viernes, 2 de mayo de 2014

Crece endeudamiento / Mexicanos pagadores / Por cabeza, 56 mil pesos

México SA-Carlos Fernández-Vega
¿Angustiados por sus deudas? ¿La tarjeta de crédito no estira? ¿Ya no les prestan ni en la tiendita de la esquina? ¿Son acosados por despachos de tinterillos cobradores contratados por los bancos? No se achicopalen, que el gobierno federal trabaja afanosamente para que el débito de cada uno de los habitantes de este país sea aún mayor, para cargar otro costal sobre sus espaldas, independientemente de decisiones y/o urgencias crediticias estrictamente personales.
Así es, mexicanos pagadores: en sólo 16 meses de estancia en la residencia oficial, el nuevo gobierno ha tenido a bien incrementar en alrededor de 12 por ciento la deuda per cápita, o lo que es lo mismo, a estas alturas cada uno de los habitantes de este bello país adeuda, quiéralo o no, alrededor de 56 mil pesos (por decisión del gobierno federal y el Congreso), monto que debe sumarse a la deuda propiamente contratada por cada uno de ustedes.

¿Qué han recibido a cambio? Un crecimiento de 1.1 por ciento, empleo formal escaso y mal pagado, cero bienestar y tantas otras gracias que se suman a las ofrecidas por gobiernos anteriores con resultados igual de malos. Al cierre de la esperpéntica administración calderonista, la deuda por habitante llegó a 50 mil pesos, en números cerrados, y 16 meses después ese monto se incrementó a 56 mil pesos, y contando, cantidad que deberán adicionar a sus respectivas las deudas personales.

En apenas 16 meses de gobierno, el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público federal (que no es otra cosa que la deuda completa –la de estados y municipios se contabiliza aparte– del gobierno federal, organismos y empresas públicas, el IPAB/Fobaproa, Pidiregas, Farac y demás gracias) se incrementó en casi cinco puntos porcentuales del producto interno bruto, o lo que es lo mismo, un aumento cercano a 740 mil millones de pesos en el periodo. Igual existen otros adeudos por allí disfrazados, pero oficialmente el saldo, a marzo pasado, se aproximó a 6 billones 630 mil millones de pesos.

Esos 740 mil millones de pesos en 16 meses se traduce, ya en pleno masoquismo financiero y en números cerrados, en un endeudamiento mensual por 46 mil 250 millones de pesos, mil 541 millones por día, 64 millones por hora o poco más de un millón por minuto. Todo de diciembre de 2012 y marzo de 2014, de acuerdo con los Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública (elaborados por la Secretaría de Hacienda, la del ministro del año) correspondientes al cierre del primer trimestre del presente año.

La deuda pública, pues, se incrementó en casi 5 puntos porcentuales del producto interno bruto en el periodo descrito, cuando a duras penas la economía avanzó poco más de uno por ciento. ¿Para qué se utilizó esa catarata de endeudamiento? Quién sabe, pero lo que sí queda claro, con base en los resultados, es que no se utilizó para impulsar el desarrollo, ni estimular a la economía, ni generar empleo formal y bien remunerado, y mucho menos para hacer aún mayor el de por sí vasto bienestar de todos aquellos que, quiéranlo o no, pagarán el endeudamiento público contratado.

La Secretaría de Hacienda lo detalla de la siguiente forma: al cierre del primer trimestre de 2014 el saldo de la deuda interna neta del sector público federal se ubicó en 4 billones 189 mil 176.4 millones de pesos, monto menor en 41 mil 748.5 millones de pesos al observado al cierre de 2013. Esta variación fue resultado de los siguientes factores: un endeudamiento interno neto por 226 mil 433.3 millones de pesos; la variación positiva en los activos internos del sector público federal por 290 mil 317.6 millones de pesos y ajustes contables positivos por 22 mil 135.8 millones de pesos, que reflejan, principalmente, el efecto inflacionario sobre los pasivos indizados a esta variable. Como proporción del PIB, este saldo representó 25.5 por ciento. Con base en el saldo contractual de la deuda interna registrada al 31 de marzo de 2014, las amortizaciones del sector público federal durante el resto del año (abril a diciembre de 2014) serán por un billón 54 mil 36.6 millones de pesos. De este monto, 96.5 por ciento se encuentra asociado a los vencimientos de valores colocados en los mercados nacionales.

Por el lado de la deuda externa neta del sector público federal, la SHCP detalla que en el periodo indicado se ubicó en 139 mil 129 millones de dólares, monto superior en 8 mil 179.1 millones de dólares al registrado al cierre de 2013. Como proporción del PIB este saldo representó 11 por ciento, 0.7 puntos porcentuales por arriba de lo observado en diciembre de 2013.

La evolución de la deuda pública externa neta, explica, fue resultado de los siguientes factores: un endeudamiento externo neto de 8 mil 72.4 millones de dólares; los activos internacionales del sector público federal asociados a la deuda externa presentaron una variación positiva de 185.3 millones de dólares, y ajustes contables positivos por 292 millones de dólares, que reflejan por una parte, los ajustes por el intercambio de deuda, y por otra parte, la variación del dólar con respecto a otras monedas en que se encuentra contratada la deuda.

Con base en el saldo contractual de la deuda externa registrado al 31 de marzo de 2014, las amortizaciones del sector público federal durante el resto del año (abril a diciembre de 2014) serán por 7 mil 448 millones de dólares. De este monto, 53.8 por ciento se encuentra asociado a las amortizaciones proyectadas de los créditos directos y pasivos Pidiregas; 30.7 por ciento correspondería a las amortizaciones de líneas vinculadas al comercio exterior y a vencimientos de deuda con organismos financieros internacionales, y 15.5 por ciento se refiere a los vencimientos de deuda de mercado de capitales.

En dicho periodo el costo financiero (intereses y comisiones, fundamentalmente) de la deuda interna del sector público federal fue superior a 15 mil millones de pesos, y a mil 824 millones de dólares por el débito externo.

Las rebanadas del pastel

Dice el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete, que con Peña Nieto se ha registrado el más bajo índice de estallamiento de huelgas en el país de los últimos seis sexenios, y que si algo caracteriza a la presente administración es la paz laboral. Bien, pero es tal la debilidad (política y física) de los trabajadores que ya ni fuerza tienen para estallar huelgas, y como van las cosas la cacareada paz no será otra que la de los sepulcros.

Fuente: La Jornada