jueves, 26 de abril de 2012

Hacer “donativos”, otro recurso de Wal-Mart para frenar oposición

En 2004 entregó 600 mil pesos a representantes de barrio cercano a Teotihuacán
Javier Salinas Cesáreo | Corresponsal | Periódico La Jornada | Jueves 26 de abril de 2012, p. 4
Teotihuacán, Méx., 25 de abril. Una práctica de la trasnacional Wal-Mart para neutralizar a opositores es entregar dinero a autoridades o grupos vecinales con el fin de que realicen obras de supuesto beneficio social.
Un caso emblemático de esas acciones es la construcción y apertura en 2004 de la tienda Aurrerá en el perímetro C de protección de la zona arqueológica de Teotihuacán.

A pesar de estar en un área de protección, donde se impone a los vecinos estrictos requisitos para ampliar sus viviendas, Wal-Mart logró obtener del gobierno estatal, entonces encabezado por Arturo Montiel Rojas, del ayuntamiento de Teotihuacán y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) los vistos buenos para abrir la tienda.

Para acallar parte de las voces en su contra, Wal-Mart entregó 600 mil pesos a los representantes de la delegación y del Consejo de Participación Ciudadana del barrio La Purificación, comunidad donde se edificó el supermercado, y ofreció plazas laborales para los colonos, con el fin de lograr su anuencia.

El entonces alcalde de Teotihuacán, Guillermo Rodríguez, aseguró que Wal-Mart intentó hacer el “donativo” de dicha cantidad a la tesorería municipal, pero como fue rechazado, la entrega se hizo directamente a los representantes vecinales.

La trasnacional inició la construcción en julio de 2004, en un predio ubicado en la calle Cruz de la Misión. El predio forma parte del polígono C del área de protección de la zona arqueológica de Teotihuacán, donde, de acuerdo con un decreto emitido el 30 de agosto de 1988, se permite realizar construcciones que no atenten contra la preservación e integridad de los monumentos arqueológicos.

Durante meses, el Frente Cívico Teotihuacano y la Organización de las Naciones Indígenas Unidas, con apoyo de intelectuales y activistas, emprendieron una resistencia en busca de frenar la edificación, con los argumentos de que se destruirían vestigios arqueológicos, además de que hubo irregularidades y corrupción en la emisión de las licencias de construcción, así como anomalías en la aplicación de las normas.

 Sucursal en avenida UniversidadFoto Cristina Rodríguez 

Los inconformes interpusieron ante la Procuraduría General de la República la denuncia TEX/061/2004-11; la denuncia 925/2004 en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

Además, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México inició una investigación al respecto, que no sirvió para detener las obras.

Asimismo, recurrieron a las cámaras de Diputados federal y local, al igual que a instancias internacionales. Pero no lograron echar abajo el proyecto.

El INAH otorgó la licencia de construcción, y sostuvo que exploró el terreno con la realización de 122 pozos y tres calas, con las que “constató la inexistencia de bienes arqueológicos en casi la totalidad del terreno”.

No obstante, admitió que halló restos del basamento de un altar prehispánico de 80 centímetros por lado y 25 centímetros de altura, así como fragmentos de pisos. Esta parte fue restringida a cualquier tipo de edificación, y se mantiene actualmente dentro de un área verde, justo frente a la tienda.

Ante las protestas, Montiel anunció la posibilidad de reubicarla; sin embargo, repentinamente dio marcha atrás, días antes de la inauguración.

Wal-Mart logró en seis meses todos los permisos: la factibilidad de uso de suelo (DPUR/106/ 2004), dictamen de Protección Civil (SGG/SSGG/SSSP/DGPC/ 02395/2004), licencia de obra del INAH (401/725/2/103P/04) y del ayuntamiento, licencia estatal de uso de suelo (089/050/ 2004), dictamen y constancias de servicios públicos (DU/CS/05/ 06/2004), ecológicos (212003/ RESOL/356/04) y de vialidad (21111/A000/10160/2004).