miércoles, 6 de abril de 2011

Hipotecada la industria eléctrica nacional

Triste hallazgo en la Cuenta Pública 2009
El Día Morelos
PLUMA ELECTRICISTA: Por Martín Esparza Flores 
Flotando como un maloliente cadáver en el mar de la opacidad oficial, la corrupción del sector eléctrico exige una autopsia, clara y profesional, que permita conocer a todos los mexicanos la identidad de quiénes la engendraron; responsables además de entregar la industria eléctrica nacional a trasnacionales, hipotecando el futuro de las nuevas generaciones. El olor a descomposición oficial, no pasó desapercibido para los miembros de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, quienes, tras analizar el rubro del Sector Eléctrico en la Cuenta Pública 2009, presentada por el Ejecutivo, corroboraron que muchas de las denuncias de corrupción, hechas públicas en fecha reciente, tenían firmes sustentos presupuestales: las cifras no mienten cuando muestran no únicamente los torcidos manejos en el manejo de obras y contratos; sino, peor aún, la brutal realidad a que habremos de enfrentarnos los mexicanos en las próximas décadas por el otorgamiento irresponsables de concesiones para la generación de energía eléctrica a empresas trasnacionales.
En una sola década, del 2000 al 2009, nuestro país ha entregado casi la mitad de la generación de la electricidad a particulares, valiéndose de las reformas operadas en 1992 a la Ley del Servicio Público de Energía.

Mientras en el 2000 los llamados productores independientes (PIE´s), apenas aportaban el 4,3% de la generación total, unos 12 mil 900 GWh contra 191 mil 400 GWh del sector público, en 2009 aumentaron su producción de electricidad en un 40,3%, para llegar a los 105 mil 900 GWh; la CFE, en contraparte, produjo en 2009 sólo 157 mil GWh, reduciendo en 34 mil 400 GWh su generación, respecto al año 2000. Esto es, que gradualmente ha cedido terreno a los particulares.
Hasta la fecha la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ha autorizado 772 permisos, 24 de ellos a grandes productores independientes, 595 a autoabastecedores, 59 para cogeneración, 37 para importación, 7 para exportación, 3 para pequeña producción y 48 para “usos continuos”. El problema para el país es que esta fiebre de desmantelamiento de la industria eléctrica, nacionalizada en 1960 por el Presidente López Mateos, ha resultado una peligrosa telaraña, tejida por funcionarios corruptos, resurrecciones Miramón y Mejía, que ha terminado por atrapar el desarrollo del país, al dejarlo en manos de poderosas trasnacionales como Iberdrola, Unión Fenosa, Intergen, Mitsubishi, Gas Natural, Mitsui y el gigante estadounidense AES, entre otras. Firmas que tendrán en sus manos la generación de energía en las próximas décadas, con todas las de ganar pues Comisión Federal de Electricidad les ha entregado contratos de compra-venta de electricidad para los próximos 25 años, lo que les representará una ganancia del orden de los 1,6 BILLONES DE PESOS. Algunos de estos contratos, se extienden hasta el año 2041, con la salvedad de que pueden ser renovados. De acuerdo a la Cuenta Pública 2009, a diciembre de ese año, los permisionarios privados se habían embolsado la suma de 268 mil millones de pesos que CFE les pagó por la compra de energía. La cifra parecerá un poco exagerada, pero no lo es si se considera que desde el 2002, por ejemplo, CFE pagó a los productores independientes 6 mil 428 millones de pesos, llegando hasta los 70 mil 600, en 2008; pero esto no mejoró sus finanzas sino que las empeoró pues mientras en 2001, el subsidio federal para su operación era de 46 mil 600 millones de pesos, en 2009 llegó a los 98 mil 300 millones. El problema más grave es que al no cuadrarle las cuentas a CFE, tampoco le van a cuadrar a las finanzas del país pues buena parte de los programas de inversión con los Productores Independientes (PIE´s), echados a andar en la última década, han sido financiados a través de los PIDIREGAS, esto es, obras de infraestructura financiadas por el sector privado con el compromiso de CFE de pagarle al inversionista el costo de las instalaciones cuando éstas empiecen a producir, en este caso, a través de la compra obligada de energía. Actualmente, el 80 % de la inversión en infraestructura eléctrica en México se han financiado con PIDIREGAS. Esto sí que es un peligro para México. Las deudas de CFE las vamos a pagar todos. Analicemos: ¿A cuánto ascenderá la deuda PIDIREGA para CFE de 1999 al 2043? De acuerdo a las cifras oficiales: 543 mil 300 millones de pesos. Quiénes se pusieron de tapete a las trasnacionales le ocasionaron ya al país, hasta el 31 de diciembre del 2009, un desembolso de 63 mil 700 millones de pesos, más otros 42 mil 200 millones por el pago de intereses de los PIDIREGAS, pero todavía faltan por pagar otros 435 mil 400 millones, y 131 mil 200 millones, por cuestiones de amortización. Esto es parte del negro panorama que nos espera a los mexicanos si no llamamos a cuentas, y sin demora, a los responsables de la ruina financiera que se avecina para nuestro sector eléctrico, los mismos que desde hace años dejaron de invertir en infraestructura para quebrar a Luz y Fuerza del Centro, los mismos que consintieron que CFE nos vendiera la energía cara que ella misma compraba a los productores privados, para ahorcar nuestras finanzas al obligarnos, a través de la Secretaría de Hacienda, a venderla a un costo menor a los consumidores, sin tener utilidad alguna. Coincidimos con la demanda de la diputada Estela Damián Peralta, Presidenta de la Comisión de Vigilancia de la LXI Legislatura, para que la PGR haga su trabajo y llame a cuentas a los responsables de este monumental fraude al país, equiparable a una traición a la patria. Las pruebas ahí están; hay que ponerles nombres y apellidos.