domingo, 24 de julio de 2011

Inundaciones y visión de conjunto

Antonio Gershenson
He podido ver, comunicarme, comparar cifras y escritos y comprobar lo siguiente.
Hemos visto que ante las inundaciones se responde con un cobertor, una despensa y muchos discursos diciendo que esto se va a resolver, aunque el problema se vaya a repetir una y otra vez. Ha habido casos peores: cuando las presas, en vez de proteger contra las inundaciones, las agudizaron. Un caso fue el de fines de octubre de 2007, cuando en plena inundación se abrieron todas las compuertas de una presa de la CFE durante 3 días y la inundación se agravó seriamente. Ya hemos analizado éste y otros casos, en los que cuenta mucho la ambición de dar preferencia a comprar energía eléctrica a empresas privadas, sobre la protección a la población, a sus viviendas y a sus bienes en general.
Vamos a un ejemplo, en mi opinión, irrefutable, de qué tipo de soluciones se puede alcanzar. No sólo aquí hemos tenido estos problemas. En la parte baja del río Yangtse, en el sur de China, aproximadamente cada 10 años llegaba el monzón y causaba, en ocasiones, cientos de miles de muertos. Luego, aprendieron a evacuar a los habitantes más rápido, y el número de muertos bajó mucho. Pero los daños seguían siendo enormes, y se decidió emprender una gigantesca obra, a la que nos vamos a referir: Tres Gargantas.

Era indispensable que se pudieran controlar flujos de agua suficientes para que, aun con los monzones más nocivos, no hubiera no sólo inundaciones, sino ningún desbordamiento del enorme río Yangtse. Esto llevó a una presa de más de 2 mil 300 metros de largo y alturas hasta de 185 metros. Así, la capacidad de almacenamiento es de más de 39 miles de millones de metros cúbicos. De esta cantidad, 22.5 miles de millones están bajo control del flujo.

Sobre esa base, se puede reducir el flujo de la parte baja del río y lograr que esa parte no suba más allá de lo debido. Sólo se vuelve a aumentar ese flujo cuando baje lo suficiente el agua de la parte baja del río. Entonces, el agua del río está controlada desde antes de que haya peligro de inundación.

Si, en caso extremo, el nivel del agua aumentara a niveles de riesgo y no alcanzaran los enormes espacios mencionados, se tiene como reserva adicional el espacio sobre 600 kilómetros del río que va hacia arriba.

Con el monzón de 2008, esto se puso a prueba. Y se pasó la prueba pues durante ese monzón no hubo ninguna inundación ni se perdió el control del flujo del agua.

El sistema, al mismo tiempo, está generando cantidades enormes de electricidad. Se aumentó la meta en relación con periodos anteriores, y ahora hay 32 unidades de 700 megawatts (MW) cada una, logrando, según el documento La planta hidroeléctrica Tres Gargantas, "una capacidad total de 22,400 MW". La planta más grande antes de la construcción de Tres Gargantas era la brasileña Itaipú, con 12,000 MW.

No sólo eso. Con esclusas se eleva y baja con el agua a barcos para que puedan navegar a lo largo del río, en los dos lados de la presa y también en ambos sentidos. Las posiciones de las esclusas son operadas por grúas gigantescas situadas arriba de ellas.

Por último, hay un creciente turismo, que cuenta como parte importante del ingreso del proyecto en su conjunto. En el último año llegaron 10 millones de turistas.

Todas estas aplicaciones muestran una visión de conjunto. Aquí, sabemos de numerosas plantas para generar electricidad, y punto. Son aislados los casos en que se construye ahí por ejemplo una fosa para cultivo de peces.

Se hacían presas de riego y se aprovechaban para generar electricidad, pero no en el sentido opuesto. Es de primera importancia en la solución del problema de las inundaciones, una visión de conjunto. Se debe calcular, por decirlo así, el tamaño de la posible inundación, y construir en consecuencia.

Por otro lado, en algunos lugares se han construido presas o represas exclusivamente para prevenir inundaciones. Pero entre uno y otro incidentes, la inversión está desperdiciada.

En general, vemos que el problema de las inundaciones sí tiene solución. Que no se vale simplemente echar discursos optimistas y dejar todo lo demás igual. Que se requieren recursos importantes, a costa de su derroche por una minoría. Y que hay un camino de solución, que no es el mismo en todos los casos, pero que, sin lugar a dudas, existe.