre! 
En plena discusión sobre la reforma energética, Javier Jiménez Espriú, exdirector de Comercialización de Petróleos Mexicanos (Pemex), afirmaba que uno de los grandes mitos para abrir el sector energético a la iniciativa privada era que Pemex era “corrupto e ineficiente”. Dos años después, ya con la reforma constitucional, la empresa sigue en crisis. Se modificó la Constitución pero no se tradujo en productividad, transparencia y rendición de cuentas.
Pemex genera suficientes recursos para hacer sus propias inversiones, pero la baja de los precios internacionales del petróleo y el régimen fiscal impuesto por la Secretaría de Hacienda, han provocado que la compañía continúe sin poder deducir todos sus costos.
La comparación de datos es elocuente: en el primer trimestre de 2014 Pemex obtuvo utilidades operativas por 181.2 mil millones de pesos, por los que pagó 210.1 mil millones de pesos en impuestos y derechos. Es decir, 1.16 veces el resultado de operación. Con el nuevo régimen fiscal, por los 48.4 mil millones de pesos que obtuvo de utilidades operativas en el primer trimestre de 2015 pagó 102.8 mil millones de pesos en impuestos y derechos, o lo que es lo mismo el 2.12 veces su resultado operativo.
Hay que recordar que las finanzas públicas del país dependen en 20% de los ingresos provenientes de Pemex y, aunque esta dependencia con el nuevo régimen se ha reducido 35%, el gobierno sigue siendo adicto a los recursos petroleros. Actualmente, Pemex paga seis veces más impuestos al fisco que todas las empresas (120 compañías) que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores.

Antecedentes
Hace un par de semanas, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México anunciaron que de los 132 mil millones de pesos de recorte al gasto público, 100 mil millones de pesos los absorberá a Pemex. ¿Qué implicaciones tiene este anuncio para la economía nacional? ¿Qué capacidades tendrá Pemex para competir en el abierto mercado petrolero?
El titular de Hacienda, Luis Videgaray, aseguró que el ajuste a las finanzas de Pemex busca capitalizar a la empresa para que reduzca su deuda y proveer liquidez. Si la inversión pública en Pemex es menor a los niveles registrados en la década de los años treinta y la inversión privada se encuentra estancada, ¿cómo potencializar a la empresa? ¿Cómo afectará el anuncio del gobierno federal de adelantar 10 meses la importación de gasolina para iniciarla en abril de este año? ¿El libre mercado generará una mejora en los precios?
Otra problemática, no menor, son los beneficios económicos de los trabajadores petroleros, como lo advierte la Auditoría Superior de la Federación en su informe sobre la cuenta pública de 2014.
“Pemex registra —dijo Videgaray— un problema estructural en su esquema de pensiones y jubilaciones que ha provocado un pasivo laboral de 1 billón 474 mil millones de pesos, equivalente a 8.3 puntos del PIB. Existe el riesgo de que en las negociaciones contractuales que Pemex efectúe en el futuro se incorporen más beneficios que generen un aumento aún mayor del monto de las obligaciones pensionarias y aceleren el crecimiento del déficit actuarial”.
Datos de Pemex indican que la plantilla de jubilados y pensionados asciende a 100 mil personas, mientras que la de trabajadores es de 145 mil. Asimismo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación, Pemex estimó un gasto total de 478 mil 282 millones de pesos para 2016, de los cuales el 38.8 por ciento es gasto corriente, pensiones y jubilaciones, y 61.2 por ciento, inversión.
Déficit elevado
Para Jorge Ramírez, coordinador de Proyectos en el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) y experto en materia energética, le hizo mucho daño a Pemex ser “la caja chica” del gobierno por décadas, por lo que urge controlar la inversión y resolver el gran pasivo laboral.
“Lo que urge —dice— es controlar la inversión, lo cual ya se está anunciando por parte del gobierno federal, porque la coyuntura de los precios internacionales del petróleo no te permite tener el mismo gasto que antes. En el corto plazo es una medida congruente, pero en el largo plazo está el tema del pasivo laboral que se debe solventar, que implica décadas de deuda para todos los mexicanos. El gran reto es modificar este esquema laboral de Pemex, pero se ve difícil porque el tema político y el sindicato siempre es un factor adverso”.
¿En qué estado se encuentra Pemex? ¿Está en quiebra?
Hay una serie de situaciones a destacar de la empresa: cuenta con un esquema laboral ineficiente que estaba destinado a provocar tensión en las finanzas públicas, debido a la edad en la que se retiraban los trabajadores y la corta duración de su periodo laboral. Todo eso ocasionó que tengamos un 7.5% del PIB de deuda de Pemex, solamente por este pasivo laboral. Se han extraído las rentas petroleras para pagar ese tipo de gastos y no se ha invertido en un capital humano capaz de satisfacer las demandas actuales de la reforma energética. Y esto se debe que en la oferta educativa no se lograron generar las carreras y las capacidades adecuadas.
Por ejemplo, los estudiantes de ingeniería petrolera representan el 11.2% de los alumnos de la Facultad de Ingeniería y solo son el 0.67% de los 197 mil estudiantes de licenciatura de toda la UNAM, cuando el mercado demanda porcentajes altos.
Además se han visto problemas en la estrategia política que han aprobado inversiones en refinerías sin justificar. La perspectiva ha cambiado. Se han anunciado recortes lo cual es de cierta lógica económica debido a que la coyuntura así lo demanda.
¿No hay un antes y un después en Pemex tras la reforma energética, porque se vendió la idea de que sería una empresa eficiente y transparente?
Sí hubo un cambio marginal en la edad de retiro. Anteriormente se podía retirar un trabajador a los 55 años después de tener 25 años de servicio, y actualmente la edad se incrementó a 60 años. Sin embargo, esto no compensa la deuda que ya se tenía atrás. El pasivo laboral es de 7.5% del PIB, es decir, 1.3 billones de pesos; si sumas todos los pasivos que tiene Pemex llega al 15% del PIB.
Ya no tienes esa empresa que antes se consideraba como esa “caja chica” del gobierno de la cual comúnmente se podían extraer las rentas y con eso solventar la recaudación fiscal. Ahora lo que tenemos es una empresa endeudada que, con los precios bajos del petróleo, vive una realidad muy compleja a futuro.
¿Qué impactos directos a la economía tiene la caída de los precios del crudo?
Déficit elevado. De hecho hemos tenido un déficit constante en los últimos años en las finanzas públicas. El problema es que actualmente existe una deuda neta del gobierno del 45% del PIB. Si nos comparamos con otros países de Latinoamérica como Brasil (60%), estamos en un buen nivel. Muchos economistas piensan que México tiene un problema de deuda controlada. El obstáculo es que no contamos los ingresos tributarios para pagar esa deuda, porque nuestra situación fiscal será muy apretada a futuro con esta coyuntura de los precios bajos del petróleo. Tendremos un doble problema: no existen los ingresos suficientes para solventar el gasto público y se suma un problema de deuda que hemos generando en los últimos años. Se resolvería ya sea a través de un gasto público más reducido o a través de una nueva carga fiscal.
Lo que hemos recomendado en CIDAC es hacer un gasto más eficiente, porque actualmente hay problemas de transparencia y eficiencia.
Ante este panorama adverso, ¿cómo puede competir Pemex tras la apertura del sector energético a la iniciativa privada?      
La estrategia más racional sería no dedicar recursos hacia sectores en donde se pierden mucho dinero como en refinación. El año pasado se anunciaron nuevas inversiones en tres refinerías lo cual implicaría pérdidas millonarias. Sin embargo, si esos recursos se destinan a campos donde sí es eficiente como en exploración y en el que son más redituables sus inversiones, entonces ya no se tendría una deuda tan elevada. También se requiere un control del pasivo laboral a través de esquemas de mercado, que no se den privilegios. Si se cumple este paso, se puede llevar a la empresa hacia una situación de una deuda controlada y después puede pensar en cómo competir adecuadamente.
¿Qué repercusiones tendrá la apertura en las importaciones de gasolinas?
No se debe observar como algo perjudicial para la economía del país. El sector de refinación en Estados Unidos tiene menores costos promedio que el sector nacional, esto puede producir un efecto de reducción en los precios en el mercado mexicano. Podríamos adquirir en el futuro gasolina más barata y podríamos ahorrar costos que actualmente se pagan vía impuestos para la refinación.

Pasivo laboral, el reto
A partir de abril no habrá mejores precios…
Es un proceso gradual. Para ese tema es importante aclarar cómo se dará la liberación de los precios. Se anunció una liberación total del precio de la gasolina para el 2019. En el proceso vamos a tener un precio dentro de cierto rango para que, una vez que se tenga la libre competencia en el mercado, se pueda pensar en un esquema de libre flotación del precio.
¿Cómo reestructurar Pemex si el plan oficial es disminuir la inversión pública?
Más que una reestructuración sería invertir en los rubros que la empresa tiene ventajas comparativas o para las cuales la empresa tiene un mayor dividendo como en exploración. Pemex tiene ciertos campos que se otorgaron para su explotación con privilegios especiales que no se licitaron al sector privado. Es ahí donde se requiere una inversión y no en áreas como refinación que no ofrece ventajas sino pérdidas de más de 100 mil millones de pesos anuales.
¿El gran reto del nuevo titular José Antonio González Anaya es el pasivo laboral?
Por su puesto. En el pasado periodo se lograron ciertos avances con el sindicato petrolero en el tema de la edad de retiro, donde se tendrá incluso un ahorro importante a futuro en las finanzas públicas. Todavía como un reto para esta y las futuras administraciones.

Fuente: Siempre!