
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El abogado José Antonio Ortega Sánchez
llama “pillos”, “hato de rufianes”, “encubridores” y “verdaderos
criminales” que deben ser expulsados de México a los miembros del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que investigan el
caso Ayotzinapa, pero éstos estiman que en la campaña “de
descalificación personal e infamia” hay alguien detrás de este exaltado
activista.
“El señor Ortega es el que está liderando esta campaña, pero habría que mirar quién está detrás”, aseguró al corresponsal de Proceso en Bogotá, Rafael Croda, la exfiscal de Colombia Ángela María Buitrago. “Su propósito es obstaculizar la investigación y la defensa de los derechos humanos, impedir que haya un esclarecimiento del caso y favorecer la impunidad” (Proceso 2049).
–¿Quién está detrás de usted? –le pregunta este reportero a Ortega Sánchez.
–¡Nadie, sólo mi conciencia! –responde.
–¡Nadie, sólo mi conciencia! –responde.
–¿Es el Ejército?
–No. A todos nos interesa el esclarecimiento pleno del caso de Ayotzinapa. Todo lo que he hecho y hago es desde la organización que presido y con información que voy obteniendo.
–No. A todos nos interesa el esclarecimiento pleno del caso de Ayotzinapa. Todo lo que he hecho y hago es desde la organización que presido y con información que voy obteniendo.
Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia
Penal, que impulsa una agenda de seguridad y política con un discurso
conservador, Ortega Sánchez defiende su independencia y responde con
preguntas:
“¿Quién está detrás de mí cuando presenté la denuncia penal contra el
exgobernador Rogelio Ortega Martínez por secuestro? ¿Quién está detrás
de mí cuando presenté la denuncia por peculado contra Graco Ramírez,
actual gobernador de Morelos? ¿Quién está detrás de mí cuando presenté
la denuncia por narcotráfico contra el exgobernador Andrés Granier y su
procurador? ¿Quién está detrás de mí cuando defendí a Florence Cassez?”
En realidad, Ortega Sánchez no actúa solo. Lo hace, como en otras
ocasiones, como punta de lanza de la extrema derecha de México y
específicamente de El Yunque, la organización implantada en varios
países de América y Europa, como España –donde también ha sido ya
desenmascarada– y Colombia, donde tiene vínculos del más alto nivel
político y militar.