A escala mundial, 70 millones en edad de cursar la instrucción media están fuera de las aulas
Laura Poy Solano | Periódico La Jornada | Sábado 25 de febrero de 2012, p. 38
Las bajas competencias académicas adquiridas en la educación básica, así como los problemas de acceso a la educación secundaria –pues al menos 70 millones de adolescentes en edad de cursarla están fuera de sus aulas–, agravan las condiciones de marginalidad laboral que enfrenta este sector de la población mundial, el cual alcanza mil 200 millones de habitantes de entre 10 y 19 años de edad.
El informe La adolescencia, una época de oportunidades 2011, elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), alerta sobre los riesgos que enfrentan 150 millones de jóvenes menores de 19 años que realizan tareas agrícolas y que no han podido continuar con su educación ni acceder a mejores puestos laborales.
Los datos recabados por el organismo multinacional señalan que nueve de cada 10 adolescentes viven en los países en desarrollo, lo que incrementa los desafíos que enfrentan para superar condiciones de pobreza, violencia y marginalidad.
Tan sólo en el campo laboral destaca que la falta de capacidades apropiadas y de oportunidades laborales impide que jóvenes y adolescentes accedan a un empleo estable y productivo.
Se estima que casi 50 por ciento de los menores de 19 años en edad de cursar la secundaria no asisten a este nivel educativo, y si lo hacen “muchos de ellos no terminan sus estudios o se gradúan con una capacidad insuficiente, especialmente en lo que se refiere a competencias de alto nivel cada vez más demandadas en una economía globalizada”.
Esta laguna de capacidades, afirma el documento, contribuye a que las tendencias económica del empleo juvenil “sean sombrías”, pues el desempleo o subempleo que afecta a una cantidad cada vez mayor de adolescentes representa una pérdida “deprimente” de su energía y talento.
Al menos 25 por ciento de los trabajadores pobres del mundo son adolescentes, advierte el Unicef, mientras que 13 por ciento de la población mundial de 10 a 19 años está en el desempleo.
Si se analiza por regiones, en América Latina alcanza 14 por ciento, en las economías desarrolladas y la Unión Europea es de 18 por ciento, en África subsahariana es de 12 por ciento, y en Medio Oriente alcanza 23 puntos porcentuales.
Frente a la carencia de un empleo de calidad y de tiempo completo, muchos adolescentes y jóvenes caen en el desempleo, con trabajos esporádicos o en la economía informal, revela el informe.
Esto se traduce en empleos con bajos salarios y en condiciones de explotación, con empleadores que “no respetan las normas nacionales sobre el trabajo, la salud y la seguridad”.
Cuando realizan actividades como el comercio ambulante se enfrentan a una “subsistencia precaria”, e incluso pueden caer en “trabajos relacionados con actividades más peligrosas e ilegales, como el crimen organizado o la prostitución”.
La ausencia de oportunidad laborales dignas, señala el organismo de Naciones Unidas, representa una doble desventaja para la sociedad. “No solamente no se consigue realizar un uso productivo de las capacidades de los jóvenes, sino que este fracaso da pie a la desesperación y el desencanto, que puede generar la fractura social y la protesta política, así como la posibilidad de caer en el fundamentalismo o el crimen”.