jueves, 17 de marzo de 2011

Abortados 10 mil mdd, para 2 nuevos reactores nucleares de CFE

Se descartó la ampliación de Laguna Verde porque se inauguraría hasta el próximo sexenio.
Darío Celis


En el tema eléctrico, lo más seguro es que el gobierno de Felipe Calderón pasará a la historia como un sexenio perdido. Esto ocurrirá por cinco razones.
Abortó la ampliación de Laguna Verde porque se inauguraría el siguiente sexenio; la hidroeléctrica La Parota está detenida; el cierre de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) ha sido política y financieramente muy costosa.
Y por si todo lo anterior no fuera suficiente: la llegada de Antonio Vivanco a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en sustitución de Alfredo Elías Ayub, fue considerado por muchos como el último tumbo de su administración.
Los tres secretarios de Energía de este sexenio, Fernando Elizondo, Georgina Kessel y José Antonio Meade, no lograron diseñar y aplicar una política energética consistente y de largo plazo.
A estas alturas se desconoce si el Estado adoptará energías limpias, como la eólica o solar; o si optará por tecnologías como la nucleoeléctrica o hidroeléctrica, donde las inversiones son multimillonarias y en dólares.
Por si fuera poco, los grupos ambientalistas, académicos y expertos en energía nuclear demandarán que el gobierno de Calderón cierre Laguna Verde por el inminente peligro que representa una nucleoeléctrica que data de los años 80.
El CEO de una compañía multinacional cuenta que en los primeros días de 2007 se reunió con el presidente Calderón y el panista le preguntó cuánto costaba y en cuánto tiempo se ponía en operación una nucleoeléctrica.
-Diez mil millones de dólares y comenzaría a operar en más de seis años.
-¿O sea que a mí no me tocaría inaugurarla?
-No. Tocaría al próximo Presidente de México.
Lo que pasa es que además los permisos para echar a andar una nucleoeléctrica se tardan aproximadamente cuatro años en otorgarse, y otro tanto dura el desarrollo de la obra civil o construcción de la planta.
El proyecto de la CFE era instalar al menos dos nuevos reactores nucleares para sumar cuatro que generaran dos mil 200 megawatts (la demanda nacional es de 40 mil) con un costo superior a diez mil millones de dólares.
En el mundo empresarial se cree que Calderón no tenía el consenso político en la Cámara de Diputados para obtener recursos e invertir en un proyecto de largo plazo como era una nucleoeléctrica.
Tampoco iba a permitir que un gobernador priista, como Fidel Herrera y ahora Javier Duarte, se llevaran el beneficio político de la modernización de nuestra única planta nuclear ubicada en Veracruz.
La generación de electricidad en Laguna Verde es marginal, ya que sólo representa 2.5% de la capacidad instalada nacional.
La construcción de plantas nucleoeléctricas está dominada por Mitsubishi, Siemens, Alstom y General Electric.
La idea de este gobierno era aumentar la capacidad de generación eléctrica en el país.
Se hablaba de que se requeriría para las próximas décadas comprar diez reactores e invertir unos 80 mil millones de dólares, pero se topó con el Congreso.
Al inicio de este sexenio el país generaba 223.6 Terawatts hora. La demanda cada año crece a una tasa promedio de 5% y CFE y sector privado tienen una capacidad instalada para generar actualmente más de 230.
Sin embargo el país demandará en 2020 aproximadamente 350 Terawatts y para 2050 unos 650. Por desgracia ya no queda tiempo para pensar en ello y son varias piedras las que están en el camino.
Los problemas para homologar el servicio que da la CFE frente a la ausencia de LyFC; los retos de las próximas elecciones; las reformas pendientes en el Congreso y el golpeteo en un año electoral, lo hacen imposible.