lunes, 24 de febrero de 2014

Represión y obras inútiles, saldo de megaeventos deportivos

Copa de fútbol en un estado de excepción
Olimpiadas, creadoras de elefantes blancos
Instalaciones imposibles de usar, escombros, deudas y libertades democráticas reducidas es una parte de lo que dejan Olimpiadas y Copas del Mundo, lejos de las promesas de desarrollo económico con que se promueven.
24 febrero 2014 | Renata Bessi, Santiago navarro y S.E. Smith / traducción: Clayton Conn | Desinformémonos

Copa de fútbol en un estado de excepción

Para complacer las exigencias de la FIFA, el gobierno brasileño la exentó del pago de impuestos, privatizó el negocio del futbol, le rinde honores de jefe de Estado y dictó leyes extraordinarias para criminalizar a quien proteste durante el evento deportivo, de forma contraria a la Constitución.
RENATA BESSI Y SANTIAGO NAVARRO F.
La población se vuelve enemiga; quienes trabajan en la calle serán desplazados, y quienes critiquen o protesten contra la celebración de la Copa Mundial de Futbol en Brasil serán tratados como terroristas. Así se prepara el Brasil que recibirá a miles de turistas en juntio de 2014.

Más de 10 mil elementos de la policía con entrenamiento militar están listos para contrarrestar cualquier tipo de disturbio antes y durante la Copa Mundial de Futbol en Brasil. El Ministerio de Defensa publicó el 20 de diciembre del 2013, el manual titulado “Ley de garantía y orden”, que regula la disciplina militar en las acciones de seguridad pública. Este manual cataloga como “fuerzas opuestas” a las personas, organizaciones y movimientos cuyas acciones atentan contra el “orden público o la seguridad de las personas” y bienes.

El manual consta de normas jurídicas excepcionales que entre líneas buscan contener cualquier tipo de movilización o expresión de descontento social contra el evento deportivo. Las “fuerzas opuestas” son equiparadas con criminales, se les niega su condición de ciudadanos y, por tanto, son posicionados fuera de la ley.

El manual atribuye poderes policiacos a las tres fuerzas armadas –Ejército, Marina y Aeronáutica- por orden de la presidenta de la República, y su intervención puede ser solicitada por los gobiernos de los estados en cualquier momento. Entre las actividades que deben realizar las fuerzas armadas está “proveer la seguridad de las instalaciones, equipo y personal que participan o participaran en grandes eventos”.

Aparte del concepto militar del enemigo, otro concepto ideológico conservador que es rescatado de los tiempos de la dictadura militar brasileña es la “amenaza”. Según el texto, la amenaza se caracteriza como “actos o intentos potencialmente capaces de poner en peligro la conservación del orden público o la seguridad de las personas y bienes, cometidos por las denominadas ‘Fuerzas oponentes’”, en las que identifica a la población en general.

La idea de la lucha contra el enemigo y la amenaza en nombre de la preservación del orden público converge con la necesidad de garantizar el marco legal de las leyes y las normas creadas en los últimos tres años, desde que Brasil fue elegido como receptor de los juegos. Se hace de las 12 ciudades anfitrionas de la Copa Mundial 2104 territorios de excepción para el libre usufructo de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) y sus patrocinadores. Toda la estructura creada, en muchos casos anulando la Constitución brasileña, fue construida de manera unilateral, sin ningún diálogo o consulta con los movimientos sociales.

“No hay duda de que la publicación está dirigida hacia los manifestantes y manifestaciones contra la Copa. Todas las esferas de gobierno se preparan para asegurarse de que la Copa del Mundo se llevará a cabo y, si es posible, que el mundo no vea ninguna manifestación”, evalúa Luana Xavier Pinto Coelho, representante del Foro Nacional de Reforma Urbana. “La libertad de expresión y de manifestación son parte de la democracia y eso no se puede poner en riesgo. Incluso el aumento de la represión policiaca es un retroceso histórico de la libertad en este país. Colectivos y grupos seguirán yendo a las calles”, advierte el activista.

¿Para quién es la Ley Antiterrorista?

En el paquete de medidas para acoger a la Copa del Mundo, el elemento que está en juego ahora es el proyecto de ley –avanzado en el Congreso Nacional-, que busca establecer el delito de terrorismo en Brasil. El texto define al terrorismo como “causar o propagar el terror y el pánico en una ofensiva generalizada a la vida, la integridad física, la salud o la libertad del ciudadano”. La cuestión es que la tipificación del terrorismo es ambigua y puede ser caracterizada en cualquier acusación. Una manifestación frente a un estadio donde un partido se llevará a cabo puede ser considerado como generación de “pánico generalizado”, por ejemplo.

La aplicación de las leyes antiterroristas en América Latina genera distorsiones. Chile es una muestra de ello: la ley se utiliza en muchos casos para criminalizar las luchas de los movimientos sociales, como los de los indígenas mapuches. “Brasil es un país sin historia de actos terroristas. La legislación penal existente, en principio, es suficiente para posibles excesos cometidos durante enfrentamientos callejeros. Es difícil de entender, por lo tanto, ¿por qué la necesidad de tipificar como delito la conducta que no es parte de la realidad brasileña? La única explicación de por qué el Congreso tomará una decisión rápida sobre el proyecto de ley es para imponer tal novedad durante los partidos de la Copa del Mundo”, afirma el abogado Luana. “El estado de São Paulo, por ejemplo, creó un grupo exclusivo para vigilar la Copa del Mundo y una policía especial contra el terrorismo. Si no convivimos con el terrorismo en el país, ¿a quién está dirigido este aparato especializado?”, cuestiona.

El senador Romero Juca, del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB-RR), relator en el Comité Mixto sobre la Consolidación de las Leyes y Reglamentos, admite que habrá un esfuerzo en el Congreso para que la legislación esté vigente antes del comienzo de la Copa, el 12 de junio de 2014. Sostiene que el país necesita de esta seguridad para recibir a miles de turistas durante los juegos.

Quienes sean condenados por el delito de terrorismo pueden obtener sentencias que van de 15 a 30 años de prisión. El proyecto de ley también establece que el delito no es susceptible de fianza y no puede ser amnistiado o indultado. El proyecto será puesto en el orden del día del Senado en febrero, y continuará el camino de su aprobación en la Cámara de Diputados.

Cambios en el código penal

Otro de los cambios en la ley penal, advierte el abogado, modifica el delito de pandillerismo por la Ley 12.280/2013, pues tipifica las formas de asociación criminal. La caracterización se utiliza para criminalizar a los manifestantes, pues hace más flexible la forma de enmarcar estos actos dentro del crimen organizado.

Argemiro de Almeida, miembro de la Coordinación Nacional de Comités Populares para la Copa del Mundo (ANCOP), relata que “desde las grandes manifestaciones de junio, el Estado demostró que no está listo para las manifestaciones políticas. Se equivocaron varias veces en diferentes ciudades. Contribuyó a que la violencia se agudizara sin control. La presencia policial ha llevado a más violencia. Y la intensificación de los procesos de militarización, como vemos que ocurre, no es la salida”.

Tribunales de excepción

La Ley General del Mundial (Ley 12.663 de 2012), la principal excepción del marco legal y responsable de garantizar el monopolio temporal de la FIFA y sus socios, prevé también crímenes excepcionales, clasificación que se extenderá hasta el 31 de diciembre 2014. Ellos son: El mal uso de los símbolos oficiales; Marketing de emboscada comercial (ambush marketing); y Ambush marketing por intrusión. También permite la creación de tribunales especiales para juzgar demandas respecto a los partidos, condición para la creación de una justicia de excepción en Brasil. Y la FIFA se exime de cualquier gasto de procedimiento, a diferencia de los brasileños comunes.

Por otra parte, durante la Copa de Confederaciones del 2013 se estableció un precedente para la Copa 2014 en el sentido de prohibir actos públicos. El tribunal del estado de Minas Gerais prohibió las manifestaciones durante los juegos.

Excepciones administrativas

La Ley General de la Copa suspende leyes brasileñas que garantizan la libertad de movimiento de la población, deroga la ley que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en los estadios y restringe el derecho de huelga. Además, la FIFA se aseguró la exclusividad de la difusión, publicidad, venta y distribución de productos en todo el estadio, en un radio de hasta dos kilómetros.

“Al transferir de forma masiva los estadios de fútbol a la gestión privada a través de contratos de concesión, el trabajador ambulante y las ferias populares serán excluidos del escenario para dar paso a las franquicias de comida como McDonalds (uno de los patrocinadores de la Copa)”, afirma Luana.

La ley prevé la concesión automática de visados de entrada y permisos de trabajo a cualquier persona indicada por la FIFA y para cualquier persona con boletos para los partidos. El país pierde así cualquier poder de control sobre la entrada de extranjeros a territorio nacional. Hay también instrucciones normativas que rigen la rebaja de impuestos a la FIFA y sus socios. Es decir, la FIFA y sus patrocinadores no tienen que pagar impuestos y tasas, y también están libres del costo de los derechos laborales.

“El gobierno brasileño aceptó, sin mucha resistencia, todas las imposiciones de la FIFA, incluidas las que son contrarias a la ley nacional y a la Constitución, lo que es una afrenta a la soberanía del país. Los representantes de la FIFA en Brasil son recibidos con honores de jefes de Estado y critican nuestra estructura, pero no han puesto ni un centavo de inversión en el país, por el contrario, el gobierno les exentó de impuestos”, recuenta Luana. “Creo que el gobierno debe hacer todo para que la imagen de progreso y éxito se proyecte durante la Copa del Mundo, pero el mundo también deberá asistir a la crítica que hoy en día la población sostiene contra la Copa Mundial de la FIFA”.

En un comunicado, ANCOP criticó las acciones del gobierno y calificó su postura como “vasallaje político”. “La Ley General de la Copa cumple con los requisitos de la FIFA. El argumento de que el gobierno brasileño tomó estos compromisos es inaceptable debido a que el gobierno no tiene autoridad para asumir o delegar acuerdos con entidades internacionales en ausencia del poder legislativo, y en oposición directa a la Constitución y las leyes vigentes. En nombre del negocio y de los beneficios de las entidades, percibimos una relación de vasallaje político de nuestras autoridades hacia la FIFA, en perjuicio de nuestra soberanía, de la legislación nacional y los intereses nacionales”.

City Marketing

Las ciudades de excepción están siendo moldeadas, incluso antes de la Copa del Mundo, como una forma de adaptarse a la imagen de una ciudad global –necesaria dentro del marketing para atraer inversiones. Dentro de esta perspectiva, es posible visualizar un amplio proceso de híper-regulación en las ciudades con el fin de inhibir o prevenir ciertos usos del espacio público. Esto incluye el aumento de la intolerancia contra los trabajadores, la gente y los artistas callejeros.

La llegada de la Copa del Mundo sólo hace estos cambios más urgentes y algunos de ellos más evidentes, como el caso del trabajador ambulante que siempre ha estado presente en los alrededores de los estadios de fútbol de Brasil y con la Copa se le impedirá trabajar.


Olimpiadas, creadoras de elefantes blancos

En contra los argumentos que sostienen que estos megaeventos deportivos estimulan el desarrollo económico de las ciudades que los alojan, se presentan las millonarias instalaciones abandonadas.
S.E. SMITH / TRADUCCIÓN: LINDSEY HOEMANN
Con cada Olimpiada viene la promesa de enormes sitios espectaculares y de vanguardia para el evento. Los países anfitriones quieren causar una buena impresión a los atletas, y dicen que el gasto se justifica por los beneficios para la comunidad, que durarán mucho tiempo después de terminarse los eventos –por fin, la gente tendrá arenas, piscinas, pistas y demás sitios increíbles para entrenar, competir y disfrutar los deportes. Además, la economía local tendrá un resurgimiento. Pero, ¿qué pasa en realidad con esos sitios, y de verdad valen la pena? La evidencia sugiere que los sitios olímpicos caen en el abandono y se convierten en montones peligrosos que tienen que ser destruidos y removidos, a veces tan sólo unos años después de la realización de los Juegos.

Adiós a los beneficios para la comunidad

En Grecia, se estima que 21 de los 22 sitios construidos especialmente para los Juegos Olímpicos de 2004 (hace apenas diez años) se deterioraron tanto que ya no se pueden usar, en un país que lidia con deudas masivas y conflictos sociales. Después de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo, en 1984, el podio se convirtió en un lugar para realizar ejecuciones públicas; ahora es el testimonio triste de una historia de guerra y miseria. Los sitios levantados para los Juegos de verano de Beijing, en 2008, también sufren daños, y algunos ya se están derrumbando gracias a su construcción apresurada. Con decoraciones de grafiti y montañas de materiales de construcción, son zonas de peligro, no sitios para realizar deporte. Mientras tanto, la Villa Olímpica de Turín está cerrada al público con cercas reforzadas, una indicación de la falta de vida en su interior.

Ya en 1960, los sitios olímpicos se abandonaban y destruían casi al terminar los eventos. Es suficientemente malo que las ciudades gasten millones en los preparativos para los Juegos y construyan estructuras, a veces al costo de su parque habitacional existente, pero es todavía más impactante ver cuántos sitios olímpicos fueron desechados cuando cumplieron con su uso. Estadios, viviendas y otras áreas no deben de considerarse desechables, tomando en cuenta cuánto se gasta en ellos.

Algunos economistas investigaron la afirmación que ser anfitrión de las Olimpiadas lleva consigo cambios económicos positivos para las ciudades anfitrionas, y encontraron que simplemente no es cierto. En comparaciones aleatorias entre ciudades similares en términos de situación, población y otros factores, no encontraron ninguna diferencia sustantiva entre los anfitriones de las Olimpiadas y ciudades que no alojaron los Juegos. En sus investigaciones también encontraron que las ciudades muchas veces se quedan con elefantes blancos si no planean cuidadosamente lo que va a pasar después de los Juegos: ¿qué se hace con estadios, viviendas, pistas, y otros sitios construidos para recibir muchísimos más espectadores de los que jamás se podría esperar en un día cualquiera? ¿Y qué hay de los deportes que no se practican mucho en el país anfitrión, y por lo tanto no atraerán jugadores ni espectadores?

Estas son preguntas importantes para los organizadores de las Olimpiadas, quienes deben rendir cuentas a los ciudadanos de los países anfitriones. En el proceso de planificar un evento internacional importante como éste, también deben pensar en cómo hacer que beneficie a la gente mucho después de que se hayan ido los visitantes – si es que es posible hacerlo.

Mientras los economistas dejan claro que no quieren disuadir a los países de recibir las Olimpiadas, advierten que las competencias alentadas por el Comité Olímpico Internacional tal vez haya creado un ambiente económico y social no saludable en ciudades que concursan para ganarle a las demás durante el proceso de postulación. ¿Será ya hora de limitar las Olimpiadas a un nivel más razonable?