
Mauricio Romero - Contralinea
mEn el documento Espacio y seguridad nacional,
Telecomunicaciones de México (Telecomm), organismo descentralizado de
la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, expone el objetivo del
Mexsat, que consiste en modernizar cuatro áreas indispensables para el
país: la plataforma de comunicaciones de seguridad nacional, el
mecanismo para la atención de la población en caso de desastres, la
cobertura social (privada) y la “reducción de la brecha digital”, y el
salvaguardo del uso de posiciones orbitales y frecuencias asignadas al
país.
Asimismo, enfatiza, “el Sistema Satelital
Mexicano brindará cobertura total al territorio mexicano y sus aguas
patrimoniales, transmitirá comunicaciones civiles […], y será el
principal gestor de la transferencia y análisis de información sensible
de seguridad nacional”.
De cualquier forma, cuando el Mexsat esté
en operación, podrá ser inspeccionado por autoridades del gobierno de
Estados Unidos, pues la fuente crediticia para su construcción es el
Banco de Exportaciones e Importaciones (Exim, por su acrónimo en inglés)
estadunidense.
Así lo deja claro la auditoría hecha por
la Oficina de Fiscalización Superior (GAO, por su sigla en inglés) de la
administración de Barack Obama al financiamiento dado por el Exim:
El acuerdo firmado con el gobierno
mexicano “permite a los funcionarios del Exim realizar ‘inspecciones
razonables’ de los libros y registros del uso de la tecnología
exportada”: los satélites.
Financiamiento estadunidense
El 23 de julio de 2012, en las
postrimerías del sexenio de Felipe Calderón, el Exim informó en un
comunicado que otorgaría una “garantía de un préstamo por 922 millones
de dólares de JP Morgan Chase & Co de Nueva York a la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes [de México] para la compra de dos
satélites MSS [de comunicación móvil] hechos por Boeing y uno FSS [para
comunicaciones fijas] construido por Orbital Sciences Corporation, y la
adquisición de los equipos y servicios inherentes a ellos”.

“Boeing diseñará y entregará un sistema
completo de banda L MSS consistente en dos satélites geomóviles Boeing
702 HP, [así como] el centro de operaciones del artefacto espacial y la
infraestructura en tierra”, describe el Exim. También, “Boeing
subcontratará con Orbital Sciences Corporation para el satélite FSS para
la banda C y comunicaciones de banda Ku y el centro de operaciones”.
Al no ser el único convenio firmado con
el banco, el gobierno mexicano es considerado por el Exim uno de los
mercados clave para la creación de empleos en Estados Unidos, pues
“hasta el año fiscal de 2012, el banco había autorizado financiamientos
por 1.8 billones de dólares para exportaciones hacia México”, detalla el
mismo comunicado.
México, negligente: fiscalización de la GAO.
Al ser un banco que otorga
financiamientos para exportaciones dual-use –es decir, de tecnología
para uso civil y militar (“con objetivos humanitarios”)–, el Exim es
sujeto de fiscalización por parte del gobierno de Estados Unidos.
Por tanto, las leyes federales
estadunidenses obligan a la Oficina de Fiscalización Superior a realizar
reportes anuales sobre los destinos de los créditos otorgados por el
Exim.
En la auditoría elaborada en 2014, la GAO
detectó irregularidades en la entrega de información por parte de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), pues el “Exim recibió
únicamente unos cuantos reportes del gobierno de México”, además,
remarca el ente fiscalizador, el envío de los informes parciales se hizo
“con más de 1 año de retraso”.
Debido al acuerdo de financiamiento, la
SCT debía enviar reportes sobre la construcción de los satélites y la
entrega del crédito, además de informes técnicos de operación.
Los funcionarios del banco recibieron esa
información parcial “sólo hasta que se contactaron con los
representantes del gobierno mexicano en los meses de abril, mayo y junio
de 2014”, cuentan los auditores.
La GAO señala los diversos informes que, por obligación, la SCT debió haber mandado antes del segundo semestre de 2014.
-“Al menos dos reportes sobre el progreso
de los tres satélites, antes del 14 de febrero de 2013”, fecha en la
que terminarían las pruebas en órbita del primer satélite.
-“Dos informes más sobre el avance de los
dos satélites que aún no han sido lanzados”. Éstos debió mandarlos a
mediados de 2013 y al inicio de 2014.
-En los meses abril de 2013 y 2014
debieron ser enviados “dos reportes técnicos-operativos del satélite que
ya está en órbita”, así como un informe anual hasta que el crédito haya
sido pagado en su totalidad.

La GAO enfatiza que antes de este parte
múltiple, el Exim no había recibido documentación alguna desde la
aprobación del crédito en 2012.
Por último, el certificado anual sobre el
uso final del primer satélite se envió hasta el 28 de abril de 2014 –1
año tarde– y “consistió en una carta de dos párrafos y dos páginas de
anexos enlistando las terminales para el uso de los satélites”.
Por último, la GAO cuenta que los
funcionarios del banco hicieron múltiples esfuerzos para obtener la
documentación faltante y que no consideraron que por su demora los
artefactos pudieran ser utilizados con propósitos militares.
A pesar de la lentitud burocrática y la
poca seriedad de México, Estados Unidos está tranquilo y sabe que México
no hará nada de carácter militar sin su conocimiento.
Lo que hay y lo que falta
El único satélite que opera México en la
actualidad fue lanzado el 19 de diciembre de 2012: el Bicentenario, para
comunicación fija. Estuvo a prueba hasta el 14 de febrero de 2013 y 10
días después fue entregado oficialmente al gobierno mexicano. El equipo
en tierra necesario para su operación se entregó hasta el 5 de diciembre
de 2013.
Sin embargo, “el satélite está operando a un 19 por ciento de su capacidad”, informó la propia SCT al banco estadunidense.
La reforma en materia de
telecomunicaciones impulsada por el gobierno federal permitió la venta
del ciento por ciento de la empresa Satélites Mexicanos (Satmex) al
consorcio de origen francés Eutelsat, en enero pasado. La privatización
fue completa.
Los antecedentes de Satmex se remontan
hasta 1968, cuando se creó para transmitir los Juegos Olímpicos. Con su
venta, México se deshizo de cinco satélites y los telepuertos para
operarlos. En la transacción se estipuló que de la capacidad de servicio
del sistema, ya en control extranjero, el 7 por ciento aún podrá ser
utilizado por el Estado mexicano.
La construcción de los dos satélites
restantes, el Centenario y el Morelos 3, para comunicación móvil,
terminó en 2014 y, por ahora están almacenados, en espera de ser puestos
en órbita.
De acuerdo con la misma auditoría de la
GAO se tiene previsto que uno de ellos sea lanzado del 14 de febrero al
15 de marzo de 2015, mientras que el último esperará hasta el periodo de
octubre de 2015 a marzo de 2016.
Cuando el sistema en su totalidad esté en órbita y operando, el gobierno de Estados Unidos podrá seguir inspeccionándolo.
Para la realización del presente trabajo, Contralínea
solicitó entrevistas con Gerardo Ruiz Esparza, secretario de
Comunicaciones y Transportes; Omar Charfén Tommasi, director de
Organismos Descentralizados de la SCT; Mauricio Ávila González, director
Técnico de Telecomunicaciones y Mexsat. Hasta el cierre de edición, no
se obtuvieron respuestas favorables.