domingo, 16 de septiembre de 2012

Estancamiento, pobreza y deuda pública

Tres indicadores en el balance del sexenio
Durante el sexenio de Felipe Calderón, y sólo mencionamos aquí tres indicadores fundamentales, la economía se ha estancado, los trabajadores han vivido un empobrecimiento devastador y para estos resultados, el gobierno y los empresarios han endeudado el país a niveles nunca antes vistos.
15 septiembre 2012 | Magdalena Galindo | Siempre!

En la democracia de simulacro que padecemos los mexicanos, no es de extrañar que Felipe Calderón al hacer el balance de su sexenio, con motivo del último Informe, y en especial en la publicidad televisiva y radiofónica, haya mentido abiertamente al describir una economía en bonanza, gracias a las políticas establecidas por su administración.

Aunque en este breve espacio no es posible realizar un balance total del comportamiento de la economía en estos malhadados años, baste mencionar tres aspectos fundamentales que dan cuenta de la terrible realidad a la que estamos enfrentados. En primer lugar, el estancamiento. En promedio, el producto interno bruto, o sea todo lo que produce México en mercancías y servicios, apenas alcanzó la mediocre tasa del 1.7 por ciento. Lo que quiere decir que es el menor crecimiento registrado en el país en por lo menos 70 años, después del sexenio de Miguel de la Madrid, que es la única etapa en que el PIB ha crecido menos, pues entonces, cuando la crisis de la deuda y la década perdida de América Latina, la tasa promedio fue de 0.18.

Naturalmente, el virtual estancamiento de la economía en el sexenio de Calderón ha determinado el aumento del desempleo y del subempleo, expresado en el crecimiento acelerado de la economía informal en la que sobreviven como pueden casi un tercio de la población que se considera empleada, para ser exactos el 29.3 % de los trabajadores.

Por supuesto, para estos resultados desastrosos hubo aportación directa del gobierno, como en el despido de 44 mil electricistas con el injustificado cierre de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Junto al aumento del desempleo, el subempleo y la informalidad, hay una disminución general de los niveles de vida, de manera que aumentó el número de quienes ganan sólo dos salarios mínimos o menos, es decir, 3 mil 600 pesos al mes, en 3 millones 897 mil, por lo que hoy suman un total de 18.1 millones de personas.

Al contrario, los mejor remunerados que ganan más de cinco salarios mínimos, disminuyeron de 5.1 millones a 3.8 millones entre 2007 y 2012. O sea, ha habido una pauperización que permite afirmar que las llamadas clases medias están en vías de extinción.

Naturalmente, estos hechos implican un aumento de los mexicanos que se ubican en lo que se conoce como pobreza de ingresos que |—por mencionar una estimación bastante conservadora— de acuerdo con José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, han aumentado en 15 millones durante el sexenio, para abarcar a un total de 60 millones en pobreza de ingresos, o sea que no ganan lo suficiente para comprar una canasta alimentaria.

El tercer aspecto al que quiero referirme entre los muchos que muestran el desastre del país, es la deuda externa que, sumados los endeudamientos del gobierno federal, las empresas privadas y la banca comercial, ha llegado a la cifra sin precedente de 204 mil 179.7 millones de dólares.

O sea que durante el sexenio de Felipe Calderón, y sólo mencionamos aquí tres indicadores fundamentales, la economía se ha estancado, los trabajadores han vivido un empobrecimiento devastador y para estos resultados, el gobierno y los empresarios han endeudado el país a niveles nunca antes vistos.

Fuente: Siempre!