¿Qué tipo de gobierno tenemos que no puede resolver un problema laboral que el mismo generó?
De la Redacción
Caminaba, el viernes pasado por la calle Madero, rumbo al Zócalo del DF, cuando vi una buena cantidad de rostros sonrientes y animosos, busqué la causa de aquel fenómeno, tan extraño para mi que vivo en Juárez. Y que a ultimas fechas, dedico mi tiempo libre a reflexionar sobre la paz sin hipocresía.
Lo que originaba aquel alboroto eran seis jóvenes de ambos sexos que caminaban entre el río de personas, con unas pancartas de "abrazos gratis" y efectivamente repartían abrazos a los caminantes. A quien le tocaba le arrancaban la sonrisa y le cambiaban el rostro. Y también a los espectadores.Que sencillo es dar muestras de solidaridad desinteresada, y como los seres humanos, aceptamos la bondad ajena cuando confiamos en su honradez.
Llegamos hasta el zócalo donde hay un plantón del SME y tenían una música salsa irresistible, nos pusimos a bailar algunos de aquellos muchachos y " este bato" y en dos minutos la alegría se dispersó entre los huelguistas y sus familiares, por unos minutos las risas, los aplausos y los bailarines se multiplicaron.
Que sencillo fue tener una tarde de paz, descifrando la honradez la alegría y la confianza.
Al revisar el E mail del celular, el gozo se fue al pozo: Grupos católicos ultra conservadores amenazan a monseñor Raul Vera.
Pero que absurdo que haya quienes dedican su vida a agredir a otros seres humanos por simples diferencias de pensamiento.
¿Qué tipo de gobierno tenemos que no puede resolver un problema laboral que el mismo generó?, Su Silencio es la voz de la guerra, que no tiene consideración alguna por los seres humanos.
Es el cambio del objetivo de nuestra vida, hagamos nuestra voluntad aunque para ello tengamos que dañar, destrozar, fragmentar familias.
En verdad que debemos reflexionar y actuar para que sean los chicos de los abrazos nuestra inspiración y para terminar con los gritos de guerra que no tienen razón profunda de ser.