La Jornada: Dinero
Enrique Galván Ochoa
Finalmente un organismo cúpula reaccionó –aunque sea tímidamente– contra el aumento de los combustibles. El presidente de la Canacintra, Sergio Cervantes Rodiles, alertó que viene una alza de 2 o 3 por ciento en los precios de los alimentos como resultado del incremento de los costos internacionales de los commodities (las mercancías primarias, como el maíz, el trigo, el arroz, el sorgo, más el de los combustibles). ¡Ojalá sólo fuera de 2 o 3 por ciento! Sabemos por experiencia que será mayor.
Con frecuencia esta sección ha expresado puntos de vista distintos a los del presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, pero no en esta ocasión. Beltrones prevé una crisis social si el presidente Felipe Calderón y Marcelo Ebrard, por lo que toca al Distrito Federal, siguen con los brazos cruzados ante la escalada inflacionaria. Habría que añadir que en los tiempos de violencia que vive México lo que menos necesitamos es que le echen más leña al fuego. No pueden hacer nada ante el alza de los commodities, pero si está al alcance del gobierno federal detener el alza de la gasolina, el diesel, la luz y el gas, y de Ebrard, parar el contratismo con el que nos quiere obligar a que paguemos por transitar por nuestras calles. No deberían esperar a que las manifestaciones de los transportistas vayan subiendo de tono, que se agreguen grupos de la sociedad, que las cosas salgan de control. Hay 200 mil millones de dólares en el Banco de México. No parece que sepan qué hacer con ellos. Eso sí: cuando en 2008 se desató una turbulencia financiera, no pestañeó el gobierno central en poner al alcance de la banca comercial 30 mil millones de dólares. Una buena suma, dicen los que saben, sería transportada en avión a distintas partes del extranjero para que apuntalaran a sus oficinas centrales. Y en un lamentable acto de sumisión a los grandes intereses, la presidenta del Ifai, Jacqueline Peschard, se negó a suministrar los nombres de los bancos que recibieron los dólares.