lunes, 24 de febrero de 2014

Los actores del golpismo en Venezuela

24 febrero 2014 | Ricardo Martínez Martínez | Desinformémonos.org
Los intentos de derrocar el proceso bolivariano que comenzó en 1999, con el liderazgo del comandante Hugo Chávez, no han cesado. Los acontecimientos del 12 de febrero del 2014 a la fecha develan que los planes golpistas siguen su curso, con tácticas y tiempos diferentes, pero con los mismos actores que se obstinan en retomar el poder que perdieron en las elecciones, referéndums y consultas legítimas y legales celebradas durante 15 años. ¿Quiénes son los que componen esta corriente golpista?
Entre sus filas aparecen empresarios de la poderosa FEDECÁMARAS, dueños de medios de comunicación privados, tanto nacionales como internacionales; partidos políticos, organizaciones no gubernamentales (ONG) e iglesias articuladas en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), sus aliados internacionales en España, Colombia y Miami, y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Entre los multimillonarios, el empresario Pedro Carmona es el padre del golpismo. Refugiado en Colombia, mantiene una red de complicidades en Venezuela. Entre ellas juegan Jorge Roig y Eligio Cedeño como operadores políticos, el primero en Caracas y el segundo en Miami. Ambos promueven boicot económico, desabasto y acaparamiento de bienes; financian grupos conspirativos con fachada de civiles, como la ONG Humano y Libre; sueñan con retomar el poder del Estado, articulando empresarios de importación con estrechos vínculos con las firmas transnacionales para sumarlos a los intentos desestabilizadores. Y mantienen lazos con Otto Reich, quien drena energía del poder profundo estadunidense contra Venezuela.

Los medios regionales, el colombiano NTN24 y la estadunidense CNN, principalmente, imponen la matriz de opinión: “movilizaciones pacíficas” contra “exceso de las fuerzas de seguridad”. Mientras los grupos ligados al partido de derecha Voluntad Popular irrumpen violentamente en las calles –ya provocaron la muerte de tres personas y 66 heridos-, estos medios los victimizan y acusan al gobierno constitucional de provocarlos.

Los partidos de la MUD son Acción Democrática, Primero Justicia, Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), Causa Radical, Voluntad Popular y Proyecto Venezuela, entre otros grandes y pequeños, que se unieron para forjar un bloque opositor. Participan en elecciones con el fin de escalar posiciones de mando. Controlan algunas municipalidades y gobernaciones, y desde allí gestionan proyectos de cooperación internacional con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la también estadunidense Fundación Nacional para la Democracia (NED). Entre sus integrantes cunde la idea de derrotar al bolivarianismo a cualquier costo.

Las ONG proliferan y se mueven a la sombra de los golpistas. El Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) es la más visible por su protagonismo político. Se erige a sí misma como entidad crítica de las políticas económicas del gobierno venezolano y promueve el boicot abiertamente. Entre sus principales fuentes de financiamiento destaca el Centro para la Empresa Privada Internacional de los Estados Unidos (CIPE).

La oposición también cuenta con el apoyo de la derecha internacional, principalmente con partidos, representantes empresariales, intelectuales y políticos aglutinados en la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA) y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, que preside el expresidente español José María Aznar.

También el expresidente colombiano Álvaro Uribe apoya a los golpistas y promueve el enfrentamiento contra el gobierno venezolano. Pesan sobre él serias acusaciones legales y públicas por narcotráfico y paramilitarismo. Organizaciones de izquierda latinoamericanas lo ubican como uno de los principales promotores desde el exterior en los intentos de golpe de Estado.

En 2009, la derecha latinoamericana se reunió en Caracas en el marco del “Encuentro Internacional Libertad y Democracia: El Desafío Latinoamericano”, con el fin de profundizar la campaña mediática y política contra el gobierno de Venezuela. Ramón Avelado, del partido COPEI, lanzó la consigna de “golpe blando” contra el bolivarianismo.

Asimismo, el Departamento de Estado estadunidense mantiene la cobertura al bloque opositor. La Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) cuentan con base de operaciones en Venezuela. La embajada norteamericana es un nido de conspiradores. En varias ocasiones, el gobierno del presidente Chávez tuvo que declarar non gratos a los diplomáticos estadunidenses en tanto que se descubrieron reuniones con la oposición para conspirar.

En el contexto de las recientes acciones de calle del partido Voluntad Popular, Venezuela acaba de expulsar a otros tres diplomáticos que en las universidades realizaban actividades conspirativas y, a cambio, prometían visas a los estudiantes.

En síntesis, se trata de un conglomerado político de derechas, que bien pueden participar en elecciones o fustigar en los medios, armar grupos paramilitares o actuar en manifestaciones en coyunturas específicas, según valoraciones del momento político. Cualquiera de las dos vías, pacífica o violenta, nunca quedan definitivamente descartadas.

La actual política de fuerza implementada por los grupos de la derechista Voluntad Popular -liderada por Leopoldo López y secundada por la también opositora María Corina Machado-, es un componente de la estrategia general de desgaste hacia el gobierno de Nicolás Maduro.

En el escenario inmediato, la derecha llamó a una movilización nacional. Henrique Capriles, líder de la MUD, aseguró que “será pacífica”, no obstante, López y Machado atizaron el fuego para continuar con las acciones “hasta quitar al gobierno”, como dijeron cuando las comenzaron.

En un contexto muy difícil para la economía venezolana, las movilizaciones y la violencia de los grupos de derecha encuentran terreno fértil. El conglomerado golpista evalúa que es el momento de debilitar estratégicamente al gobierno bolivariano.

Fuente: Desinformémonos.org