Demandan que se investigue a los falsos testigos, en especial al ex edil Manuel Gómez Ruiz
San Juan El Bosque, Chis., 8 de noviembre.- “No tenemos nada que aplaudir en la liberación de Patishtán. No significa justicia. No debió estar preso nunca. Si siempre fue inocente, ¿por qué tuvimos que esperar más de 13 años y una intervención del presidente de la República?”, sostiene el Movimiento del Pueblo de El Bosque por la Libertad de Alberto Patishtán. “Las autoridades deberían pedir perdón de rodillas ante las personas a las que aplican un castigo injusto y aceptar ‘sí, fallamos, somos responsables’. Creen que se lavan las manos con el indulto”.
Aquí “no hay lugar para la palabra ‘indulto’; nos pesa”, manifiestan los voceros del movimiento en entrevista con La Jornada. “Ellos sabían que se iba a llevar todo ese castigo inmerecido, lo garantizaron, ya que así funciona la justicia”.
También admiten, de manera enfática, que todo el movimiento nacional e internacional que durante años exigió lo mismo que los pobladores de este pueblo tzotzil al norte de los Altos, no hubiera sido posible sin el respaldo de la otra campaña, después la Sexta, y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y de ahí tantas organizaciones que se unieron.
No obstante, subrayan, “fue el pueblo de El Bosque el que siempre sostuvo la lucha. Sin su pueblo, Patishtán no lo hubiera conseguido”.
Martín Ramírez López y Pascual Gómez López se turnan la palabra para fijar la postura de los indígenas y relatar cómo fue recibida aquí la noticia la tarde del 31 de octubre: “La gente aplaudía, levantaba sus pulgares, gritaba en las calles espontáneamente ‘¡arriba Patishtán!’ En su casa sonaron ‘triques’ (cohetes). Todavía en la noche del 31 de octubre, cuando fue liberado el profesor, se juntaban grupitos para aplaudir en la calle. Después de tantos años, estaban por fin celebrando”.
El profesor Martín cuenta: “La familia y el comité del movimiento tenían tres compromisos con el pueblo: salir a vocear con sonido la noticia cuando estuviera confirmada; explicar que no va a regresar hasta que termine su tratamiento, y agradecer a todos en el pueblo, las organizaciones, las distintas iglesias y la gente en general”. Aquí, señala, “99 por ciento está de acuerdo en su inocencia; sólo no las personas que lo acusaron”.
Pascual, con una camiseta alusiva a la lucha de Patishtán (“ahora la voy a poner de adorno en mi casa”), tercia: “El día de su liberación no tuvimos electricidad en todo el pueblo ni señal de celular, y yo que era el enlace aquí con los compañeros en el Distrito Federal no podía encontrar comunicación. Nos afligimos. Fue hasta que un señor en otra parte nos prestó (su teléfono) que pudimos hablar, y así avisarle a la familia. En la nueva estación de FM se anunció varias veces al aire. La gente estaba muy contenta”.
El primero revela que se tiene la propuesta de “invitar a una caravana desde el DF para acompañar y cuidar su regreso”. No hay fecha, pero en el pueblo ya lo están esperando. “Ha subido el ánimo, la gente tiene un contento en todos sus días. Durante 13 años dieron gritos a nivel municipal, nacional, internacional. Saben que ganaron esta batalla, es la cosecha de todos los grupos sociales”. Y añade: “El gobierno se cansó de que el pueblo peleara, creían que íbamos a callar, pero ni en 20 o 30 años. Entonces abrieron la puerta a un hombre inocente. Faltan muchos más”.
Pascual explica que “el gobierno no concedió, de nuestro lado siempre hubo buenos argumentos, y sí, se cambiaron algunos artículos de la ley, pero no nos importa porque el gobierno no quiso declarar la inocencia de Patishtán”. De existir verdadera justicia “la reforma saldría sobrando; muchos presos ahora van a aprender que tienen que tomar conciencia”.
Ramírez López apunta: “Vemos que el impulso empieza en enero de 2006 cuando el subcomandante Marcos se detiene en la cárcel de El Amate para apoyar a los presos, y Patishtán y sus compañeros mandan decir que desde 2005 son de la otra campaña. También fue muy importante cuando en 2012, durante las acciones en embajadas y países, estaban juntos los carteles con fotos del zapatista Francisco Santiz y del profe. Eso ayudó para que ayudara el mundo”.
Insiste en que se debe investigar a los falsos testigos, en especial a Manuel Gómez Ruiz, el presidente municipal en 2000, y su hijo Rosemberg, el testigo que lo acusó. “Las autoridades saben que se necesita otra investigación de la emboscada –que dejó siete policías muertos aquel año, y por la cual fue acusado y condenado Patishtán Gómez en 2001– y fincar responsabilidades a los que usaron la justicia para venganza contra un inocente”.
Ramírez López, compañero de magisterio y de lucha del liberado desde hace más de 18 años, concluye: “Patishtán está libre, pero la lucha sigue”.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada