29 diciembre 2011 | Redaccion Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- El precandidato panista a la Presidencia, Ernesto Cordero, no tuvo un buen día en su gira proselitista por el estado de Oaxaca.
Los problemas se dieron principalmente en Huajapan de León, donde el panista enfrentó una manifestación de indígenas inconformes con la actual política gubernamental, sobre todo en materia de seguridad, que a punto estuvo de desembocar en violencia.
Y es que el precandidato fue recibido con mantas de protesta y un enorme moño negro en memoria de las víctimas de la guerra del presidente Felipe Calderón contra el narco.
Ante la hostil recepción, simpatizantes panistas se molestaron y a punto estuvieron de liarse a golpes con los manifestantes, según reportan medios locales.
La situación llegó al límite, cuando un grupo de inconformes pretendió entregar a Cordero el moño negro y un cheque por seis mil pesos, pero personal de seguridad del precandidato panista lo evitó.
Calmados los ánimos, Cordero tomó el micrófono y ofreció que, de ganar la contienda interna por la candidatura presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), y luego la Presidencia, trabajará para que México crezca seguro, no por promesas incumplibles ni aplausos fáciles.
“No vengo a ofrecer cosas que no vaya a cumplir, o buscando un aplauso fácil; sino un compromiso y principios”, dijo.
Destacó que para que México crezca en paz y con estabilidad, como hasta ahora, se necesita un candidato que se sienta orgulloso del panismo, “alguien que sienta como su familia al blanquiazul”.