Ella es Karen Yosahandi Juárez Sánchez, la joven que el pasado viernes 20 de enero dio a luz a un hermoso varón en una habitación de su casa, ayudada por su madre, la señora Carolina Sánchez Domínguez y una vecina. Mientras ambas mujeres cortaban el cordón umbilical y ayudaban en la expulsión del bebé, afuera, en la calle de Bucareli, cientos de electricistas nos manifestábamos por una solución al conflicto y el retorno a nuestro empleo. Unos metros adelante, una comisión del sindicato se encontraba, frente a frente, con los funcionarios del gobierno federal en la Secretaría de Gobernación.
Ha pasado una semana de eso y hoy hemos regresado al mismo lugar, ahora para manifestar nuestra solidaridad y cariño a esta joven mamá que aún se recupera del parto. Desde el lunes pasado nos dimos a la tarea de comentar con algunos compañeros si querían cooperar para llevarle algún presente a nombre del SME. Hilda López, representante suplente principal del grupo de jubilados y Juan Cervantes pusieron mucho empeño y cuando ella les dijo a Salvador Malagón, Raúl Rodríguez, Samuel Reséndiz y Teófilo, cuarteto de jubilados que se hacen llamar “Los tigres del Norte”, le dijeron: “tú no te preocupes, nosotros nos encargamos de los regalos”. Y efectivamente, así fue. Al mediodía de este viernes 27 los compas jubilados llegaron muy contentos al Sindicato con un paquete envuelto en celofán adornado con un moño amarillo y azul. Los regalos eran zapatitos, calcetines, playeras, mamelucos, mamilas, cobertor, pañalera, canguro, kit de limpieza, etcétera. Además de lo aportado por Los tigres del Norte, llegaron otros regalos: unos pants, otro mameluco, cobija, toalla. Judith García también compañera jubilada, tuvo la genial ocurrencia de llevarle al bebé una playerita con el escudo del SME, así como otra a la mamá y a la abuela.
Ha pasado una semana de eso y hoy hemos regresado al mismo lugar, ahora para manifestar nuestra solidaridad y cariño a esta joven mamá que aún se recupera del parto. Desde el lunes pasado nos dimos a la tarea de comentar con algunos compañeros si querían cooperar para llevarle algún presente a nombre del SME. Hilda López, representante suplente principal del grupo de jubilados y Juan Cervantes pusieron mucho empeño y cuando ella les dijo a Salvador Malagón, Raúl Rodríguez, Samuel Reséndiz y Teófilo, cuarteto de jubilados que se hacen llamar “Los tigres del Norte”, le dijeron: “tú no te preocupes, nosotros nos encargamos de los regalos”. Y efectivamente, así fue. Al mediodía de este viernes 27 los compas jubilados llegaron muy contentos al Sindicato con un paquete envuelto en celofán adornado con un moño amarillo y azul. Los regalos eran zapatitos, calcetines, playeras, mamelucos, mamilas, cobertor, pañalera, canguro, kit de limpieza, etcétera. Además de lo aportado por Los tigres del Norte, llegaron otros regalos: unos pants, otro mameluco, cobija, toalla. Judith García también compañera jubilada, tuvo la genial ocurrencia de llevarle al bebé una playerita con el escudo del SME, así como otra a la mamá y a la abuela.
Con los regalos en la mano caminamos rumbo a Bucareli, hasta la vecindad donde vive Karen. Cuando llegamos se incorporó al grupo la incansable Yolanda Mateos nuestra amiga jubilada, también con regalos para el bebé. Le preguntamos al portero si podría llamarle a la joven que la semana pasada dio a luz y fue en busca de ella. Quien salió fue su mamá, doña Carolina Sánchez, le explicamos quiénes éramos y a qué íbamos. Nos invitó a pasar a su vivienda. Caminamos por un largo patio, es de esas vecindades grandes, grandes muy representativas de la ciudad de México de los años cuarenta. Antes de llegar a la vivienda aparecieron ante nosotros Karen y Raziel Asrael, jóvenes ambos pues los dos tienen apenas 16 años. Si uno mira con detenimiento su rostro pareciera que apenas hace unos meses aún eran niños y no te crees que ahora ya sean padres. Nos miraron un poco desconcertados. Karen aún tiene un rostro muy pálido, no es para menos pues según nos contaron, después de que nació el bebé que pesó 2 kilos 900 gramos, tuvo una fuerte hemorragia y perdió casi cuatro litros de sangre, por ese motivo estuvo en el hospital Inguarán desde el viernes 20 que la ambulancia fue por ella, hasta el lunes de esta semana.
Su vivienda es pequeña si se considera que en ella viven diez personas: cuatro adultos y seis niños. Nos pasaron a la pequeña sala donde los jóvenes esposos, la abuela y los niños se alegraban al desenvolver los regalos. El papá se despidió pronto de nosotros pues tenía que ir a trabajar, a hacer la limpieza en una empresa donde le pagan un mísero salario, insuficiente para solventar los gastos y pagar la luz que según nos contaron, les llega ahora de setecientos pesos cuando antes pagaban sólo doscientos, aprovechamos para explicarles lo de la queja y todo eso que nosotros ya sabemos. También se le entregó a Karen un poco de dinero que juntó Hilda. Juan Cervantes no se cansaba de tomar fotos; casi todos hablamos, las mujeres cargamos al bebé que se mantuvo dormido todo el tiempo. El compañero Malagón empezó la consigna: ¡Aquí se ve, la fuerza del SME! y los demás la coreamos: ¡Aquí se ve, la fuerza del SME!, Karen sonreía. No se nos había ocurrido preguntar cómo se llama el bebé y casi al final lo hicimos, pero el bebé aún no tiene nombre y la abuela nos dijo: “se aceptan sugerencias” y por ahí surgieron algunos nombres.
Entonces nos despedimos, abrazamos a Karen a doña Carolina quien como muestra de agradecimiento luego se puso la playera roja del SME que le regaló Judith García y nos acompañó a la puerta. Regresamos caminando al Sindicato, planeando regresar nuevamente a esa vecindad a dejar quizá otros regalos para ese bebé que ya consideramos como hijo del SME.