Inconformes por los diagnósticos sobre secuelas del incendio en ABC.
Ángeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de enero de 2011, p. 44
Los pulmones de Laura Fernanda funcionan 60 por ciento. A eso se debe, en parte, la tos permanente y la dificultad para respirar. Sin embargo, los médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sólo le han dicho a su mamá, Fabiola Domínguez, que la niña tiene neumonitis. En otras ocasiones los médicos aseguraron que era alergia, pero los estudios clínicos que le practicaron en Estados Unidos demostraron que esto era falso.
Más o menos con las mismas condiciones clínicas que presenta Laura se encuentra el resto de los pequeños que resultaron con quemaduras y/o lesiones no visibles por el incendio en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, y reclaman al instituto que proporcione la atención médica que sus hijos necesitan.
El organismo asegura que los niños han sido atendidos, y es cierto, pero no es lo que necesitan, señaló Domínguez, quien aseguró que ni siquiera en el Centro Médico Nacional Siglo XXI le hicieron a su hija la prueba para determinar el daño pulmonar. Eso lo supe hasta que fuimos a Phoenix, Arizona, indicó.
Aunque la doctora del hospital estadunidense le entregó el resultado del examen y le explicó que los pulmones de Laura tienen cicatrices, tejido muerto, por lo cual en el futuro podría presentar otros problemas, el diagnóstico del Seguro Social no incluye esta información. Para ellos la niña está bien, pero si fuera cierto ya la habrían dado de alta, señaló en entrevista.
Fabiola es una de los 20 progenitores que el lunes iniciaron un plantón y ayuno en el Zócalo en demanda de que se aplique la justicia y se castigue a los responsables del incendio ocurrido el 5 de junio de 2009 en la guardería.Más de un año y medio, ¡y ni un solo culpable!, expresaron.
Otro caso es el del niño Juan Carlos Lozano, quien también estuvo en la estancia subrogada del Seguro Social el día de la conflagración, pero salió cinco minutos antes de que el fuego llegara adonde estaban los pequeños. Su mamá, Beatriz Soto, aseguró que no se quemó, pero sí respiró el humo. Por eso, el menor también tiene problemas constantes en vías respiratorias.
Así lo reconoce el diagnóstico del IMSS, el cual dice que el infante tiene neumonitis leve secundaria a inhalación de humo, así como síndrome rinobronquial en tratamiento y controlado. Si así fuera, dice Soto, el niño no tendría tos, sobre todo en las noches, ni fiebres de hasta 40 grados centígrados.
Este último síntoma es diagnosticado por el instituto como fiebre de origen oscuro y añade que el niño lo presenta desde antes del percance. De ahí la inconformidad de esta madre y su decisión, como la del resto de los padres que mantienen la protesta en el Zócalo, de insistir en que los atiendan y se haga justicia.