miércoles, 8 de agosto de 2012

Prevé el BdeM repunte de la inflación

Influye la depreciación del peso, pero no habrá cambio de política, dice el subgobernador
Reuters | Periódico La Jornada | Miércoles 8 de agosto de 2012, p. 27
La inflación de México podría acelerarse en los meses próximos por la depreciación del peso, pero el efecto será transitorio y no requerirá un ajuste en la política monetaria, manifestó ayer el subgobernador del banco central mexicano, Manuel Sánchez.
La inflación se aceleró a un máximo de año y medio a 4.45 por ciento hasta la primera mitad de julio por la volatilidad de algunos precios agropecuarios, un traspaso moderado de la debilidad de la moneda y una aceleración en los precios calificada por Sánchez como “miniburbuja”.

“Esperamos que sea mini, una desviación en la tendencia a la baja de la inflación, que va a tener, por tanto, un carácter transitorio y, por ende, no es necesario hacer un ajuste monetario”, añadió en entrevista.

“El peso puede tener presiones, es obvio, por los eventos de la economía mundial, de Europa principalmente. Puede haber presiones adicionales del peso que pueden impactar también la inflación”, agregó.

Elevada volatilidad

Durante los pasados tres meses el peso mexicano ha sido presa de una elevada volatilidad, debido a la crisis de deuda europea, que lo llevó a operar a principios de junio en mínimos de más de tres años, en alrededor de 14.60 unidades por dólar.

Sánchez añadió que el impacto cambiario continúa siendo “moderado pero no inexistente”, aunque hasta ahora no se han materializado otras presiones en los precios por el lado de la demanda de los consumidores.

“Estamos concientes de que todavía tenemos que impulsar la convergencia (a la meta inflacionaria) y sí, desde luego, el tipo de cambio puede hacer, como en fechas recientes, nos puede dar cierta guerra en la transmisión de sus variaciones al alza a ciertos subgrupos de precios”, comentó.

La autoridad monetaria tiene una meta de inflación de 3 por ciento, más o menos un punto porcentual.

El Banco de México (BdeM) ha mantenido en los pasados tres años la tasa referencial de interés en 4.50 por ciento, su menor nivel desde enero de 2008, cuando comenzó a utilizarla como la principal herramienta de política monetaria.

Las tasas de la deuda mexicana también se encuentran en niveles históricamente bajos, presionadas por el abundante flujo de capitales de inversionistas extranjeros, que llegan atraídos por su mejor rendimiento comparado con el de bonos de países desarrollados, como Estados Unidos.

Esta tendencia se ha acentuado debido a los buenos fundamentos económicos de México y a sus sólidas perspectivas de crecimiento elevando las tenencias de deuda en manos de extranjeros a niveles inéditos cercanos a 100 mil millones de dólares, según datos oficiales al 27 de julio. “Le ven a la economía mexicana todavía mucho recorrido al alza, el potencial de un mayor crecimiento siempre está ahí”, enfatizó Sánchez.

El funcionario admitió, no obstante, que el apetito por la deuda mexicana trae consigo riesgos, como mayor vulnerabilidad de las finanzas públicas a una eventual salida de capitales, así como posibles distorsiones en el mercado interno ante el abaratamiento del crédito.

“Hasta el momento no vemos algo que llame la atención, pero siempre se suele decir que un posible riesgo es que la bonanza se acabe, es decir, que haya revertimiento de los flujos de capital”, sostuvo. “En general, una bonanza es una oportunidad para los negocios, pero siempre para los supervisores es una oportunidad para estar vigilantes”, aseveró.

Fuente: La Jornada