México SA-Carlos Fernández-Vega
La gloriosa economía nacional se desinfla un día sí y el siguiente también, la generación de empleo formal es raquítica, la perspectiva de aumento salarial es por demás famélica, la catarata de impuestos para 2014 ensombrece la de por sí triste realidad de la economía familiar, pero en el gobierno federal están muy contentos porque el comportamiento de la inflación retomó la senda que permitiría cumplir la meta que en este renglón se fijó el Banco de México.
Nada funciona en la “sólida” economía, pero la tendencia de los precios –según dicen– es descendente y por esa razón lo demás les importa un bledo, porque, gritan a coro, “no hay peor impuesto que la inflación”. No les importa si el crecimiento es inexistente, los salarios de hambre, el empleo precario y las perspectivas sombrías. Sólo que la inflación “está en el rango previsto”.
En este contexto, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, divulgó su informe Inflación moderada y lenta recuperación, en el que señala que el escenario inflacionario para octubre de 2013 (las cifras más actuales) “se presenta favorable en cuanto a los objetivos que en este renglón persigue la política de estabilidad macroeconómica, pues el indicador se sitúa en niveles más bajos que en 2012 y por consecuencia más cerca de la política de precios de Banco de México”.
Dicho escenario, donde se ha permitido que la inflación subyacente esté controlada, “ha dado margen de maniobra a la política económica para abrir posibilidades en el marco de la salida de la desaceleración de la primera mitad del año, como la de inducir bajas en tasas de interés del mercado. Sin embargo, si bien la inflación subyacente se sitúa para este periodo en 2.5 por ciento en su variación anual, el índice de nacional de precios al consumidor (INPC) general se coloca ya en niveles de variación de 3.4 por ciento con respecto a octubre del año anterior”.
La canasta básica presenta una inflación de 4.6 por ciento, por arriba de las bandas deseables, lo cual no necesariamente garantiza que el escenario favorable de inflación beneficie a todos los consumidores mexicanos. La reducción en la inflación de los alimentos fue considerable, lo que impactó positivamente en la inflación por ingresos, ya que en este periodo se revirtió la distribución que se había venido presentando en años anteriores, donde las personas que percibían una mayor inflación eran las de menores ingresos.
Ese comportamiento “es explicado, en parte, porque quienes reciben menos de un salario mínimo gastan la mayor parte de su ingreso en alimentos; rubro que más redujo su nivel de precios en este periodo. Los únicos rubros con incremento en inflación con respecto a octubre del año anterior son transporte y vivienda, que aunado a los incrementos en los energéticos, afecta a todos los estratos socioeconómicos”.
Por su parte, el Sistema de Indicadores Cíclicos presentó cifras que denotan que la actividad económica en México “terminó con la fase de desaceleración” en la que estuvo inmersa durante la primera mitad de 2013. No obstante, “todavía no es claro cuál será el comportamiento de la economía mexicana para finales de año y si el crecimiento económico se ubicará dentro de las estimaciones de Banco de México, las cuales fueron revisadas a la baja en fechas recientes (la estimación previa era entre 2 y 3 por ciento, en tanto que la actual oscila en un rango de entre 0.9 y 1.4 por ciento)”.
En lo que respecta a la inflación por el origen de los bienes, detalla el CIEN, se observa que el transporte presentó el mayor incremento (6.5 por ciento), el cual es incluso mayor a la cifra de octubre de 2012 (4.7). Una situación similar se presentó en la parte de la vivienda cuyos precios crecieron 3.1 por ciento, tomando en cuenta que el incremento en el mismo periodo del año pasado apenas fue de 0.6 por ciento. Por otro lado, los incrementos en alimentos, ropa, muebles y salud fueron menores comparados con octubre de 2012 e incluso se ubicaron por debajo del INPC de octubre del presente año.
Al revisar con más detalle el comportamiento de la inflación de los productos básicos para la alimentación se observa un mejor desempeño con respecto al mismo periodo del año pasado. Leche (5.3 por ciento), carne de res (4) y la de cerdo (4) presentaron las alzas más significativas; mientras frijol (-12.6 por ciento), jitomate (-5) y huevo (-5) fueron los productos que exhibieron las mayores reducciones, lo cual contrasta con los incrementos exhibidos en 2012.
En cuanto a los energéticos, el incremento total fue de 9.6 por ciento, cifra mayor al 6 por ciento observado durante el mismo período del año pasado. Lo anterior se debe en parte a los incrementos de doble dígito en los precios de productos como las gasolinas de alto y bajo octanaje (14.4 por ciento) y gas doméstico natural (10), así como al aumento de 3.5 por ciento en electricidad, luego de que en octubre de 2012 había exhibido una caída de 2.2.
En lo que respecta al nivel de ingresos, la inflación fue más alta para las personas que tienen una percepción salarial mayor, y va disminuyendo conforme los salarios se reducen. En este sentido la inflación para las personas que reciben hasta un salario mínimo fue de 2.7 por ciento, seguidos de las que perciben de uno a tres salarios mínimos con 3 por ciento, los que ganan entre tres a seis salarios mínimos con 3.3, y finalmente las personas que perciben más de seis salarios mínimos, con la variación en precios más elevada de 3.5. Al analizar la inflación por regiones se observa que el noroeste presentó el nivel más alto, con 5 por ciento, seguido del área metropolitana (3.7) y el centro norte (3.1), en tanto, el centro sur y la frontera norte exhibieron las cifras más bajas (2.8).
El indicador adelantado se encuentra marginalmente por encima de su tendencia de largo plazo y con un moderado comportamiento al alza, situándose en 100.09 puntos con cifras a septiembre de 2013. El indicador coincidente está por debajo. Lo anterior, sostiene el CIEN, indica que la economía “ha salido de la etapa de desaceleración y empieza a mostrar señales de recuperación”.
Las rebanadas del pastel
Más claro que el agua: el gran capital quiere el petróleo, no las utilidades “compartidas”. Y los “modernizadores” están más que dispuestos a entregárselo. Lo demás es choro.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada