lunes, 24 de septiembre de 2012

Sobre la ambición desmedida y la reforma laboral

Ángel Luis Novoa Jiménez, jubilado, miembro del SME | La Jornada-El Correo Ilustrado
Su colaborador Arnoldo Córdova ha expuesto en el excelente artículo La muerte del derecho al trabajo lo que pretenden los empresarios voraces y capitalistas insaciables: anular los derechos constitucionales consagrados en el artículo 123 y deformar (que no reformar) la Ley Federal del Trabajo, fruto de grandes luchadores... Su ambición desmedida los hace olvidar que la riqueza de las naciones la generan, no los patrones, sino los trabajadores y son ellos quienes producen los ingresos de la industria, el comercio y toda actividad productiva...
Y como atinadamente presagia el articulista: Un patrón podrá despedir a un empleado que no sea de su preferencia o, simplemente, podrá hacerlo para que el trabajador no acumule tiempo de trabajo para una remuneración justa... podrá recurrir a la subcontratación para no vérselas con un sindicato con el que debe firmar un contrato colectivo de trabajo... Los sindicatos van a ser atacados por todos lados hasta que se disuelvan o los empresarios se negarán a contratar con ellos [como hicieron con la infame extinción de Luz y Fuerza], alegando necesidades productivas de sus empresas... en fin: la muerte al derecho de huelga, el fin de los sindicatos...

En síntesis: el retorno a la esclavitud laboral legalizada y sin medida, todo para hacer más multimillonarios a los millonarios insaciables y más miserables a los proles trabajadores... ¿Dónde quedarían esas luchas y logros históricos que costaron sangre y grandes sacrificios?

Para mí, fiel lector desde su fundación, esto no es otra cosa que una intentona más del capitalismo salvaje y criminal que confirma la frase: Detrás de cada gran fortuna hay un crimen.
Clamo a Dios para que toque los corazones del Poder Legislativo y no sea aprobada esta regresiva reforma.

Ángel Luis Novoa Jiménez, jubilado, miembro del SME

Llamado a diputados, sindicatos y STPS
Reitero que la reforma laboral propuesta por el PAN es una propuesta de cangrejos, pues pretende limitar el derecho a huelga, eliminar la contratación colectiva impulsando la contratación por hora y la subcontratación.

Por esto, hago un llamado a los diputados a fin de que no aprueben tal propuesta, pues en la práctica eliminaría los derechos fundamentales de los trabajadores que dicen representar.

Otro exhorto es a los sindicatos para que cumplan una de sus funciones fundamentales: defender los derechos de los trabajadores.

Llamo a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (SHCP), para recordarle que su función es vigilar la correcta aplicación de las leyes.

No a promover la propuesta de reforma laboral de Felipe Calderón.

Alejandro Roldán C.

Con el neoliberalismo, el gobierno se engaña, opina
Si bien es necesario que se diversifique el comercio nacional con otros países para no depender sólo de uno, Estados Unidos, se requiere mayor productividad de los mexicanos, ya que la mayoría de las empresas que exportan y que se han apoderado del territorio nacional han sido extranjeras, razón por la cual la nacional y el campo mexicano se encuentran casi varados.

Pemex tendrá que modernizarse, sí, sólo que los gobiernos neoliberales entienden esto en sentido de introducir más inversión privada y, ¿por qué no en inversión pública? La razón es obvia: no alcanzan los activos que genera la empresa porque la inversión privada en la paraestatal le ha provocado gran sangría, igual que la corrupción y robo de combustibles, así como muchas cosas más. La modernización debe hacerse en infraestructura y equipos necesarios para operar y desarrollar la empresa sanamente, sin caer en derroches, ni negocios redondos para las transnacionales.
Pemex, entre otras, si se maneja óptimamente, podría generar miles de empleos que necesita el pueblo mexicano. Los neoliberales quieren hacer creer que la prosperidad se da con inversión privada, más si es extranjera; qué cosa más falsa.

No estaría nuestro México como está, sin empleo y con más pobreza. Si los gobiernos de hoy no miran hacia adentro, ni dan soluciones inmediatas para que el pueblo mexicano mejore en todos los sentidos y si persisten engañándose con que el rumbo indicado por el neoliberalismo y el gran capital financiero es el correcto, lo que se espera entonces sería el empeoramiento en todos los ámbitos: económico, político y sobre todo social.

No se puede permitir que se vulneren más las leyes constitucionales, ni que las recetas foráneas sigan haciendo que nuestro país siga retrocediendo, endeudándose cada vez más en detrimento de las grandes mayorías.
Luis Langarica Arreola

Que diputados fortalezcan movilización social, exige
Si algo se logró desde la etapa que antecedió a la Revolución Mexicana y en ella, son las conquistas laborales. Las huelgas de Cananea, Río Blanco y de los ferrocarrileros de 1906 a 1908, apuntaladas por el magonismo vía el PLM, fueron la base para arrancar derechos como la jornada de ocho horas, un salario mínimo justo, trato especial al trabajo de mujeres y niños, la propia huelga como arma de campesinos y obreros, que luego deriva en el contrato colectivo.

Esto, que costó la sangre de miles de mexicanos, quiere ser borrado de manera infame con el nuevo amago, ya que la oligarquía, desde el gobierno de Zedillo, apremia a reformar la Constitución en materia laboral y de esta manera apuntalar la estancia de Peña Nieto en el gobierno.

La reforma laboral que pretenden el PRI y el PAN no es cualquier cosa. La restricción de la huelga en automático desprovee a los trabajadores de prácticamente toda seguridad social y se vuelve discrecional para el patrón, vía la contratación individual, legalizando el outsourcing –que en la práctica opera desde hace más de dos décadas–, el despido y hace el salario aún más miserable.

En una sociedad que ha sido despojada de su soberanía, el campo produce el mínimo de su historia, el sector secundario está nulificado, dependemos del exterior para alimentarnos y vestirnos y si a todo esto agregamos el regalo del Estado a los bancos, so pretexto del fraude bancarios –el IPAB–, y luego el manejo de las pensiones a los mismos es el desmantelamiento de nuestra estructura social.

Urge la movilización unitaria para contener este avance y exigir que los diputados de los partidos de izquierda redoblen esfuerzos y que la fortalezcan desde el Congreso y que acompañen, codo con codo, al movimiento social.
Ismael Cano Moreno

Los derechos laborales deben garantizarse
Lo más sagrado para los trabajadores son los derechos humanos laborales, que deben permanecer vigentes. Son irrenunciables los adquiridos, como: derecho de huelga ante la injustificada privación del empleo, salario digno, erradicación del abuso laboral, la libertad sindical y la justicia laboral.
Promotores y defensores de derechos humanos del STUNAM: Francisco Castro Meléndez, Alicia Andrade y varias firmas más

Fuente: La Jornada - El Correo Ilustrado