jueves, 21 de noviembre de 2013

Caos en el aeropuerto por el sorpresivo desfile

La falta de planeación del gobierno colapsó el AICM; miles de afectados
Notificó intempestivamente que debían cancelarse todos los aterrizajes y despegues
El cierre parcial, entre las 9:50 y las 12:30, provocó la suspensión de 157 vuelos comerciales
Alfredo Méndez, Miriam Posada y Juan Carlos Miranda | Periódico La Jornada | Jueves 21 de noviembre de 2013, p. 3
Un cierre parcial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), notificado apenas el martes por la tarde, provocó ayer la suspensión de al menos 157 vuelos comerciales (81 de llegada y 76 de salida) y afectaciones a cerca de 200 operaciones mercantiles aéreas.

La intempestiva suspensión de operaciones en el principal aeropuerto del país, entre las 9:50 y las 12:30 horas, provocó molestia en miles de usuarios, que lamentaron la falta de planeación oficial y protestaron porque las aerolíneas cobraron penalizaciones por los cambios de itinerarios y rehusaron rembolsar el costo de los boletos.

Las autoridades federales impidieron el aterrizaje y el despegue en el aeropuerto capitalino por la celebración del desfile que conmemoró el 103 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, que incluyó el sobrevuelo de aeronaves militares.

Funcionarios de la terminal aérea calcularon que el cierre de más de dos horas afectó a unos 15 mil usuarios entre pasajeros, comerciantes y prestadores de servicios.

El desfile que no iba a realizarse

Jesús Guajardo, director general adjunto de operaciones del AICM, aseguró que las autoridades de la terminal aérea ‘‘trabajaron a marchas forzadas’’ para minimizar el impacto de la medida. ‘‘Hasta el último corte de las 13 horas de este miércoles teníamos registro de 157 vuelos comerciales afectados, 81 de llegada y 76 de salida’’, dijo el funcionario.

En entrevista radiofónica, Guajardo reconoció que la falta de planeación del gobierno federal ‘‘definitivamente impactó en las operaciones comerciales’’ del aeropuerto y ‘‘ha generado molestias’’ entre miles de usuarios.

Recordó que a diferencia del desfile militar del pasado 16 de septiembre, cuando se avisó un mes antes, ahora la notificación oficial llegó con menos de 24 horas de antelación.

El cierre, explicó el funcionario, se debió a que el área de maniobra de las naves militares en el Centro Histórico forma parte del espacio aéreo de la aviación comercial del aeropuerto. Aunque las pistas de las terminales 1 y 2 fueron reabiertas a las 12:30 horas, las actividades comerciales se reanudaron varias horas después. A partir de las 15:30 horas las operaciones en ambas terminales se regularizaron.

Los vuelos que no pudieron despegar fueron reprogramados para este jueves a la misma hora que tenían fijada ayer. Las aeronaves que tenían programado aterrizar en el AICM entre las 10 y las 12 horas del miércoles, pudieron hacerlo después de las 3 de la tarde.

Decenas de personas llamaron a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) durante las horas de suspensión y presentaron quejas contra Aeroméxico, Interjet, Aeromar, Volaris y Viva Aerobús.

Interjet informó que recibió la notificación oficial de suspensión de operaciones el martes 19 por la tarde, por lo que no le fue posible informar con tiempo suficiente a los pasajeros.

En los meses recientes los usuarios del aeropuerto capitalino han pasado por situaciones de emergencia por bloqueos de maestros y ahora por una decisión de gobierno. En todos los casos las aerolíneas han rechazado rembolsar pasajes con el argumento de que no han tenido responsabilidad.

‘‘Ese tipo de decisiones son una falta de respeto a los consumidores, pero sobre todo una clara muestra de la indefensión en que se encuentran no sólo los usuarios de transporte aéreo, sino los de todos los servicios imaginables que se ofertan en el país’’, dijo el director de la organización Al Consumidor, Daniel Gershenson. ‘‘No tenemos voz ni voto’’.

Consideró que la medida muestra también la ‘‘visión autoritaria’’ del gobierno federal y llamó a los usuarios a ‘‘pasar de una cultura del sometimiento a una de la exigencia’’.

De los 166 vuelos programados por Aeroméxico, 35 fueron cancelados y el resto demorados de 30 minutos a dos horas; sólo cuatro vuelos se adelantaron cuestión de minutos. La empresa pidió a los usuarios consultar en su página de Internet algunas medidas de apoyo, pero descartó rembolsos. Interjet no ofreció información sobre vuelos cancelados y pasajeros afectados. Propuso a sus clientes lugares para el siguiente vuelo disponible sin pagar por el cambio, pero sí la diferencia de tarifa, si la hubiera.

La línea ofreció también cambios para otra fecha que no sea la siguiente disponible o cambio de ruta, pero en ese caso aplicarían todos los cargos.

También descartó rembolsos, porque ‘‘esta condición es ajena totalmente a la aerolínea y, siendo de fuerza mayor, de acuerdo a lo que dispone la legislación sobre la materia, Interjet no tiene la responsabilidad de cubrir gastos adicionales como transportación terrestre, alojamiento, alimentos y telefonía’’.

Del resto de aerolíneas que operan en el AICM sólo Aeromar emitió una alerta a través de su página de Internet y pidió a sus clientes ponerse en contacto vía telefónica.

Durante un recorrido que realizó La Jornada por las salas de espera de ambas terminales y por el área de documentación de equipaje, se pudieron observar filas de cientos de personas molestas.

Fue el caso de la señora Gabriela Quiñones, de 65 años de edad, quien esperó cinco horas a que llegara su hijo procedente de Veracruz, luego de que su vuelo fue desviado a Guadalajara. Empleados de las aerolíneas intentaron calmar los ánimos de miles de personas. ‘‘Es una burla, estamos pagando un servicio carísimo y nos tratan peor que en una central camionera’’, dijeron varios viajeros y personas que iban a recibir a algún familiar. ‘‘Lo que tenemos que pagar sólo para que se cumplan los caprichitos del Presidente’’, expresó otro usuario.