lunes, 18 de agosto de 2014

White and Case promueve la voracidad eléctrica

Un análisis de la reforma energética realizado por la consultora multinacional White and Case establece que los nuevos contratos en materia de electricidad para servicio público se abrirán –a través de la CFE– a todas las actividades que antes fueron “exclusivas del Estado”: generación, transmisión, distribución y comercialización. Con fecha del 13 de agosto, el documento de la consultora con sede en Nueva York describe para sus clientes las principales bondades de la reforma eléctrica:
17 agosto 2014 | Jenaro Villamil | Proceso
“A raíz de la reforma constitucional, el Estado mantiene las funciones estratégicas de planeación y el control del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), así como las actividades relativas a la transmisión y distribución de energía eléctrica, las cuales mantienen el carácter de servicio público.

“Por su parte –prosigue el documento–, a través de la reforma energética, la iniciativa privada puede participar en actividades de generación y comercialización eléctrica, así como en forma limitada (a través de contratos) en las actividades de transmisión y distribución.”

El análisis destaca que la CFE “dejará de ser una entidad paraestatal para ser una empresa productiva del Estado”, y “a través de distintas entidades, que podrán ser empresas productivas subsidiarias o filiales (por ejemplo, empresas de naturaleza ‘privada’), la CFE podrá competir con la iniciativa privada en los mercados de generación y comercialización y a la vez llevar a cabo el servicio público de transmisión y distribución”.

White and Case –entre cuyos consultores está Antonio O. Garza Jr, exembajador de Estados Unidos en México– delinea las nuevas áreas de oportunidad y negocios en materia eléctrica: generación, abasto, generación distribuida, transmisión y distribución, comercialización y suministro.

Los generadores “podrán realizar actividades de comercialización en relación con la producción de sus propias centrales eléctricas, salvo por la prestación del suministro eléctrico (por ejemplo, la venta y entrega de energía a usuarios finales), y la representación de generadores exentos en el Mercado Eléctrico Mayorista”. Los “generadores exentos” no podrán realizar labores de comercialización por sí mismos. Sólo podrán vender a través de un suministrador, que tendrá el permiso para otorgar servicio eléctrico a usuarios finales.

El nuevo modelo de negocio es la “generación distribuida”, aquella que “cumple con las siguientes características: a) se realiza por un generador exento, y b) se realiza en una central eléctrica que se encuentra interconectada a un circuito de distribución que contenga una alta concentración de centros de carga.

“Mediante la generación distribuida, se pretende que microgeneradores de energías renovables puedan vender su energía de una manera más sencilla y expedita que las fuentes de mayor capacidad. Serán las disposiciones generales que expida el Cenace (Centro Nacional de Control de Energía), la CRE (Comisión Reguladora de Energía) o la Secretaría de Energía las que desarrollen cómo podrán los generadores exentos vender generación distribuida”, se aclara en el análisis.

La consultora critica la forma en que la ley trata las energías limpias o renovables, ya que “no regula de manera amplia el aprovechamiento” de estas fuentes, “salvo por las disposiciones que hacen referencia a las obligaciones de energías limpias, así como las disposiciones relativas a la generación distribuida”.

“Las energías limpias están definidas en la ley como aquellas fuentes de energía y procesos de generación de electricidad cuyas emisiones o residuos, cuando los haya, no rebasen los umbrales establecidos en las disposiciones reglamentarias que para tal efecto se expidan. Destaca que en el catálogo no limitativo de aquellas energías que la ley señala como limpias en términos de la premisa anterior se encuentra la energía nucleoeléctrica”, apunta White and Case.

Los tiempos para la apertura del mercado eléctrico son más amplios que en el resto del mercado energético. La ley prevé que existirá un “régimen transitorio para que, de manera gradual, puedan llevarse las actividades y cumplirse los objetivos que prevé la misma”.

En este proceso transitorio, la CFE continuará dando los servicios. En seis meses deberán crearse el Cenace –organismo que establecerá las reglas del mercado– y la CRE.

La CFE deberá realizar la separación contable, operativa, funcional y legal que corresponda a cada una de las actividades de generación, transmisión, distribución y comercialización; “sin embargo, la ley no señala un plazo para dicha separación”, indica la consultora. La CRE deberá expedir los modelos de contratos dentro de los nueve meses siguientes.

La firma considera que entre los temas pendientes está una ley secundaria específica “que regule el aprovechamiento de fuentes limpias o renovables de energía que sustituya a la actual Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética”.