domingo, 5 de junio de 2011

Cobran jubilados como pensión entre 25 y 30% del último salario

En México se recibe la menor cantidad por ese concepto de los 34 países de la OCDE
Bancos y empresas se benefician más de los ahorros para el retiro, señala experto
Susana González G. | Periódico La Jornada | Domingo 5 de junio de 2011, p. 31
En México se pagan las pensiones más bajas de los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) puesto que los trabajadores que concluyen su vida laboral sólo reciben en promedio entre 25 y 30 por ciento de su último salario, monto que no garantiza la satisfacción de sus necesidades e implica que debe ser completado por el resto de los contribuyentes a través del Estado, aseguró Miguel Ángel Sáenz García, presidente del Centro de Análisis y Estudios de la Seguridad Social (CAESS).
En cambio, el sector privado, sean las Afore o las empresas donde se invierten las pensiones, utilizan y obtienen ganancias de esos ahorros de los trabajadores, sentenció Arturo Alcalde, también especialista en el tema y colaborador de este diario.

Las administradoras de fondos para el retiro (Afores) tienen garantizadas sus ganancias con las comisiones que cobran a los trabajadores por el manejo de sus recursos, sin importar el comportamiento de las inversiones que realizan tanto en bonos del Estado como en capital de riesgo de empresas privadas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), principalmente de los sectores manufacturero y de telecomunicaciones, así como algunas del extranjero, dijo Sáenz García.

Secuestro del patrimonio social
El Estado, refirió, concentra todavía 60 por ciento de los fondos de pensiones a través de bonos como los Cetes, pero en 2006 tenía 80 por ciento. De continuar esa tendencia, advirtió, en unos años más el Estado será desplazado por el sector privado y se convertirá en el principal destinatario de los fondos para el retiro, mismos que en abril pasado sumaron 2 billones 221 mil 190 millones de pesos que equivalen a 20 por ciento del total del ahorro del país.

Se trata de un secuestro o apropiación del patrimonio social por unos cuantos porque a diferencia de otros países, los trabajadores mexicanos no tienen libertad ni opción alguna para decidir dónde y cómo invertir sus ahorros para el retiro. La legislación actual obliga al trabajador a que su ahorro para el retiro sólo se canalice hacia las Afore, de las cuales se ha apoderado el sector bancario pues a la fecha concentra las cinco firmas principales, aun cuando en su origen se les trató de deslindar de los bancos.

Por concepto de comisiones, México se ubica dos a o tres lugares antes de llegar al último entre los países de la OCDE . Las Afore, explicó Sáenz García, aseguran cobrar 1.5 por ciento del saldo total de las cuentas, pero cuando menos se apropian de 18 por ciento; no hacen sus cálculos sobre los rendimientos, sino sobre la cuenta total que incluye las aportaciones del Estado y los patrones.

Así que los contribuyentes estamos patrocinando que las Afore tengan un ingreso extraordinario y sus comisiones deberían fijarse sobre los rendimientos porque los trabajadores no tendrían por qué pagarles si hacen un mal trabajo como inversiones que generan pérdidas. Sólo por concepto de cuota obligatoria, abundó Alcalde, cobran 16 de cada cien pesos de las aportaciones.

El problema se agrava y trasciende el ámbito personal de cada trabajador, ya que representa una responsabilidad financiera para el Estado porque éste deberá hacer uso recursos públicos para atender a esos jubilados de salario mínimo.

El presidente del CAEES aclaró que no se trata de oponerse a que los ahorros de los trabajadores sean invertidos y permanezcan en manos muertas, debajo del colchón o sólo sirva para el gasto corriente del gobierno, pero enfatizó que deben canalizarse a obras de desarrollo social y nacional que beneficien la economía del país y a los mismos trabajadores, como escuelas, hospitales o comunicaciones.

Esa billonada, ese dineral que se tiene de las ahorros para las pensiones se podría utilizar para beneficiar a los mismos dueños de esos recursos. ¿Quienes son los dueños? Esa es la pregunta de principio. ¿Cómo es que a los trabajadores se les quita su dinero a través de una entidad intermediaria como son las Afore para dárselo a otros que obtienen ganancias que no llegan a los verdaderos dueños?, sentenció Arturo Alcalde.


Fuente: La Jornada