domingo, 8 de enero de 2012

De clase mundial

7 enero 2012 | Eduardo Valle | El Universal
Corruptos, ladrones, prepotentes, cínicos. Pero hasta entre los funcionarios corruptos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hay clases. Los de clase mundial, como el prófugo Néstor Félix Moreno, acusado de recibir sobornos (un yate, un Ferrari y dólares para los cacahuates) por asignar en forma directa contratos a empresas extranjeras. Los hay de clase nacional: como esos funcionarios quienes junto a jueces se las arreglaban para estafar a la empresa por cientos y cientos de millones de pesos. Y los hay de clase local: esos funcionarios, que frente a irregularidades probadas y recibos de miles y miles de pesos tienen una sola y sospechosa respuesta: “va a tener que pagar”. Los de clase mundial y nacional lastiman las finanzas de la empresa. Los de clase local le roban los recursos a las familias.
¿Quiénes son peores? Creo que desde el punto de vista práctico, los últimos. Éstos se lanzan feroces e inmisericordes contra el patrimonio de las familias de cualquier condición. Expongo uno de miles de casos: se trata del medidor 8MX212, localizado en una modesta y abandonada casa-habitación, la cual fue ocupada a principios de junio por dos mujeres. A mediados de agosto, este pequeño núcleo familiar pagó por el servicio de luz en su casa la cantidad de $889.27 por el consumo del ocho de junio al ocho de agosto del 2011. 61 días con un consumo diario promedio de 15.52 kilowatts/hora (Kwh.). Unos 947 Kwh para el periodo. Era un poco alto el cobro pero no parecía exagerado. Cubrieron su cuota sin queja alguna. 

Pero entonces llegó el Apocalipsis económico. Aterrizó el recibo de luz, el cual cubría del ocho de agosto al 10 de octubre. ¡El medidor señalaba que el consumo se había casi cuadruplicado! Y ahora había que pagar 8 mil 210.34 pesos (¡casi 10 veces más!). 63 días a un promedio de 58.23 Kwh, consumo: 3669 Kwh. Haciendo milagros, las damas pagaron. Pero fueron a las oficinas de la CFE, en donde les informaron que enviarían a un técnico a revisar el medidor. La siguiente visita como consumidores las dejó con escalofríos. El medidor, reportaba el técnico, tenía roto un sello interno de seguridad. Y eso significaba, afirmó la funcionaria que atendió el caso, que “se había perdido la confiabilidad” (sic). Y ello cerraba las puertas a cualquier trato. Las dos mujeres pudieron lograr que alguien violara el sello, ¡para así aumentar casi cuatro veces el consumo y casi 10 veces el pago! Vaya manera de gastar. Esperemos nunca se paren en Wall Street: las harían pedazos en segundos.

Con todo, algo lograron. Hace unas semanas apareció en el domicilio una cuadrilla de trabajadores e instalaron un nuevo modelo de medidor. Ya le diré los resultados. ¿Usted cree que termino la pesadilla? Nada. Llegó el recibo de luz para cubrir del 10 de octubre al ocho de diciembre: el gasto de luz fue de exactamente 1000 Kwh. Con 38 días fuera de verano (conste). Pues a pagar 2 mil 31.54 pesos. El consumo diario había descendido a apenas 18.7 Kwh y cubría 59 días. Mire qué singular coincidencia: exactamente 1000 Kwh. Pero, al fin, había terminado el reinado de terror miserable del medidor 8MX212. Sí; el nuevo modelo de medidor establece, a mas o menos un mes de funcionamiento, un consumo total de unos 300 Kwh. Podría llegar el consumo a 600 kWh en el bimestre. Pero ya no se trata de los miles de kilowatts/hora que el medidor delirante y rapaz anterior señalaba. Ahora bien, creo que sería muy interesante revisar el historial interno de facturación del medidor demente y ladrón. No vaya a ser que se consignen ahí cantidades de dinero mucho mas bajas. Lo cual ayudaría a confirmar la proliferación de los funcionarios ladrones a nivel local en la CFE.

Hay familias que colocan un imán arriba de los medidores viejos para retrasar al máximo el conteo de los Kwh. Existen los conocidos “diablitos” y técnicos que pueden manipular el contador global en los medidores antiguos. Todos estos actos son delitos federales; no pueden ser promovidos. Pero sí pueden comprenderse: ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón. ¿Por qué en muchas ciudades y regiones del país está paralizada, en los hechos, la colocación de los nuevos medidores? Conseguir uno es, en la práctica, una hazaña. Y los precios y tarifas de la CFE son demasiados importantes para quedar en las manos... de la CFE. Las arbitrariedades de los medidores rapaces y delirantes se cuentan por miles y miles en el país. ¿Nada pueden explicar de este fenómeno los funcionarios del mas alto nivel en la CFE y la Secretaria de Energía? Y, mejor, mucho mejor, ¿no pueden llevar a cabo acciones urgentes e indispensables para ya no lastimar tanto a las familias?

Y no salgan con el cuento de la “aportación gubernamental”. Esas dos mujeres en tres bimestres le pagaron a la CFE mas de 11 mil 100 pesos, cuando la generosa y humanista aportación no alcanza 8 mil 500 pesos. Y ya demostré que “el costo de producción” es falso. Nada más cubre el asalto en despoblado. Corruptos, prepotentes, ladrones, cínicos. De clase mundial, nacional y local. Vaya empresa.