Organización Editorial Mexicana
9 de mayo de 2011
Nidia Marín / El Sol de México
México necesita carbón... pero más a sus mineros, quienes no sólo enfrentan neumoconiosis, fibrosis pulmonar y cáncer de pulmón, sino escasa seguridad en el trabajo, fundamentalmente los "poceros" del carbón, equivalentes de los gambusinos de metales preciosos, ubicados en el último eslabón de la cadena minera.
En México, a través de los años, son muchos los especialistas que han puesto el dedo en la llaga del trabajador minero en general.Por ejemplo, Francisco González Sánchez, del Centro de Geociencias de la UNAM, y Antoni Camprubí, del Departamento de Geoquímica, del Instituto de Geología de la UNAM, en su trabajo "La pequeña minería en México" señalan lo deseable que sería que el Gobierno mexicano "prestara mayor atención, no sólo al sector de la pequeña minería, sino de forma especial a la denominada minería artesanal" (se refieren a todos los rubros), porque ésta no se encuentra regulada y sus trabajadores están desprotegidos en sus derechos laborales y sometidos a numerosos abusos.
Una opción, explicaron, podría ser la creación de una agencia o departamento en donde se implementaran mecanismos gubernamentales mediante los cuales se atendiera, orientara y protegiera, de manera honesta y responsable, a los mineros artesanales, con el objetivo de echar a andar una autogeneración de empleo formal, lo cual redundará en una distribución más equitativa de la riqueza de los recursos naturales explotados por este tipo de mineros, hacia una población que típicamente se ha mantenido marginada aunque se encuentra ampliamente distribuida en las zonas mineras rurales de México.
Previamente mencionaron la existencia de tres tipos de empresas en función de su magnitud, la cual se define en relación a la cantidad de producción: las mineras grandes, las medianas, y las pequeñas.
"Sin embargo, existe una división por debajo de todas ellas, que es la minería artesanal. La pequeña minería en México aporta el 2.9 por ciento del valor total de la producción minero-metalúrgica nacional, la cual asciende a seis mil 800 millones de dólares y representa el 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. La pequeña minería está ligada de manera intrínseca a la cultura y a la economía de México, generando empleos de manera formal e informal, y su explotación en ocasiones puede rayar lo rudimentario y lo artesanal".
Agregaron: "En muchas ocasiones, los pequeños mineros operan fuera de la legalidad, y este hecho oculta el verdadero potencial económico y social que tienen estas pequeñas operaciones mineras. El camino de evolución que es típico de la gran mayoría de pequeñas empresas mineras se puede desarrollar bajo dos ambientes: (1) con apoyo financiero de organizaciones gubernamentales, cuya perspectiva a futuro puede ser de éxito, o (2) sin apoyo financiero del estado. En este último caso, sus perspectivas suelen ser de corta vida y con pocas probabilidades de éxito".
Al considerar que el valor anual de la producción minera en general (hasta 2007), es de seis mil 800 millones de dólares, lo que representa el 1.6 por ciento del PIB de México y genera 279 mil empleos directos y 1.5 millones de empleos indirectos, los especialistas establecen una clasificación:
1) La gran minería, que aporta el 84.1 por ciento del valor total de la producción minero-metalúrgica nacional. Es hacia esta élite que se dirigen mayormente las directrices de Estado en materia minera.
2) La mediana minería, que aporta el 13 por ciento del valor total de la producción minero-metalúrgica nacional.
3) La pequeña minería, que aporta el 2.9 por ciento del valor total de la producción minero-metalúrgica nacional.
4) Una división que frecuentemente pasa desapercibida, es el estrato más bajo de la cadena minera y, sin embargo, durante muchos años fue la fuente del descubrimiento de importantes zonas mineralizadas. A ella pertenecen los mejor conocidos como "gambusinos" o mineros artesanales, cuyos logros no quedan registrados debido a que son representantes de la informalidad hacendaria.
* Sin estar en los "top ten"
Nuestro país no es una potencia carbonífera, no tiene un lugar mundial, sino que se aglutina en el rubro "y otros", con una producción de 15 millones de toneladas métricas, pero en el territorio mexicano las cuencas de carbón existen desde el Jurásico-Cretácico y han sido explotadas por siglos.
La industria del carbón en la República Mexicana es primordial como generadora de empleos, inversiones y de electricidad con bajos costos. Sin embargo, la participación de México con respecto a los países más importantes en la exportación del carbón hacia Estados Unidos (el principal mercado mundial) es nula, no pudiendo competir con China y Canadá en los últimos años, señaló el investigador Noé Piedad-Sánchez, de la Escuela Superior de Ingeniería "Lic. Adolfo López Mateos", de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Por otra parte, si bien no se alcanzaron las expectativas que se tenían para 2010, acerca de que la producción de carbón en México alcanzaría los 24 millones de toneladas cortas (México producía anualmente 12.2 millones de toneladas métricas hasta 2007, pero importaba 11.37 millones de toneladas métricas), efectivamente aumentó su producción hasta las mencionadas 15 millones de toneladas y las expectativas son buenas, pero...
Los principales yacimientos de carbón en México se ubican en: San Marcial-Santa Clara, Sonora; Cabullona, municipio de Agua Prieta, Sonora; Corralitos y Ojinaga, Chihuahua; Fuentes-Río Escondido, Coahuila; Sabinas, Coahuila; Colombia-San Ignacio, en los estados de Coahuila y Nuevo León; Zacualtipan, Hidalgo; Tlacolulan, Veracruz; Tezoatlán-Mixtepec, Oaxaca; y Cualac, Guerrero.
Rodolfo Corona-Esquivel y Enrique Martínez Hernández, del Instituto de Geología, de la UNAM y de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, del IPN; Jordi Tritlla, del Programa de Geofluidos, del Centro de Geociencias de la UNAM (Campus Juriquilla); María Elena Benavides-Muñoz y el propio Noé Piedad-Sánchez, en su trabajo "Principales Yacimientos de Carbón Mineral en México", señalan a tres regiones de la República con los principales yacimientos: Coahuila, Oaxaca y Sonora.
Por cierto, la primera producción económica conocida de carbón en México se inició en 1884, precisamente cerca de Sabinas, Coahuila. Y de ahí para adelante, aunque con altibajos en ciertas décadas, pero la producción en dicha cuenca y en otras ha continuado.
* Las reservas son pequeñas
Las reservas no son importantes. Robert Bruce Wallace, en su estudio "El carbón en México" explica:
"No caemos en una exageración al concluir con estimaciones respetables que México tiene reservas relativamente pequeñas de carbón -1.2 mil millones de toneladas (1.2Gt), 0.1 por ciento del total mundial- de las cuales cerca de 860Mt son de carbón bituminoso con cantidades menores metamorfoseadas a antracita y 350Mt son carbones subbituminosos. Aún más pesimistas son los recursos estimados de 2Gt, que consisten también en mucho carbón subbituminoso no siempre de buena calidad, además, de lignito inferior cuya producción actual es sin importancia. Se estima que la razón de reservas probadas/producción al final de 2007 fue de aproximadamente 99 años. Para poner esta cifra en un contexto comparativo, Estados Unidos, con reservas estimadas de 242.7Gt, tenía 28.6 por ciento del total mundial en 2007. La razón reservas/producción de este país se estimó en 234 años".
Refiere también, en otro punto de su texto, el incremento que se ha registrado de la producción doméstica en México al que califica de "respetable". Sin embargo... "el monto total no fue suficiente para satisfacer la demanda total, particularmente del carbón subbituminoso demandado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuyo interés creciente en las plantas carboeléctricas, aparentemente se debe a un escepticismo prudente respecto a la producción futura del petróleo y gas natural en manos de Pemex".
Consideró que, sin duda, el país tendrá que importar volúmenes más grandes para satisfacer la demanda doméstica si la producción no crece significativamente. Aunque las reservas potenciales deberían poder ser suficientes en cuanto a volúmenes, agregó, la inversión fuerte requerida, ciertamente limita la producción comparada con la demanda total.
En cuanto a la generación total de electricidad en México, mencionó que en 2006, el carbón fue responsable por 12.7 por ciento, el petróleo por 21.6 por ciento y el gas natural por 45.5 por ciento, dando una participación total de casi 80 por ciento.
Y en las ventas a la Comisión Federal de Electricidad hay un ejemplo sobre los pequeños productores: La paraestatal les pidió a las minas pequeñas y medianas de Coahuila que aumentaran su producción 50 por ciento en 2009.
En fin, que de seguir las cosas como van, México tendrá poco carbón y menos mineros.