jueves, 26 de abril de 2012

El calvario de los mineros

26 abril 2012 | Esteban Martínez Díaz / Dossier Politico
Nadie duda ya que los mineros de la sección 65 están siendo llevados al sacrificio, mediante la ignorancia del gobernador del Estado, Guillermo Padrés Elías, que se ha propuesto acabar con esta fuerza obrera, distinguida en Sonora por la constante defensa de sus derechos y la protección de sus familias, que defienden y defenderán hasta el agotamiento de sus fuerzas.
Engañado y puesto en evidencia por el cacique Germán Larrea que vive de los recursos minerales de México y de varios países, convirtiéndose en el hombre más rico de nuestro país, después de Carlos Slim, dueño del grupo México que tiene la concesión de los principales yacimientos de nuestra patria y de la red de líneas ferroviarias de una extensión de más de 25 mil kilómetros, se ha convertido en el amo y señor de las autoridades estatales, que hacen y disponen lo que ordena este santo señor que tiene, ordena y manda en el feudo que recibió Padrés Elías para esta transacción que humilla y desluce al gobernador panista.

Cuando el ¡gober!, llamado así en forma desatenta por sus gobernados, anunció el “nacimiento de un nuevo Cananea” con el establecimiento de la empresa Buenavista, con un nuevo contrato colectivo, con la empresa de Larrea, desconociendo la Ley que favorece a los miembros de la Sección 65, aún en huelga, con el consiguiente sacrificio de ellos y sus familias, se anunciaron inversiones en el mineral por miles de millones de pesos, sin que se hayan cumplido ninguna de estas promesas.

Sonora sabe que Cananea está dividido entre los que trabajan en la empresa Buenavista de Larrea y la compañía del Grupo México, que también es de Larrea, cuyos trabajadores de esta última pertenecen a la sección 65 y se encuentran en una huelga que ya dura tres años, como consecuencia de la maquiavélica forma de atender el problema de los gobiernos federal y del estado, que tiende a terminar con la dependencia sindical mencionada, dando entrada a la nueva organización sindical elitista y vendida que nació bajo la dirección de Javier Lozano, el verdugo comisionado por la derecha para usar la guillotina en los representantes sindicales que sí cumplen con su deber.

Ahora pretende ser senador para beneficio de su odiado enemigo el PRI, que tendrá la ventaja de competir electoralmente con un personaje que lleva en sí el desprecio de la clase obrera, y de los electricistas, por su actuación en la extinción de Luz y Fuerza del Centro, con el despido de 45 mil trabajadores. 

Con tres meses haciendo guardia en el Palacio de Gobierno, por donde diariamente pasa el gobernador Padrés, pidiéndole una audiencia, el funcionario no ha tenido la cortesía de saludarlos e integrar una comisión para analizar el problema con los líderes de la 65.

Están condenados a perecer de inanición ante el espectáculo de falta de ingresos, sin servicio social, sin hospitales, sin medicinas, sin escuelas, con sus hijos a punto de la mendicidad y con la complicidad del gobierno del Estado que tiene al frente a un cacique para terminar con las familias de los mineros y con éstos, sin considerar que siguen siendo trabajadores de las minas y que su contrato colectivo de trabajo sigue vigente.

¿En dónde están los beneficios que repartiría, como cascada, el potentado Larrea en Cananea, que también hundió a los trabajadores ferrocarrileros, al disminuir a este gremio de 130 mil obreros a 12 mil, cuya representación de empleador detenta como patrón, sin contratos, sin ley, sin justicia?

Por su parte, el sindicato ferrocarrilero no cuenta, pues, prácticamente no existe, y vive explotando un supuesto contrato colectivo de trabajo y una membrecía que no existe.

Hace 17 años que no hace asambleas, ni permite la democracia y la libertad, mucho menos elecciones abiertas y libres para cambiar a sus dirigentes que se han considerado vitalicios.

Los pensionados ferrocarrileros fueron expulsados, prácticamente, como socios activos. Por medio del fideicomiso que está en Nacional Financiera, se les descuenta la cuota sindical, pese a que les canceló el derecho de ocupar algún puesto sindical, lo que solamente puede justificarse si se les restituyera como miembros activos; el poder de los jubilados en una elección, contaría con 50 mil miembros, que arrasarían al grupo actualmente en el poder…