Estudio del Tecnológico de Monterrey afirma que el retroceso se dio en cinco años
Susana González G. | Periódico La Jornada | Lunes 14 de noviembre de 2011, p. 27
"Entre 2006 y 2011, México pasó de ser una economía que generaba empleo formal a una gestada por la informalidad", asegura José Luis de la Cruz, director de Economía y Finanzas y del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México.
Cuando comenzó el sexenio del presidente Felipe Calderón los empleos formales permanentes registrados ante el IMSS y los existentes en la informalidad sumaban en conjunto 23 millones 520 mil 640 puestos en el país. La mayoría eran los permanentes inscritos ante el IMSS, y los informales representaban 48.4 por ciento del total (11 millones 400 mil 803).
Cuando comenzó el sexenio del presidente Felipe Calderón los empleos formales permanentes registrados ante el IMSS y los existentes en la informalidad sumaban en conjunto 23 millones 520 mil 640 puestos en el país. La mayoría eran los permanentes inscritos ante el IMSS, y los informales representaban 48.4 por ciento del total (11 millones 400 mil 803).
Cinco años después, los puestos de trabajo de ambos grupos ascienden a 26 millones 594 mil 143, pero los empleos informales ya superaron a los formales, pues representan 50.5 por ciento del total, según estadísticas oficiales presentadas en un análisis del CIEN sobre el mercado laboral.
Basado en los reportes trimestrales sobre ocupación del Inegi y del empleo permanente registrado ante el IMSS, el documento revela que en el tercer trimestre de 2006 la diferencia entre los trabajos formales y los informales era de 719 mil 34 puestos. Esa ventaja de los puestos permanentes inscritos ante el IMSS frente a la informalidad no sólo se perdió, sino se revirtió, ya que para el tercer trimestre de este año los informales superan en 223 mil 57 a los empleos formales permanentes.
El CIEN indica que durante el año pasado el retroceso del mercado laboral no es menor en cuanto a la generación de empleo, pero a ello se suma una evidente precarización del trabajo, ya que 63 por ciento de las personas que se emplearon en el periodo referido lo hicieron en la informalidad.
Se trata de un problema estructural que sigue avanzando y, paralelamente, "constituye un elemento más de un escenario de desaceleración de la economía mexicana que, de cimentarse sin atender previamente la debilidad del mercado laboral y la vulnerabilidad de la población en general, implicaría la exacerbación de la inestabilidad social", según el experto.
En su análisis, De la Cruz advierte también que aunque la desocupación trimestral en las principales ciudades del país oscila en tasas que van de 5 a 7 por ciento de la población económicamente activa, ello se traduce en un crecimiento porcentualmente mayor en cuanto al número de personas desocupadas.
Hay metrópolis, indica, donde el aumento de la población desocupada fue de más de 20 por ciento, y entre ellas destacan los casos de Oaxaca (35 por ciento), Veracruz (28.8), Tijuana (25.3), San Luis Potosí (23.8) y Tepic (23.1).
"Menos de la mitad de las ciudades muestran tasas por debajo del promedio nacional y únicamente cuatro exhiben un desempeño favorable dada su reducción de personas en desocupación: Colima, Pachuca, Cuernavaca y Mérida", puntualiza la investigación del CIEN.