Enrique Galván Ochoa | La Jornada - Opinión - Dinero | Lunes 24 de Octubre 2011
¿Por qué no encuentro empleo si el gobierno dice en la radio y en la televisión que se han creado miles y miles? ¿Por qué lo que mejor he podido encontrar es una chamba en un call center, por medio de una outsourcing, por 2 mil 500 pesos al mes y sin prestaciones? ¿En qué estoy mal? Muchas personas, mujeres y hombres de todas las edades se hacen estas preguntas todos los días, y lo primero que deberían hacer es rechazar cualquier sentimiento de culpa o inferioridad.
La razón por la que no encuentran trabajo es porque no hay. Así de simple.
La información sobre los abundantes empleos suministrada por el secretario del Trabajo, Javier Lozano (agreguen aquí el calificativo que más acomode a su frustración), es un engaño.
Lo cierto es que tal vez México es hoy día el país con el mayor número de desocupados del mundo. Se requiere de mucha paciencia para desentrañar los datos que el Inegi reporta sobre el desempleo; están confeccionados para disimular la realidad.
Por algo el presidente Calderón colocó ahí a un alquimista inescrupuloso, Eduardo Sojo.
En un reciente reporte da a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para septiembre de 2011, donde indica que 59.1 por ciento de la población de 14 años y más se encontraba disponible para producir bienes o servicios (económicamente activa); el restante 40.9 por ciento se ubicó en la población económicamente inactiva.
¿Cuántos mexicanas y mexicanos forman ese 40.9 por ciento de 14 años y más? La población en edad de trabajar, según el propio Inegi, suma 48 millones de personas; luego entonces, alrededor de 20 millones se encuentran en el desempleo o en las chambas ocasionales. Eso de que el desempleo en México es sólo de 5 por ciento y fracción es un mito nada genial, es bastante burdo. En la gráfica que aparece arriba pueden ver el lugar comparativo de México ante otros países.
La razón por la que no encuentran trabajo es porque no hay. Así de simple.
La información sobre los abundantes empleos suministrada por el secretario del Trabajo, Javier Lozano (agreguen aquí el calificativo que más acomode a su frustración), es un engaño.
Lo cierto es que tal vez México es hoy día el país con el mayor número de desocupados del mundo. Se requiere de mucha paciencia para desentrañar los datos que el Inegi reporta sobre el desempleo; están confeccionados para disimular la realidad.
Por algo el presidente Calderón colocó ahí a un alquimista inescrupuloso, Eduardo Sojo.
En un reciente reporte da a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para septiembre de 2011, donde indica que 59.1 por ciento de la población de 14 años y más se encontraba disponible para producir bienes o servicios (económicamente activa); el restante 40.9 por ciento se ubicó en la población económicamente inactiva.
¿Cuántos mexicanas y mexicanos forman ese 40.9 por ciento de 14 años y más? La población en edad de trabajar, según el propio Inegi, suma 48 millones de personas; luego entonces, alrededor de 20 millones se encuentran en el desempleo o en las chambas ocasionales. Eso de que el desempleo en México es sólo de 5 por ciento y fracción es un mito nada genial, es bastante burdo. En la gráfica que aparece arriba pueden ver el lugar comparativo de México ante otros países.