miércoles, 23 de mayo de 2012

Más voces de rechazo contra el priísta

Rosa Elvira Vargas | Periódico La Jornada | Miércoles 23 de mayo de 2012, p. 10
Seis minutos antes de la hora marcada para una actividad que apareció y desapareció intermitentemente de su agenda oficial de campaña, Enrique Peña Nieto llegó al Palacio de Minería. El priísta descendió de su camioneta y desde ese momento surgieron los gritos: “¡El pasado no se olvida, Enrique”, “Yo no olvido”, “Atenco no se olvida”.
Hacía pocos minutos que se había marchado de ahí Andrés Manuel López Obrador, y una multitud de fotógrafos y reporteros aguardaban en la banqueta. Los candidatos presidenciales atendieron ayer la convocatoria de la llamada primera Cumbre Ciudadana con la participación de representantes –a decir de sus organizadores– de más de 300 agrupaciones civiles. Ingresar a ese recinto de la UNAM exigía registro previo y, en el caso de los comunicadores, la debida y actualizada credencial del medio de procedencia.

De ese modo, las voces de rechazo y censura a Peña Nieto se quedaron en la calle. Y las volvió a escuchar a la salida.

Entre una aglomeración de elementos de seguridad, sus empleados de prensa y los fotógrafos, camarógrafos y reporteros buscando entrevistarlo, el político de nuevo fue increpado a gritos.

Ahí también se oía fuerte a Reyes Flores Hurtado, procedente de Saltillo, y quien no logró su cometido de participar en la cumbre con su asociación Claridad y Participación Ciudadana. Reclamaba a Peña Nieto y en general a todos los políticos, no proceder contra el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, cuyas irregularidades con la deuda pública de esa entidad aseguran haber denunciado originalmente.

Más tarde, hasta el lujoso hotel Marriot, donde Peña Nieto recibió el respaldo de la agrupación Volver a Empezar, del ex líder panista Manuel Espino, llegó la joven Mónica González. En medio del tumulto a la salida del priísta, ella empezó a leer con su fuerte voz La verticalidad del que muere, largo poema de su autoría y con metáforas diversas sobre productos fabricados por la televisión.

Dijo no estar en contra de Peña Nieto, pues llegó sólo con su interés de “regalarle poesía al mundo y demostrar que los jóvenes sí leemos, que no somos parias...”