25 septiembre 2013 | Ezequiel Flores Contreras | Proceso
TOTOMIXTLAHUACA, Gro. (apro).- “Si el río no nos llevó, ahora las enfermedades nos van a matar”, lamenta Rocío Galindo Juárez mientras amamanta al más pequeño de sus ocho hijos en las instalaciones de un plantel escolar que no ha sido terminado de construir, donde se encuentran hacinadas 130 personas, en su mayoría menores de edad.
En Totomixtlahuaca, el consumo de agua contaminada y las persistentes lluvias están provocando enfermedades gastrointestinales y respiratorias entre las personas que perdieron su casa y viven a la intemperie sin ayuda gubernamental.
El médico de este poblado, Manuel Ortiz Hernández, alertó que la población más afectada son los niños, y por ello urgió el envío de agua potable y medicamentos como ambroxol, con el fin de evitar que la contingencia siga en aumento en esta comunidad del municipio de Tlacoapa.
También rechazó que en la zona hayan muerto dos niños por picadura de alacrán durante el periodo en el que no había médicos, como denunció la presidenta del DIF en Tlacoapa, Asunción Galindo Candia.
Ortiz Hernández dijo que sólo trabajan con el cuadro básico de medicamentos y no cuentan con equipo e instrumental necesario para atender emergencias.
Por ello, están enviando al hospital de Tlapa a enfermos graves, como Raymunda Cruz, de 60 años, quien padece fuertes dolores musculares y espera ser evacuada en helicóptero porque los caminos siguen destrozados.
A bordo de una carretilla, familiares de la mujer indígena la trasladaron a Totomixtlahuaca sobre un camino semidestruido que recorrieron en dos horas, cuando en condiciones normales de la vía se demoran media hora.
Entrevistado en el Centro de Salud, Manuel Ortiz informó que llegó apenas el domingo 22, es decir, una semana después de que el río Temiaco arrasó una cuarta parte del poblado y dejó decenas de damnificados que perdieron sus viviendas.
También señaló que junto a un enfermero fue trasladado al poblado a bordo de un helicóptero privado que pagaron familiares de los habitantes de Totomixtlahuaca, quienes radican en diferentes puntos del país y el extranjero.
Las autoridades gubernamentales se limitaron a autorizar el envío del médico y dos enfermeros, pero no han asumido la responsabilidad del traslado.
En este lugar, desde hace tres días, un médico y tres enfermeros –uno de los cuales ya se encontraba en la comunidad– atienden a una población de al menos 3 mil personas conformada por habitantes de Totomixtlahuaca y al menos nueve anexos.
Hasta el momento han diagnosticado 55 menores con infecciones respiratorias y cuatro con diarrea, indicó el médico.
Luego consideró que el bajo número de enfermedades gastrointestinales se debe a que la población está clorando e hirviendo el agua.
No obstante, dijo que cada día escasean los víveres, aparte de que las personas que perdieron su vivienda sobreviven en condiciones insalubres.
Algunos de los damnificados están refugiados en planteles escolares, en casas de familiares y en precarios campamentos instalados en el monte.
Por ello, alertó sobre el desabasto del líquido y consideró urgente enviar agua potable a la zona, debido a que los pobladores se abastecen de manantiales y barrancas que están contaminados y ello podría complicar la contingencia.
Esta situación se dificulta aún más porque los caminos y la carretera federal Tlapa-Marquelia siguen destrozados y el envío de víveres solo puede realizarse vía aérea.
Ante la ausencia de ayuda gubernamental, Judith Maldonado Gregorio hizo un llamado a los familiares radicados en otros puntos del país y el extranjero a seguir ayudando a los totomixtlahuanquenses.
Además dijo que a pesar de que los estragos de la tormenta Manuel no dejaron pérdidas humanas, para quienes perdieron todo la situación sigue siendo desesperante.
La mujer me paa explica que el río devoró su casa junto a otras 40 más y que las viviendas de su hermanos Esther y Luis están a punto de colapsar, al igual que otros 80 inmuebles.
Por ello, desde hace más de una semana están viviendo con familiares y hasta el momento desconocen si las autoridades van a implementar un mecanismo de reubicación y financiamiento para la reconstrucción de casas.
El drama en Totomixtlahuaca, así como en decenas de poblados de la Montaña guerrerense, está alcanzando niveles críticos, pues las lluvias no cesan, las vías de comunicación siguen destrozadas y la ayuda gubernamental simplemente no se refleja en las comunidades.
Fuente: Proceso
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