jueves, 7 de julio de 2016

Fortalecer la educación, centro de dos planes contrastantes

Laura Poy Solano / Periódico La Jornada / Jueves 7 de julio de 2016, p. 3
En su propuesta para atender el conflicto magisterial, la Secretaría de Gobernación no menciona en una sola ocasión la reforma educativa. En un documento de dos cuartillas, sin firma, insiste en que el proceso de diálogo sobre el modelo educativo debe estar guiado por principios compartidos. La dependencia federal, que no retoma ninguno de los argumentos por los cuales el magisterio disidente se opone a la reforma educativa, establece tres criterios para impulsar el diálogo: asegurar que todos los mexicanos tengan garantizado su derecho a recibir educación laica, gratuita y obligatoria; promover el desarrollo armónico de los educandos, y desarrollar su intelecto, carácter y formación moral para que sean capaces de insertarse plenamente en la sociedad del conocimiento.
Tras proponer el impulso a un proceso de diálogo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), Gobernación afirma que el propósito es fortalecer la educación pública y garantizar el máximo logro de aprendizaje de los educandos.

Propone al menos 10 ejes pedagógicos para enriquecer el diálogo: enfocarse en el proceso de aprendizaje; tener en cuenta los saberes previos de los alumnos; diseñar situaciones didácticas que propicien el aprendizaje situado; reconocer la naturaleza social del conocimiento; dar peso a la motivación intrínseca del estudiante; favorecer la cultura y acompañamiento del aprendizaje; promover la relación interdisciplinaria; mostrar empatía por los intereses de los alumnos, y revalorizar la función docente.

La propuesta presentada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) incluye diversas consideraciones generales en las que explica sus iniciativas para transformar el Sistema Educativo Nacional.

Entre ellas destaca que si se busca convertir a los estudiantes en ciudadanos conscientes y preocupados por el interés general de la sociedad, la escuela debe ser una comunidad que se desarrolle en un clima de libertad, en ausencia de miedo y normada por los acuerdos y lineamientos que construyan estudiantes y maestros en el aula, la escuela y la relación con la comunidad.

Sin embargo, advierte que esto no puede concretarse si se mantiene una estructura legal en la que una evaluación puede conducir a la separación del aula de miles de maestros, que impone siete nuevas causales de despido para los docentes y confiere a la autoridad educativa la posibilidad de abrir un proceso de sanción ante la mera sospecha de que un maestro ha cometido una irregularidad.

Para impulsar una evaluación de abajo hacia arriba, incluyente, que contemple los diferentes contextos que enfrentan docentes y escuelas, y para que sea sincera e involucre a docentes y estudiantes, ésta no debe ser punitiva ni implicar sanciones laborales ni administrativas para los profesores. Por ello, proponen la creación de un consejo de evaluación en cada comunidad escolar.

En cuanto al normalismo, la CNTE retoma la demanda de defender a las escuelas normales y también reconoce la necesidad de emprender una profunda transformación, e incluso, de la refundación, bajo esquemas éticos, políticos y epistemiológicos que permitan fortalecer su misión histórica.

Afirma que es necesario el fortalecimiento del normalismo mexicano y la asignación de plazas automáticas para todos sus egresados, quienes, señala, “fueron acreditados por una institución formadora reconocida oficialmente y cuentan con el perfil y el derecho correspondiente. No respaldamos la herencia ni la venta de plazas, instrumentos del clientelismo establecido por las direcciones charriles del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)”.

La CNTE pide respeto a la pluriculturalidad presente en México y en el magisterio, y destaca la necesidad de garantizar la estabilidad laboral de los docentes para impulsar la propia consolidación del sistema educativo mexicano.

Fuente: La Jornada Politica