sábado, 12 de mayo de 2012

El proceso de evaluación se ha politizado: docentes galardonados

Unos 450 profesores recibieron la Medalla Maestro Rafael Ramírez, por 30 años de servicio
Expresaron “incertidumbre, preocupación y molestia” por ser “rehenes de la contienda electoral”
Laura Poy Solano | Periódico La Jornada | Sábado 12 de mayo de 2012, p. 33
En el magisterio hay “incertidumbre, preocupación y molestia” porque el proceso de evaluación “se ha politizado, somos rehenes de la contienda electoral”, afirmaron profesores y supervisores escolares con 30 años de trayectoria, quienes ayer fueron galardonados por la Secretario de Educación Pública (SEP) con un diploma y la Medalla Maestro Rafael Ramírez.

Los docentes, quienes fueron convocados desde temprana hora en un hotel de Paseo de la Reforma, donde también recibieron un estímulo económico de alrededor de 38 mil pesos, afirmaron que “nos sentimos vigilados y atacados, cuando nadie, ni de la SEP ni el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), han bajado a ver en qué condiciones trabajamos”.

Tras concluir el festejo que se prolongó hasta las 13 horas, y al que acudieron unos 450 profesores del Distrito Federal, aseguraron que “pese a todo, al fracaso de reformas educativas del tipo que impulsa la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es un privilegio ser maestro”.

Guadalupe, quien por más de tres décadas ha impartido clases en educación primaria en la capital del país, aseguró que “hay mucha incertidumbre, diría zozobra, porque hasta hoy no sabemos nada” en torno de la aplicación de la evaluación universal, en la que deberían participar 550 mil profesores y directivos de ese nivel educativo en 2012.

Elizabeth Delgado, con 30 años de servicio en educación primaria frente a grupo y en tareas de supervisión escolar, afirmó que está “muy satisfecha” por la labor realizada en el magisterio. No obstante, reconoció, “también estoy decepcionada de un sistema educativo que cada vez nos va limitando más. Y con la sociedad nos sentimos vigilados y presionados”.

Cuestionada respecto de la aplicación de la evaluación universal para profesores y directivos de primaria, afirmó, “no sabemos ni el cómo ni el por qué”. Y agregó, los maestros “ahora son mal vistos. No hay una comprensión clara de lo que nos corresponde hacer como docentes. Se piensa que el maestro tiene una solución para todo. En la escuela estamos para dar conocimiento, pero la educación es en casa. Eso es lo que no se quiere entender ni reconocer”.

Señaló que con la propuesta de la SEP de incrementar el número de escuelas de jornada ampliada y de tiempo completo, “es todavía más difícil hacer entender que no estamos para educar, sino para formar. Pasamos de ser instituciones públicas a convertirnos en guarderías”.

Arturo Calderón, supervisor en la delegación Iztapalapa, aseguró que se siento “decepcionado por muchas cosas que están pasando”. La formación que imparte el Estado, afirmó, “ha sido manoseada políticamente. La educación pública se convirtió en un botín y por eso está pasando por tantos momentos difíciles. En lo político, nos meten a nosotros, pero no nos dejan opinar. Todos hablan, menos el profesor. Nos cuestionan si somos o no capaces de presentar una evaluación, cuando se debe entender que todo eso es político”.

María Esther Aguilar, profesora jubilada con 30 años de labor frente a grupo en educación prescolar, afirmó que su trayectoria ha sido resultado de la vocación y el deseo de servicio. “Me voy satisfecha, porque pese a todo, sé que dejé una semillita. Hoy tengo alumnos profesionistas y con posgrado. Eso es lo que me da más satisfacción”.

Pese a ello, explicó que la decisión de separarse del aula fue resultado del deterioro en las condiciones laborales en las escuelas. “No se cubre toda la plantilla de maestros y el trabajo se triplica. Hay una enorme presión para cumplir con todos los procesos administrativos, que son muchos, y lamentablemente se impide llegar más a fondo con los niños. Fue difícil, pero quise irme cuando aún podía”.

Como muchos otros profesores reunidos en un salón de un hotel, donde se les ofreció un desayuno y música en vivo, Guadalupe recuerdan con nostalgia sus años como docente, frente a un modelo que, afirma, “hizo crisis”.


Fuente: La Jornada