jueves, 23 de enero de 2014

Defensa del petróleo, defensa de la tierra

John Saxe-Fernández | Opinión-La Jornada
“Quedé helado”, me dijo un colega consureño, no por el gran frío en el DF, sino “después de leer la entrevista” de Rogelio Cárdenas al secretario de Agricultura: “Se reformará en el campo el régimen de propiedad” (El Universal 14/1/14), sobre los objetivos de la “reforma” del sector, otro de los programas de ajuste estructural (PAE) palomeados por el Departamento del Tesoro de EU, y aplicados al sur del Bravo por el FMI-Banco Mundial-BID. Las líneas de condicionalidad son en esencia las mismas. Y las grandes beneficiadas y las víctimas también. Son recetarios “fondistas” que enlazan con el PAE laboral, hacendario, educativo y energético al entregar trabajo, territorio y recursos naturales, crédito, subsidios y paraestatales (Pemex, CFE) a los privados de acá y a gigantes de la banca, agroindustria, minería y energía, en los tiempos del shale y de las “guerras por los recursos” de EU.
La ofensiva se centra ahora en incautar el suelo campesino, indígena, acotando más la soberanía territorial de un país que colinda con EU, primer consumidor per cápita de gas y petróleo que nos incluye en el “perímetro” de su homeland security (seguridad del suelo patrio) para beneficio de sus monopolios energéticos y agroindustriales. En consonancia con los “fondistas”, el secretario dice que desde la “reforma” del 27 constitucional en 1992, “sólo el 3 por ciento” de la tierra cultivable migró “de la propiedad social a la propiedad privada”. Por lo que se actuará sobre leyes y derechos para un incalificable despojo de tierras ejidales, de comunidades indígenas y campesinas y de pequeños y medianos agricultores, que cubren 77 por ciento del área cultivable, ya de por sí vapuleados por diseños tipo Procampo, además de ser explotados y afectados en salud, patrimonio y medio ambiente por las desreguladas concesiones mineras a firmas nacionales y de Canadá que cubren 30 por ciento del territorio. A favor de ellas, en lo oscurito y de madrugada, se agregó al regime change de diciembre, la explotación de gas y petróleo en lutitas o shale. Para proceder se plantean dos rutas: 1) “la asociatividad” de los pequeños productores “haciendo clusters” y 2) una migración “más rápida de la propiedad social a la propiedad privada”. Sin ese cambio de régimen, dice el secretario, se dificulta “la asociación y no son sujetos de crédito” “en tanto no regularizan su tenencia de la tierra”.

Así, detrás del PAE agrícola están los agribusiness y la explotación shale devoradora de territorios: Cabe mencionar que Anthony Ingrafea, (http.ecowatch.org) profesor de Cornell, de larga trayectoria en estudios geológicos, indica que, diferente a la perforación convencional donde sólo hay un pozo por “área” y se va en busca de un gran volumen de gas o petróleo atrapado en burbujas, en la explotación shale se procede de manera significativamente diferente. En ella “hay mucha más distribución y enorme dispersión de burbujas” por lo que se usa la perforación vertical y la horizontal (laterales) “que va en todas direcciones, perforando muchos pozos por ‘área’”. Los “laterales” son “aquella parte de la perforación que serpentea a través de la roca madre mil 600 metros o más y en toda dirección, cubriendo espacios muy amplios, mucho más que en las explotaciones gaseras o petroleras ‘convencionales’”, registrándose en todo el proceso fugas de metano, un gas con efecto invernadero poco más de 100 veces mayor al del CO2. 

La explotación shale es de corto plazo (4-5 años) y registra curvas abruptas de declive lo que alienta un frenesí de perforaciones con alto costo, devorando y contaminando enormes espacios donde las empresas “tienen lo que utilizan para todas las operaciones de perforación, fractura y almacenaje de agua fresca (20-30 millones de litros por pozo), donde están las piscinas con el agua ya usada de deshecho, contaminada con una mezcla, que es “secreto corporativo”, repleta de lubricantes, tóxicos, cancerígenos y mutagénicos a los que se añaden metales pesados y radiactivos recogidos por la mezcla inyectada a la roca a gran presión, al regresar a la superficie. “Todo lo que se ve desde una vista aérea, los aparejos de perforación, camiones, pipas y piscinas que almacenan la mezcla es una ‘área’. Como son pozos múltiples, desde arriba se ven grupos de áreas distribuidas en rejillas en una vastedad geográfica”.

Por lo que cobra inusitado peso la denuncia del senador Manuel Camacho Solís (La Jornada 5/12/14) sobre la Ley de Expropiación y otros ordenamientos en que “los ejidatarios serían desposeídos sin efectuar juicio”. Se contempla “la suspensión de oficio y de plano en amparos promovidos por núcleos de población ejidal o comunal no se otorguen en casos de expropiación por causa de utilidad pública”. Todo para, advierte, “facilitar el camino a las empresas trasnacionales a las que se pretende concesionar la explotación del petróleo”.

Inmensidades humanas, históricas y geográficas de por medio.

Fuente: La Jornada