lunes, 15 de octubre de 2012

El sindicato mexicano de electricistas

14 octubre 2012 |  Atilio Alberto Peralta Merino* | e-consulta
En 1916 llevó a cabo un paro de labores que suscito el hecho de que el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista desempolvara un viejo Decreto. El Sindicato Mexicano de Electricistas  fundado en  Nuevo Necaxa puebla  en el año de 1914, se erige acaso en la organización gremial en funciones más antigua del país, siendo por su parte la que ha llevado a cabo tres de los procesos de huelga mayormente rememorados en la historia de las relaciones laborales de  México.
En 1916 llevó a cabo un paro de labores que suscito el hecho de que el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista desempolvara un viejo Decreto emitido nada más y nada menos que por don Benito Juárez en 1862 y en el que se condenaba a las huelgas con la pena de muerte, curiosamente, unos cuantos meses después, el Propio Carranza habría de sancionar la Constitución de 1917 en la que la huelga era catalogada como un derecho inalienable de los trabajadores.

La segunda gran huelga del SME se llevó a cabo en  el año de 1936,  en medio de la expectativa por la expedición de la Ley de Amparo   actualmente en vigor, y que en ese momento era expedida por el General Lázaro Cárdenas  tras un debate judicial y de Doctrina que con la refreída expedición quedaría la parecer zanjado, en el sentido de que contra los fallos de las juntas de conciliación y arbitraje procedería el amparo en vía directa , en aquellos momentos ante la Suprema Corte de justicia de la Nación, ya que  la entronización de los tribunales colegiados de circuito sería materia de una reforma posterior promovida a la sazón por el Presidente  Miguel Alemán.

Finalmente en 1986 la Ciudad de México quedó a oscuras y muchos, entre otros el actual Presidente de la república, asistimos a en penumbra a las cátedras que se dictaban en la Escuela Libre de Derecho en las calles de Doctor  Vértiz y Río de la Losa.

Meses después en el marco de la campaña por la sucesión presidencial del extinto Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari habría de pronunciar un discurso de resonancia histórico  frente a la compuerta de la “Presa de Necaxa”, aquel en el que espetó ante el público presente en la ocasión una frase que resonaría durante años: “hay de aquellos que hayan hecho alianzas en mi contra”.

Fue precisamente durante el mandato de  Carlos Salinas de Gortari , cuando la antigua Compañía de Luz y Fuerza del Centro se estructuró como organismo público descentralizado en sustitución de la sociedad mercantil constituida por los inversionistas canadienses en 1902 y en proceso de liquidación desde que el 27 de septiembre de 1961 el presidente Adolfo  López Mateos decretara la nacionalización de la industria eléctrica.

El 11 de octubre del 2009 se expidió el Decreto presidencial que extinguía el organismo en cuestión, desde mi humilde punto de vista y tal y como en su momento lo expresé en diversos medios,  el Decreto en Cuestión se emitía  con plena sujeción a lo que al efecto se establece en la Ley Federal de Entidades Paraestatales, pero perdiendo por completo de vista que,  a las claras,  la Comisión Federal de Electricidad que asumiría activos y funciones del ente extinto tendría que erigirse en causahabiente de las relaciones de trabajo del organismo  en cuestión; tal y como a la postre resultó siendo la realidad jurídica  y política que preserva la vigencia de una organización gremial  con amplia  tradición de lucha,  pese a zigzagueos como los de 1987,  mientras en el Congreso General se debate la adopción de una legislación laboral, cuya adopción , resultaría a todas luces lesiva a los intereses de los trabajadores del país.

*Abogado por la Escuela LIBRE DE DERECHO del Distrito Federal. Premio Nacional de Ensayo de la CNDH sobre los Derechos Humanos en la Constitución de 1857 Abogado postulante en la ciudad de Puebla Fue catedrático de la Materia de Derecho Internacional Público de la Escuela Libre de Derecho de la cd. de Puebla