La Jornada - Julio Hernández López - Astillero
Vicente Fox, su esposa
Marta Sahagún, y varios miembros de las familias de ellos, simbolizan en
México la corrupción impune, el uso faccioso de los fondos públicos
para negocios privados, la frivolidad, la ignorancia y el cinismo, pero
aun así, o justamente por ello, anuncian pomposamente que del 2 al 4 de
octubre próximo se realizará un Festival de la energía, la tecnología y
la cultura, al que asistirán 500 ejecutivos de corporaciones (las más
importantes trasnacionales, sobre todo) deseosas de invertir en el gran
negocio de los energéticos abierto por Enrique Peña Nieto, quien, según
el ex panista que fue presidente y ahora es explicable aplaudidor del
retorno del PRI al poder, habrá de asistir a una ‘‘cena de gala’’ en el
Centro Fox.
El ex gobernador de Guanajuato ya había dado a conocer su intención de formar un fondo de inversión por 500 millones de dólares, con participantes extranjeros, y ahora redondea su proyecto con abierto apoyo del gobierno federal priísta, cuyo secretario de Energía también está en la lista de invitados a una reunión en la que el cacique Fox habrá de pasear a los visitantes entre nativos, los ‘‘buenos mexicanos’’, en un programa cultural que tendrá respaldo del Conaculta y del estado de México; éste, a través de su orquesta sinfónica (‘‘los patios de los ejidatarios y de los campesinos serán el lugar que visitarán estos 500 grandes ejecutivos, a escuchar una pieza de música, a comprar artesanía mexicana’’, explicó el generoso Chente afuera de la ex hacienda San Cristóbal).
La aparición en escena del sabido y confeso negociante Fox, y su parentela, subraya grotescamente el verdadero sentido de la privatización energética, con un Centro Fox como anfitriona arquitectura que sirve de asiento al nuevo imperio económico y político de quien antes de llegar a la Presidencia de la República estaba en quiebra. Un ‘‘festival’’ neoporfirista, de mexicanos sumisos, es una escandalosa comprobación de que en curso está la doctrina de los hijos Sahagún como método de enriquecimiento fácil, rápido e impune desde el poder público. Eso sí, Fox llamó a combatir la corrupción en Petróleos Mexicanos e hizo votos por que haya honestidad y ‘‘procesos verdaderamente virtuosos de profesionalismo administrativo’’ en Pemex y Comisión Federal de Electricidad, aunque no explicó si éstos deberían ser al estilo de Oceanografía, entre otras guías morales del saqueo dirigido.
En otro tema: la siguiente vuelta de tuerca será fiscal y presupuestal. El rediseño político y económico en favor de las élites que se ha aprobado en el Poder Legislativo tendrá naturales consecuencias de reacomodo numérico en las próximas iniciativas de ley de ingresos y de presupuesto de egresos para 2015, que se recibirán y procesarán en el periodo ordinario de sesiones de las cámaras a partir del próximo septiembre. Los nuevos términos reformistas deberán ser apuntalados financieramente para que sean viables, y en ese proceso de negociaciones, frente a una realidad nueva, el peñismo tratará de avanzar en el proyecto de combate a las expresiones políticas que le son adversas y de premio y promoción a las aliadas.
De entrada, el jefe de los diputados federales, Manlio Fabio
Beltrones, hizo saber ayer que las modificaciones normativas en materia
energética requerirán del ‘‘soporte presupuestal necesario para lograr
su instrumentación inmediata y eficaz’’. También se necesitará más
dinero, o quitarlo a algunos rubros para asignarlo a otros, en cuanto a
las tareas que el año venidero cumplirá el Instituto Nacional Electoral
(partidos, campañas y preparación, desarrollo y cumplimiento de
comicios) y a los ajustes de las nuevas reglas en telecomunicaciones.
Los gobernadores, por ejemplo, deberán concurrir en términos de
rendición ante el poder federal cesarista, obligados a aceptar
condiciones si es que desean recibir un buen trato en cuanto a recursos
para el año venidero (una muestra adelantada de esos sometimientos se
vio en el caso de Tabasco, donde Arturo Núñez presionó a cinco diputados
federales perredistas para que aprobaran la reforma energética a cambio
de una buena recompensa por venir, con cargo a fondos petroleros:
partida presupuestal mata rollo izquierdista). Los representantes de
intereses gremiales, por su parte, deberán pelear para que en el nuevo
esquema de recaudación y distribución de fondos públicos no sufran merma
las partidas de apoyo que les han sido usuales. Y los grandes tiburones
empresariales habrán de intentar que haya más vías para la
consolidación de sus beneficios, con las reformas energéticas como una
‘‘ventana de oportunidad’’ para las cúpulas y un hueco socialmente
peligroso que los tecnócratas buscarán cubrir con nuevas cuotas y
exigencias, finalmente todo con cargo a los bolsillos populares.
En Tochtepec, Puebla, hay una plaza de armas del siglo XVII que está
catalogada y reconocida como patrimonio cultural de la humanidad. Son
dos hectáreas y en sus extremos hay dos templos, uno de ellos con
retablos de gran valor. Pero el presidente municipal postulado por el
PRD, Marcos Pérez Calderón, obtuvo permiso de la delegación regional del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para construir en
la parte media de esa plaza de armas una cancha de futbol 7, es decir,
de medidas reglamentarias y con pasto sintético, pero con la condición
de ‘‘respetar el trazo original’’.
Ante ello, la Comisión Pro Defensa del Patrimonio Cultural de
Tochtepec considera ‘‘absurdo que pida el INAH no violar el trazo
original del siglo XVII con una cancha de futbol 7, cuando es el mismo
instituto el que viola este patrimonio con su permiso y es el momento
que ese organismo no ha visitado la construcción, que ya lleva 25 metros
de ancho, invadiendo el parque de un lado, arrancando árboles y pasto, y
destruyendo bancas, así como violando el trazo original de la plaza de
armas’’. Los opositores a esta obra piden a directivos nacionales del
INAH que intervengan y frenen esas obras. ¡Hasta mañana!