Desde que inició la alerta nuclear en Fukushima, el pasado 11 de marzo, Greenpeace manifestó su alarma e indignación debido a que las declaraciones de los funcionarios de la administración pública mexicana han sido de total condescendencia con la energía nuclear y buscaban engañar a la gente asegurando que esta peligrosa opción es la solución al cambio climático.